La rama militar de ETA reivindica la muerte de un guardia civil en Mondrag¨®n
?Condenamos la violencia que llega a herir y matar a las personas?, con estas palabras inici¨® el p¨¢rroco de Mondrag¨®n el funeral celebrado ayer por el guardia civil Constantino G¨®mez Barcia, muerto en la madrugada del domingo a consecuencia de los disparos de escopeta efectuados por dos desconocidos. Cuarenta horas despu¨¦s del atentado, dos llamadas al diario de San Sebasti¨¢n La Voz de Espa?a reivindicaron el atentado para la rama militar de ETA-V asamblea. En medios dignos de cr¨¦dito se estimaba ayer por la tarde, que el anuncio podr¨ªa hacerse hoy martes pero, al parecer, se adelant¨® a la noche de ayer.El atentado tuvo lugar en las afueras, de la localidad guipuzcoana de Mondrag¨®n sobre las 2.45 de domingo. Minutos antes, tres guardias civiles de paisano, adscritos al puesto de O?ate, hab¨ªan abandonado la sala de fiestas Alexander, de Mondrag¨®n, y hab¨ªan subido a un Renault 12, conducido por otro compa?ero del cuerpo en compa?¨ªa de su novia.
Cuando se encontraban en el cruce de la carretera que conduce a Vergara y Elorrio, a tan s¨®lo dos cientos metros del cuartel de la guardia civil y en una zona que puede considerarse c¨¦ntrica, un Seat 1.430 que les preced¨ªa se de tuvo en un stop y les oblig¨® tambi¨¦n a parar. Del primer veh¨ªculo descendieron dos j¨®venes que desde ambos lados del R-12 dispararon contra su interior dos r¨¢fagas con unas escopetas repetidoras de ca?ones recortados.
El conductor del R-12 y su novia se tumbaron en el asiento delantero en el momento de producirse los disparos (una versi¨®n se?ala que los autores de los tiros les dijeron que se agachasen) y pudieron salir ilesos del atentado. De los ocupantes del asiento posterior, Constantino G¨®mez Barcia result¨® muerto en el acto, Miguel Santaella recibi¨® heridas de pron¨®stico muy grave y Jos¨¦ Casta?o sufri¨® lesiones leves.
Vecinos de los inmuebles pr¨®ximos acudieron en auxilio de los heridos y los trasladaron urgentemente al centro asistencial de Mondrag¨®n, donde ¨²nicamente pudieron certificar la defunci¨®n de Constantino G¨®mez Barcia que, seg¨²n palabras del director, ingres¨® descerebrado. Despu¨¦s de un tratamiento de urgencia, Miguel Santaella y Jos¨¦ Casta?o fueron trasladados al hospital provincial Santiago Ap¨®stol,de Vitoria, donde el primero fue intervenido quir¨²rgicamente. Seg¨²n el primer parte m¨¦dico, presentaba heridas en el maxilar inferior, con gran rotura, destrozos en el cielo del paladar, heridas en regi¨®n cervical derecha y otras lesiones en mano derecha, con gran separaci¨®n del dedo pulgar, y en rodilla izquierda. Fue operado de urgencia, del maxilar inferiar, y se le practic¨® una traqueotom¨ªa. Ayer por la ma?ana su estado hab¨ªa experimentado una cierta mejor¨ªa dentro de la gravedad. Sus constantes fisiol¨®gicas se manten¨ªan normales y se cre¨ªa que iba a ser trasladado a Madrid, para ser tratado de sus lesiones en el maxilar, en cuanto ello fuera posible.
A Jos¨¦ Casta?o se le apreciaron algunos rasgu?os en la cara y un fuerte schok nervioso, por lo que fue necesario suministrarle calmante. Pese a que ped¨ªa insistentemente que le trasladaran al cuartel fue conducido al hospital de Vitoria, donde se le dio de alta despu¨¦s, de una cura.
En el lugar del atentado se contabilizaron hasta nueve fundas de cartuchos de 12 milimetros. Los disparos fueron efectuados a bocajarro, destrozando los cristales de ambos lados. Una de las postas lleg¨® a atravesar totalmente el asiento delantero ocupado por el conductor. En la parte trasera los cristales se mezclaban con la sangre de los heridos y restos humanos, como el maxilar inferior del guardia que result¨® gravemente herido.
Seg¨²n la nota oficial difundida el domingo por el Gobierno Civil de Guip¨²zcoa, las escopetas empleadas eran repetidoras de nueve cartuchos, marca Tunet, y se encontr¨® una bala de 9 milimetros parabellum, dos cajas de cartuchos de calibre 12, (una entera y la otra empezada).
Secuestro previo
El veh¨ªculo empleado por los autores del atentado fue localizado poco despu¨¦s a unos cuatrocientos metros, en la avenida de Vizcaya, dentro todav¨ªa del t¨¦rmino municipal de Mondrag¨®n. En su interior fueron encontradas unas esposas ?Unis France Papegi-LR Par¨ªs?.
Este Seat 1430 hab¨ªa sido aprehendido sobre las nueve de la noche. Su propietario, Francisco Murgoitio, un joven de veinticinco a?os, natural de Mondrag¨®n, hab¨ªa tocado la bocina del veh¨ªculo ante el domicilio de su novia, como sol¨ªa hacerlo habitualmente. Desde el balc¨®n le contest¨® ¨¦sta en euskera, que sal¨ªa en un momento. Casi al mismo tiempo un joven le apuntaba con una pistola y habl¨¢ndole en vascuence le ordenaba pasarse al otro asiento, mientras ¨¦l ocupaba el puesto del conductor. Otra segunda persona se subi¨® a la parte de atr¨¢s.
Los dos j¨®venes -de veinte a veintitr¨¦s a?os, uno de ellos con gafas normales- le tranquilizaron dici¨¦ndole que no le pasar¨ªa nada. El coche sali¨® hacia las afueras y se introdujo en una pista de autoescuela, donde le ordenaron descender para encerrarlo en el portamaletas. Volvieron a insistirle que no se preocupase, que al final de todo le dejar¨ªan libre.
En contra de algunas versiones que han circulado se?alahdo que pudieron haber participado m¨¢s personas en el atentado, el propietario del Seat 1430 se?ala que no vio mas que a los dos j¨®venes que subieron inicialmente al veh¨ªculo y tampoco pudo ver las escopetas que luego ser¨ªan utilizadas contra los guardias civiles.
En esta situaci¨®n estuvieron dando vueltas durante bastantes horas. No recuerda que hiciesen ninguna parada hasta poco antes de producirse los disparos. Despu¨¦s de esto oy¨® que el coche volv¨ªa a detenerse y daban sus ocupantes unos portazos. No hubo ning¨²n ruido m¨¢s y pens¨® que tal vez hab¨ªan abandonado el veh¨ªculo.
Como nadie abr¨ªa la portezuela se las ingeni¨® para hacerlo desde dentro, apretando unos muelles. Cuando finalmente lo consigui¨®, sali¨® fuera y comprob¨® que estaba cerca de Mondrag¨®n. Tranquilizado por esta comprobaci¨®n; volvi¨® a introducirse en el maletero por temor de que pudieran hacerle algo si volv¨ªan los dos j¨®venes armados. Cuando hab¨ªan transcurrido unos diez minutos -llevaba ya seis horas en el interior del portamaletas- volvi¨® a efectuar la operaci¨®n anterior y sali¨® del veh¨ªculo, dirigi¨¦ndose en primer lugar al domicilio de su novia, que se encontraba nerviosa por el extra?o plant¨®n.
Tras explicarle lo ocurrido, se person¨® en el cuartel de la Guardia Civil, donde relat¨® lo sucedido. Su narraci¨®n fue acogida con cierto escepticismo, al igual que en el cuartel de San Sebasti¨¢n, adonde fue trasladado y,donde hubo de declarar por espacio aproximado de cinco horas. Ante la incredulidad de los presentes, hubo de encerrarse nuevamente en un portamaletas y abrir su portezuela desde dentro. Comprobado este extremo, fue puesto en libertad.
Rueda de prensa en el Gobierno Civil
El gobernador civil de Guip¨²zcoa convoc¨® ayer tarde una rueda de prensa en la que facilit¨® una versi¨®n oficial de los hechos para seguidamente ?repudiar y condenar sin paliativos este nuevo crimen contra las fuerzas del orden?. El Gobierno Civil ?apela una vez m¨¢s al sentimiento de concordia y civismo del pueblo vasco, y en especial del guipuzcoano, para que no se frustren los esfuerzos del Gobierno, tan claramente demostrados con su ¨²ltima decisi¨®n de ampliar los beneficios de la amnist¨ªa, que tan importante es para el Pa¨ªs Vasco?.
El se?or Belloch Puig volvi¨® a reiterar las declaraciones recogidas el domingo por EL PAIS, en las que negaba los rumores acerca de su dimisi¨®n inmediata. Se refiri¨® a las muestras de apoyo recibidas por su gesti¨®n y aunque reconoci¨® que no puede desempe?arlas si el pueblo no quiere, ?estoy convencido -a?adi¨®- de que la mayor¨ªa de los vascos quieren terminar felizmente el proceso democr¨¢tico?.
Funerales en Mondrag¨®n
Los funerales por Constantino G¨®mez Barcia -de veinti¨²n a?os, natural de Lugo, ingresado en el Cuerpo en septiembre de 1976, y destinado a O?ate en marzo del pasado a?o junto con sus dos compa?eros tiroteados- se celebraron a las once y media de la ma?ana en la iglesia San Juan Bautista de Mondrag¨®n. El f¨¦retro, envuelto en una bandera espa?ola, fue trasladado a hombros de sus compa?eros desde el cuartel, donde se hab¨ªa instalado la capilla ardiente. Le preced¨ªan numerosas coronas de flores. En representaci¨®n de la familia asistieron su padre, miembro retirado de la Guardia Civil, y tres hermanos, dos de los cuales pertenecen tambi¨¦n a la misma instituci¨®n. El duelo oficial fue presidido por el director general de
Guardia Civil.
Antes de iniciarse la misa, en la que no se pronunci¨® homil¨ªa, el oficiante dirigi¨® a los presentes unas breves palabras de condena de la violencia, y dio lectura a un telegrama enviado por el obispo de San Sebasti¨¢n, monse?or Argaya.
Terminada la misa, el director general de ta Guardia Civil y el gobernador civil de Guip¨²zcoa impusieron sobre el f¨¦retro las condecoraciones concedidas a titulo p¨®stumo: Cruz del M¨¦rito Militar con distintivo blanco, Cruz del M¨¦rito Policial con distintivo, rojo y Cruz al M¨¦rito de la Guardia Civil, tambi¨¦n con distintivo rojo.
El f¨¦retro fue conducido nuevamente a hombros hasta el cuartel, desde donde saldr¨ªa en direcci¨®n a Lugo para ser inhumado en su pueblo natal. En el trayecto de la iglesia hasta el cuartel, los acompa?antes entonaron el himno de la Guardia Civil y profirieron gritos de ?Viva Espa?a?, ?Muera ETA?, ?Amnist¨ªa para el muerto? y ?Justicia?. Ante el cuartel se dieron tambi¨¦n vivas al Rey y a Franco.
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