En el epicentro del riesgo
Las aseguradoras asumen coberturas multimillonarias al cubrir desastres naturales
En las ¨²ltimas semanas, las cat¨¢strofes naturales se han cebado con un planeta que ya tiene abiertas demasiadas heridas. Los terremotos de Hait¨ª y Chile o las tormentas Wera, Undine y Xynthia, que han barrido Europa, nos recuerdan nuestra fragilidad. Una vulnerabilidad que no s¨®lo afecta a personas y bienes, sino tambi¨¦n al mundo de la empresa. En especial a las grandes aseguradoras que se dedican a cubrir estos riesgos.
Tal vez no lo recuerden, pero 2008 fue uno de los peores a?os en la historia de la siniestralidad mundial. Huracanes como Ike o Gustav tuvieron un efecto devastador. Ese a?o, el riesgo asegurado por cat¨¢strofes naturales al que tuvieron que hacer frente las aseguradoras -seg¨²n Swiss Re- super¨® los 52.000 millones de d¨®lares (36.450 millones de euros). Las p¨¦rdidas econ¨®micas mundiales por desastres ascendieron a 269.000 millones de d¨®lares. Y lo que es peor, se perdieron 240.460 vidas humanas.
El a?o 2009 destac¨® en Espa?a por los muchos expedientes de inundaciones
Detr¨¢s de esta contabilidad del dolor hay una serie de aseguradoras de peso (
Lloyd's, Swiss Re, Munich Re, Zurich Re, Mapfre Re...) que se dedican a cubrir estos riesgos a trav¨¦s de contratos de reaseguro. "Todas las aseguradoras mundiales de no vida cubren las cat¨¢strofes naturales. En algunos pa¨ªses, como Inglaterra, las p¨®lizas de las compa?¨ªas privadas se encargan de dar cobertura total a este siniestro. En otros, las inundaciones o los terremotos pueden no estar cubiertos y s¨®lo estar¨ªan disponibles pagando una cantidad adicional", resume Robert Muir-Wood, jefe de la oficina de investigaci¨®n de Risk Management Solutions (RMS), una firma californiana de an¨¢lisis de riesgos catastr¨®ficos.
"Es un negocio de mucho riesgo que a grandes firmas, como Lloyd's, les ha costado unas p¨¦rdidas enormes el ¨²ltimo a?o", explica Jaume Llopis, profesor en el IESE. "La clave para las compa?¨ªas est¨¢ en no poner todos los huevos en la misma cesta", indica Robert Muir-Wood, de Risk Management Solutions. O sea, repartir el riesgo entre asegurados, aseguradoras y reaseguradoras.
Estamos, pues, ante una industria que por l¨®gica aplica primas muy elevadas. "En ellas se incluyen las p¨¦rdidas anuales esperadas, los gastos administrativos, el coste del capital y el margen de beneficio", describe Iv¨¢n Sainz, director de grandes cuentas de la corredur¨ªa Willis Iberia. "El problema del reaseguro de cat¨¢strofes es que es muy vol¨¢til. Si una compa?¨ªa pierde dinero en el terremoto de Kobe inmediatamente encarece sus primas en otros siniestros y pa¨ªses para compensar la ca¨ªda de ingresos", advierte un alto cargo de una aseguradora. En Mapfre Re, uno de los jugadores de esta partida, lo resumen con sinceridad: "Unos a?os son buenos y otros malos, pero el objetivo es que en el medio y largo plazo se produzcan resultados equilibrados".
No es de extra?ar la b¨²squeda de este equilibrio, ya que los n¨²meros a lo que tienen que hacer frente son de v¨¦rtigo. Air Worldwide, una compa?¨ªa de valoraci¨®n de riesgos con sede en Boston, estima que las p¨¦rdidas aseguradas en el terremoto de Chile superan los 2.000 millones de d¨®lares y las econ¨®micas (acorde con los c¨¢lculos que maneja la consultora Eqecat) alcanzar¨ªan los 30.000 millones, equivalente casi al 15% de la riqueza del pa¨ªs.
En el caso chileno, la cultura aseguradora ha ayudado a paliar el desastre. Debido al historial de terremotos que tiene, la penetraci¨®n de los seguros en Chile es relativamente alta: el 3,5% del PIB. "Lo m¨¢s destacable de este mercado es que resulta muy activo y hay muchos agentes desempe?ando un papel muy en¨¦rgico", dice Guillermo Franco, de Air Worldwide.
Una situaci¨®n aparte es la de Hait¨ª. La gran pobreza del pa¨ªs trae como consecuencia que los bienes asegurados sean m¨ªnimos. De hecho, el Gobierno haitiano ha recibido tras el se¨ªsmo unos simb¨®licos ocho millones de d¨®lares del Caribbean Catastrophe Risk Insurance Facility (CCRIF), un pool asegurador en el que participan 16 gobiernos.
?Y qu¨¦ sucede en Espa?a? En las cat¨¢strofes naturales nuestro pa¨ªs es una isla. No porque no le afecten sino porque cuenta desde 1941 con el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros (CCS). "El riesgo de cat¨¢strofe natural no existe gracias a este organismo p¨²blico. Es una instituci¨®n ¨²nica en el mundo, que explica que aqu¨ª no se den pr¨¢cticas de reaseguro", avanza Pedro D¨ªaz-Leante, socio del ¨¢rea de seguros de PricewaterhourseCoopers. El CCS se ocupa de cubrir lo extraordinario. Terremotos, inundaciones (el suceso natural que m¨¢s da?os catastr¨®ficos produce en Espa?a), violencia callejera, atentados terroristas, tempestades... Es una especie de fondo de garant¨ªa que se financia a trav¨¦s de un porcentaje que se aplica en las primas de los seguros privados.
Si 2009 destac¨® por algo fue por el elevado n¨²mero de expedientes (26.505) relacionados con inundaciones. Ejemplo de un ejercicio inusualmente lluvioso, que ha costado s¨®lo en este cap¨ªtulo 167,4 millones de euros al consorcio. Aunque la parte del le¨®n se la lleva las tempestades, con 221.580 reclamaciones. Aqu¨ª todav¨ªa siguen coleando los expedientes relacionados con la tormenta Klaus, cuyos huracanados vientos golpearon el a?o pasado, a m¨¢s de 140 kil¨®metros por hora, la costa norte de Espa?a. De momento (a¨²n hay reclamaciones pendientes de atender) cuesta 435,4 millones a las arcas p¨²blicas. "Por cuant¨ªa es el pago m¨¢s importante de la historia del Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros", sentencia Ignacio Machetti, director de este organismo. En total, el a?o se cerr¨® con 249.435 expedientes por valor de 619,4 millones de euros. -
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