Belleza vietnamita

El circo fue la gran enciclopedia viviente del siglo XIX y ser¨¢ un espect¨¢culo central en el XXI. Funciones como ¨¦sta que nos ofrece el Nuevo Circo de Vietnam est¨¢n reajustando su papel en el imaginario colectivo. La trouppe vietnamita funciona como el coro de la tragedia griega: todos hacen de todo, est¨¢n en escena permanentemente, tienen su momento de gloria y vuelven a fundirse en el magma.

Lang Toi, su espect¨¢culo, es un fluido que no cesa, un arroyo que salta en cascada para remansarse de nuevo, mecido por m¨²sica en vivo de sabor ancestral. Le Tuan Anh, su director, y sus disciplinados int¨¦rpretes crean una continuidad ritual tejiendo y destejiendo con varas de bamb¨² puentes colgantes y empalizadas por las que trepan, se descuelgan y saltan con visible placer. Todo es art¨ªstico y sin tiempos muertos: el pre¨¢mbulo y el ep¨ªlogo de cada n¨²mero tienen la misma importancia que el cl¨ªmax. La contorsionista parece mosca, ara?a y ciempi¨¦s, y los acr¨®batas son perfectos como un rezo envasado al vac¨ªo. Con cuatro elementos, lo hacen todo, sin concesi¨®n al gusto occidental. Si van, no hallar¨¢n espect¨¢culo, colorines (todo son ocres), culto al m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, pretensiones coreogr¨¢ficas ni subrayados musicales para provocar el aplauso, sino algo equivalente al mecer de los nen¨²fares y al movimiento de las hojas del ¨¢lamo tembl¨®n. Todo cin¨¦tica pura.