Los otros 'cabanyals'
La dejaci¨®n p¨²blica coloca a una decena de barrios valencianos a la degradaci¨®n
Desde hace a?os el barrio valenciano de El Cabanyal pide a gritos un plan de choque que regenere una trama que languidece por la falta de atenci¨®n de las administraciones p¨²blicas. No es el ¨²nico caso. Hay m¨¢s cabanyals repartidos por toda la geograf¨ªa valenciana que necesitan una intervenci¨®n p¨²blica decidida si se quiere evitar un deterioro mayor. "Una ciudad evoluciona y se recicla d¨ªa a d¨ªa. El problema surge cuando esa evoluci¨®n no est¨¢ planificada", reflexiona el arquitecto H¨¦ctor Luengo, que ha vivido en primera persona la rehabilitaci¨®n de Ciutat Vella en los ¨²ltimos 15 a?os.
Esa falta de planificaci¨®n se ha dado en un pu?ado de barrios, donde el abandono oficial ha favorecido la marginalidad. Los centros hist¨®ricos, con un parque de viviendas antiguo, residentes mayores, pisos deshabitados y, en muchos casos, problemas de prostituci¨®n y tr¨¢fico de drogas, son especialmente vulnerables. Tambi¨¦n los barrios que en los a?os 50 o 60 acogieron a inmigrantes del resto de Espa?a que, mejorada su situaci¨®n, han vendido sus casas a los nuevos inmigrantes -subsaharianos, centroeuropeos, latinoamericanos...-. O los poblados cercanos al mar, desconectados durante d¨¦cadas del centro de la ciudad y que hoy despiertan un inter¨¦s inmobiliario extraordinario por su proximidad al mar. EL PA?S inicia el pr¨®ximo fin de semana la publicaci¨®n de una serie de reportajes sobre la situaci¨®n de una decena de barrios valencianos cercados por la degradaci¨®n.
Los cascos hist¨®ricos han sido especialmente vulnerables
Natzaret estaba rodeado primero por contenedores y ahora por la F-1
La actuaci¨®n p¨²blica en Velluters ha sido un estrepitoso fracaso
NATZARET Un barrio aislado
Este barrio de Valencia cien por cien mar¨ªtimo y pr¨®ximo al Cabanyal, lleva d¨¦cadas de aislamiento. Su cercan¨ªa al puerto de Valencia lo inund¨® durante a?os de improvisados talleres ilegales de reparaci¨®n de contenedores. Las toneladas de hierro se apilaban a pocos metros de las viviendas. Superado este problema, el cerco contin¨²a. El circuito de F¨®rmula 1 de Valencia encierra de nuevo Natzaret cada vez que hay competici¨®n. Y, por si fuera poco, el traslado de la f¨¢brica de aceite Moyresa sigue pendiente. El abandono institucional -ni el Ayuntamiento ni la Generalitat han cumplido con los planes urban¨ªsticos- y la escasez de recursos de la poblaci¨®n residentes -unas 7.000 personas- han propiciado el deterioro continuado de las viviendas. No hay planes de pisos de protecci¨®n p¨²blica y s¨ª aut¨¦nticos corrales viejos, con techos de uralita.
VELLUTERS El gran olvidado
Es el gran olvidado a pesar de estar en los planes de rehabilitaci¨®n que se dise?aron para Ciutat Vella en los 90. El estado ruinoso de sus edificios, la prostituci¨®n y el tr¨¢fico de drogas han alejado a posibles nuevos residentes a pesar de situarse a pocos metros del moderno y recuperado barrio de El Carme. La actuaci¨®n p¨²blica en Velluters ha sido un estrepitoso fracaso y la mayor¨ªa de sus edificios no han pasado ni la primera revisi¨®n exigible a los edificios antiguos. En sus entra?as conviven las casas t¨ªpicas de los artesanos de la seda con aut¨¦nticas joyas del pasado como es el Colegio de Arte Mayor de la Seda. Unas y otro est¨¢n abandonados.
EL VIEJO ORRIOLS Dos realidades y un espacio
Es un barrio que durante los a?os 50 o 60 acogi¨® a los inmigrantes extreme?os, andaluces y manchegos que llegaron en busca de prosperidad a Valencia. D¨¦cadas despu¨¦s, los antiguos residentes se han trasladado a mejores casas y han vendido a los nuevos inmigrantes. En sus calles conviven dos realidades bien diferentes: la parte vieja donde predominan los pisos de baja calidad y viven los colectivos en clara desventaja social. Luego est¨¢ la parte nueva, donde se alzan los complejos residenciales cerrados, con metros de zona verde y piscina. El viejo Orriols es uno de los espacios de la ciudad m¨¢s proclive a albergar los pisos patera o improvisados mercadillos donde se encuentran hasta objetos robados.
TENDETES M¨¢s equipamientos
Situado en las inmediaciones de La Fe y el complejo comercial de Nuevo Centro, el barrio de Tendetes, cercano a la estaci¨®n de autobuses es un espacio laber¨ªntico. Abundan los edificios de los a?os 50, de cuatro alturas y sin apenas zonas verdes. La necesidad de equipamientos p¨²blicos es imperiosa. En el barrio conviven los residentes de toda la vida, de edad avanzada, con la nueva poblaci¨®n inmigrante.
SAN ANT?N A unos metros de la casa consistorial
La barriada, de unas 500 casas bajas, se levanta a unos cientos de metros del Ayuntamiento y en una zona muy visible porque bordea la concurrida avenida Jaime II, y ofrece al visitante un brutal contraste, en negativo, con la aseada postal urbana que la envuelve. El barrio es un nido de solares abandonados, muchos de ellos de propiedad municipal, y el estado de conservaci¨®n su parque inmobiliario tambi¨¦n deja mucho que desear. La zona tambi¨¦n sufre carencias de dotaciones p¨²blicas y el comercio es escaso. Los vecinos esperan en vano un proyecto global para la rehabilitaci¨®n del barrio, posibilidad que acariciaron cuando el ex alcalde del PP, Luis D¨ªaz Alperi, plante¨® ubicar el centro de congresos a las faldas del monte Benacantil, frente a la fachada del barrio. El abandono del proyecto, por imperativos legales, volvi¨® a condenar al barrio al ostracismo.
JUAN XXIII Conflictividad en las calles
La zona norte de Alicante est¨¢ formada por seis barrios con muchos problemas comunes de desestructuraci¨®n y degradaci¨®n. De todos, el peor es el de Juan XXIII, el primer barrio de la zona cuya complicada y conflictiva realidad oblig¨® al Ayuntamiento a movilizarse. El barrio, que se levant¨® a finales de los 60, cuenta con una trama urbana irregular y poco cohesionada. El deterioro es habitual en sus edificios, igual que los desperfectos en calles y aceras. La decrepitud creci¨® en paralelo al cambio de poblaci¨®n. De un vecindario mayoritariamente compuesto por familias obreras se pas¨® a una masiva llegada de inmigrantes. La conflictividad en la zona ha llevado incluso a movilizaciones vecinales contra supuestos clanes de narcotraficantes, que dirimen sus diferencias a tiro limpio y en plena calle.
COLONIA REQUENA . Los pisos patera
Es el barrio del norte de Alicante donde la inmigraci¨®n tiene m¨¢s presencia. Tambi¨¦n es uno de los m¨¢s peque?os y por tanto uno de los bruscos cambios poblacionales han tenido un impacto m¨¢s claro. Los pisos son baratos y de peor calidad, lo que ha facilitado una progresiva degradaci¨®n, y en la zona proliferan los pisos patera. Estas casas, son en mayor¨ªa propiedad de los primeros pobladores de la barriada, que en el per¨ªodo de bonanza econ¨®mica pudieron adquirir pisos en otras zonas menos precarias de la ciudad. Estos propietarios aprovecharon la avalancha de la inmigraci¨®n para alquilar las casas. La llegada de los nuevos inquilinos no mejor¨® el parque inmobiliario lo deterior¨®. Al igual que en Juan XXIII, en Colonia Requena existen edificios que pueden considerarse infraviviendas.
LOS PALMERALES Una experiencia p¨²blica
La barriada, con un censo de 4.080 vecinos, fue levantada por el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) a mediados de los 80. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n es de etnia gitana. Ubicada en la cara noreste del casco urbano, ha sufrido un constante proceso de degradaci¨®n, sobre todo en lo que afecta a las zonas comunes de los bloques de viviendas. El Ayuntamiento, en manos de los socialistas, culpa del deterioro a los propietarios; sin embargo, el consistorio se ha esforzado por mejorar los servicios de la barriada (guarder¨ªa, centro social y comedor social, entre otros). El IVVSA asegura que en el ¨²ltimo lustro ha destinado 4,3 millones de euros a recuperar las zonas comunes del barrio.
SAN AGUST?N, SAN MARCOS y EL BARRANQUET Barrios fronterizos
Los grupos de San Agust¨ªn y San Marcos y el grupo Perpetuo Socorro, m¨¢s conocido como El Barranquet, tienen en com¨²n su condici¨®n de barrios fronterizos. En el caso de San Agust¨ªn y San Marcos, la carretera nacional 340, que ahora tiene desviado el tr¨¢fico por una variante, se convirti¨® en su principal barrera.
El hecho de ubicarse en el l¨ªmite de los t¨¦rminos de Castell¨®n y Almassora se vio incrementado adem¨¢s por la existencia del barranco del Bovalar que delimita ambos municipios y tambi¨¦n al barrio. Las casas son bajas, de dos o tres alturas y calles estrechas salpicadas de alguna que otra plaza. Tambi¨¦n la escasez de servicios p¨²blicos es coincidente en ambos casos, aunque la vida en El Barranquet, marcada por el conflicto del tr¨¢fico de droga, poco tiene que ver con la de San Agust¨ªn y San Marcos, un barrio creado por trabajadores emigrantes del sur y el oeste de Espa?a y, posteriormente, por gente llegada del interior de la provincia.
Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Cristina V¨¢zquez, Santiago Navarro, Rosa Biot y Mar¨ªa Fabra.
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