"Nos debe animar la compasi¨®n"

Pablo de Lora, profesor de filosof¨ªa del derecho de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, ha escrito sobre bio¨¦tica y derechos humanos. Y en 2003 public¨® Justicia para los animales. Su razonar y su pausado hablar le llev¨® a opinar al Parlamento catal¨¢n.

Pregunta. El fil¨®sofo franc¨¦s Francis Wolff basa parte de su argumentaci¨®n protaurina en dejar al toro sin derechos, porque est¨¢ "gen¨¦ticamente seleccionado para el combate". ?Es aceptable?

Respuesta. Toda su argumentaci¨®n pende de una premisa muy cuestionable desde la etolog¨ªa y la zoolog¨ªa: la condici¨®n de bravura del toro que obliga a darle una muerte acorde: la que se da en los cosos taurinos, pues ¨¦se ser¨ªa su fin o telos. Esta ¨¦tica taurina tiene consecuencias parad¨®jicas. Por ejemplo, que all¨ª donde existen ejemplares de Bos primigenius taurus y no se celebran corridas de toros se est¨¢ dando una situaci¨®n de maltrato hacia ellos. Por otro lado, resulta una estrategia ad hoc sostener que en Espa?a hemos dado con el protocolo (las reglas de la tauromaquia sancionadas por la legislaci¨®n vigente) que da al toro la muerte que merece. Incluso si concedemos que los toros bravos est¨¢n programados para el "combate": ?por qu¨¦ deber¨ªamos nosotros entrar a ese trapo? Nos debe animar la mejor versi¨®n de nuestra condici¨®n humana: la compasi¨®n.

"La declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural es una jactancia"

Producir 'foie' y ternera blanca tambi¨¦n es gratuito"

P. ?Puede justificar el hecho cultural por su belleza, est¨¦tica o su tradici¨®n, la no prohibici¨®n?

R. En absoluto. ?ste es uno de los puntos cr¨ªticos que nos separan de los aficionados a la fiesta. Sin entrar en la consideraci¨®n sobre el valor est¨¦tico, el poder p¨²blico no puede permitir una expresi¨®n art¨ªstica o cultural que provoca sufrimiento, terrible, real, de la misma manera que una de esas performances tan propias del arte contempor¨¢neo, en las que un perro muere progresivamente por inanici¨®n, podr¨ªa ser valorada como genial, pero en ning¨²n caso una ¨¦tica esclarecida podr¨ªa ampararla.

P. ?Es ¨¦tico abordar ahora los toros cuando nadie pide que se deje de cazar o de pescar?

R. Puedo conceder que hay otras formas de explotaci¨®n de los animales peores que las corridas, pero el argumento de la jerarqu¨ªa de agravios -"primero eliminemos lo m¨¢s injusto para despu¨¦s ocuparnos de lo un poco menos injusto"- no es definitivo. Si quien apunta a la injusticia de esas otras formas de tratar a los animales como meros recursos es sincero, se deber¨ªa alegrar de que al menos una de ellas -aunque no sea la m¨¢s grave- desaparezca.

P. ?Qu¨¦ siente al declararse la fiesta Bien de Inter¨¦s Cultural?

R. Me resulta ins¨®lito, y muy decepcionante, que de la excepci¨®n vergonzante que recoge la ley pasemos a la vanagloria, a la jactancia que supone la declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural.

P. De prosperar la prohibici¨®n ?Qu¨¦ vendr¨ªa despu¨¦s?

R. Hay otras instancias del uso de animales como meros recursos para la satisfacci¨®n de preferencias humanas prescindibles. Los casos m¨¢s flagrantes, la producci¨®n de ternera blanca, el foie y el uso de animales para la experimentaci¨®n en cosm¨¦tica.