20 horas en el calabozo por un error inform¨¢tico
Los Mossos detienen a un hombre por una orden derogada 11 meses antes
Detenci¨®n gratuita por un delito inexistente. Gabriel Anghel, rumano de 34 a?os residente en Salou (Tarragon¨¨s), sali¨® a tomar un caf¨¦ con su pareja el martes por la tarde y acab¨® en el calabozo por un error en el sistema inform¨¢tico de los Mossos d'Esquadra. El hombre fue detenido tras un control habitual en el que los agentes creyeron descubrir un quebrantamiento de condena: localizaron a Anghel junto a la mujer de la que, seg¨²n el ordenador de los Mossos, ten¨ªa una orden cautelar de alejamiento.
Esta vez, sin embargo, el problema no era el comportamiento del detenido, sino el sistema inform¨¢tico de la polic¨ªa: la orden hab¨ªa sido derogada 11 meses atr¨¢s por el Juzgado de lo Penal n¨²mero 4 de Tarragona.
"Los ciudadanos sufren la mala comunicaci¨®n entre polic¨ªa y juzgados"
El desliz priv¨® de libertad a Anghel durante m¨¢s de 20 horas, noche en calabozo incluida. "Han tenido casi un a?o para actualizar los datos", protest¨® el abogado del afectado, Claudio D¨ªez. "La mala comunicaci¨®n entre los juzgados y los Mossos resulta lamentable. Quien sufre las consecuencias no son el juez ni los polic¨ªas, sino los ciudadanos", subray¨®. Anghel ha interpuesto una denuncia por detenci¨®n ilegal en la que tambi¨¦n reclama que la base de datos policiales se actualice y figure la derogaci¨®n de la orden de alejamiento. "Pueden volver a detenerme sin motivo en cualquier momento. Ya ha ocurrido una vez y ni as¨ª lo han arreglado", protest¨® el afectado. "?Qu¨¦ hago? ?No puedo salir a pasear con mi pareja?".
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Tarragona decret¨® la libertad de Anghel al mediod¨ªa siguiente, tras cotejar el escrito del juzgado de lo penal que dej¨® sin efecto la medida. El auto judicial est¨¢ fechado el 6 de abril de 2009 y precisa que se expidan los oficios pertinentes a los cuerpos de seguridad, al Registro Central para la Protecci¨®n a las V¨ªctimas de Violencia Dom¨¦stica y a la Oficina de Atenci¨®n a la V¨ªctima para que tengan en cuenta la derogaci¨®n de la medida.
"Me han detenido por la cara y ni se molestan en arreglar el fallo", lament¨® Anghel ante los Mossos. "Nos hemos equivocado y ya le hemos dejado libre, no pasa nada", respondi¨® un agente a las protestas del afectado. Fuentes del cuerpo policial precisaron que no hab¨ªan recibido ning¨²n escrito en el que se precisase la anulaci¨®n de la orden de alejamiento. Para los Mossos, sigue vigente.
El resbal¨®n policial se fragu¨® por un retrovisor deteriorado en el veh¨ªculo en el que circulaban Anghel y su pareja, Daniela Domniteanu, seg¨²n el parte de los Mossos. Tras comprobar la identidad y los antecedentes del conductor, los agentes lo esposaron en plena calle. Anghel fue trasladado a la comisar¨ªa de Tarragona entre las quejas de su pareja. "Estaba muy asustada. Me dijeron que no se pod¨ªa hacer nada y no sab¨ªa hasta cu¨¢ndo iba a durar", coment¨® la mujer, arrepentida por la denuncia inicial sobre su pareja. "Le denunci¨¦ por malos tratos en 2008 porque sufrimos una dura discusi¨®n. Fue un enfado, pero jam¨¢s pens¨¦ que le impondr¨ªan una orden de alejamiento", se?al¨®. Una vez aplicada la medida, Domniteanu solicit¨® su anulaci¨®n al juzgado, lo que consigui¨® meses despu¨¦s. "Mientras la medida estuvo vigente fuimos a Rumania para poder convivir. Volvimos cuando se solucion¨® todo, pero no pod¨ªamos imaginar algo as¨ª", explic¨® la mujer.
"Ya han pasado dos a?os de aquello y seguimos juntos, todo va bien", a?ade Anghel, visiblemente afligido. Sufre hipertensi¨®n y la noche en el calabozo le produjo una "crisis hipertensiva", seg¨²n el parte m¨¦dico. Los Mossos tuvieron que trasladarlo de madrugada al hospital de Sant Pau i Santa Tecla, en el centro de Tarragona. Luego, fue devuelto al calabozo. El abogado de Anghel reclam¨® entonces el h¨¢beas corpus, derecho del detenido a ser o¨ªdo por el juez de forma inmediata.
El procedimiento requer¨ªa al juez de guardia que comprobara la invalidez de la orden de alejamiento. "Lo resolver¨¦ ma?ana", dijo el magistrado, seg¨²n consta en la instrucci¨®n policial. "Hubiera tardado un minuto en comprobar que mi cliente era inocente", lament¨® el letrado. Anghel no sali¨® de comisar¨ªa hasta el mi¨¦rcoles a la una de la tarde.Su pareja lo esperaba. "Si nos ven juntos, volver¨¢n a detenerme", dijo ¨¦l. El sistema inform¨¢tico de los Mossos as¨ª lo ordena.
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