"Ahora todo va a ser m¨¢s duro: en el Annapurna estaremos solos"
Estaba molesta, pero no nerviosa, en el aeropuerto de Bilbao, desde donde viajaba el pasado jueves a Katmand¨², v¨ªa M¨²nich. Molesta con las autoridades chinas, que le han denegado hasta abril el permiso para ascender el Shisha Pangma, en el T¨ªbet. Edurne Pasaban (Tolosa, Guip¨²zcoa; 1973) atend¨ªa a los medios seria y ocultamente enfadada por un inesperado cambio de planes en el momento m¨¢s determinante de su carrera como ochomilista. Le quedan dos monta?as, el Shisha y el Annapurna, para intentar convertirse en la primera mujer que holla las 14 cimas m¨¢s altas. Ahora mismo le aventaja la surcoreana Eun-Sun Oh, de 43 a?os, a la que s¨®lo le falta una, el Annapurna. La austriaca Gerlinde Kaltenbrunner, de 39, tambi¨¦n ha conquistado 12 y le quedan todav¨ªa el Everest y el K-2.
"Con tanta nieve, quiz¨¢ haya que subir en helic¨®ptero el equipamiento"
La carrera femenina del himalayismo est¨¢ lanzada y ya nadie se escuda en argumentos rom¨¢nticos para ocultar que la meta es conseguir ser la primera mujer que logre lo que en 1986 logr¨®, entre los hombres, Reinhold Messner, italiano del Tirol.
Tambi¨¦n el discurso de Edurne ha ido cambiando seg¨²n avanzaban las fechas y observaba c¨®mo su sue?o pod¨ªa hacerse realidad. De hecho, su eslogan viene siendo 2010, la culminaci¨®n de un sue?o. Algo que debe comenzar ma?ana con la salida hacia el Annapurna desde Katmand¨². "Aunque los problemas se acumulan, ya que, al ir tan pronto, hay demasiada nieve y todo se complica", advert¨ªa. Tanto se ha complicado que resulta dif¨ªcil que puedan subir los 150 porteadores que necesitan para llevar el equipamiento al campo base y est¨¢n "evaluando la posibilidad de utilizar un helic¨®ptero para hacerlo".
Precisamente, la utilizaci¨®n de un helic¨®ptero ha sido una de las cr¨ªticas m¨¢s habituales que ha recibido su principal competidora, Eun-Sun Oh, sobre quien han reca¨ªdo demasiadas sospechas a la vista de la cantidad de ochomiles que ha conseguido en tan s¨®lo los dos ¨²ltimos a?os. Edurne se ha quedado al margen de estas acusaciones, aunque reconoce: "Su filosof¨ªa no es la misma que la m¨ªa o a la de Gerlinde". Pasaban sugiere as¨ª que la surcoreana se centra en sus logros, "sin disfrutar de la monta?a".
Sin embargo, lo cierto es que el monta?ismo es el deporte nacional en Corea del Sur y sus practicantes gozan de un gran prestigio social. Las dudas sobre Eun-Sun Oh y la pasi¨®n que Edurne le ha puesto al reto han elevado el nivel de la carrera hasta el punto de que la propia monta?era tolosarra se ha mostrado extra?ada por la presencia de periodistas nepal¨ªes durante su estancia en Katmand¨², que concluye ma?ana. De hecho, el morbo lleg¨® a crecer con la posibilidad de que ambas pudieran coincidir en mayo en el Annapurna, cuando quiz¨¢ todo se decida. "No lo ve¨ªa posible entonces y ahora ya es imposible", indica Edurne tras conocerse el cambio de planes impuesto por el Gobierno chino.
"Lo ¨²nico que est¨¢ claro es que ahora todo va a ser m¨¢s duro. Estaremos solos en el Annapurna porque otras expediciones llegan m¨¢s tarde. La estaci¨®n invernal lo complica todo. Necesitamos instalar todo el cordaje, aunque hemos llevado cuerdas suficientes, a pesar de que el Shisha no requiere tanta cuerda fija. Todo son complicaciones, pero, qui¨¦n sabe, igual al final resulta as¨ª mejor...".
De momento, el optimismo choca con la cruda realidad del invierno nepal¨ª. Edurne era consciente de que "nunca nadie ha hecho cumbre en el Annapurna en este tiempo" y no cree en las casualidades, aunque no pierde la esperanza. El cambio de planes, obligado por las autoridades chinas, no s¨®lo es un problema log¨ªstico, sino tambi¨¦n deportivo y psicol¨®gico: "Hab¨ªamos organizado un plan para hacer una escalada r¨¢pida, como es la del Shisha, dejando la m¨¢s pesada y larga, la del Annapurna, para el final, y ahora todo ha cambiado. Yo he tenido que cambiar de chip en menos de un d¨ªa". Es su gran reto psicol¨®gico tras haber superado otro no menor en mayo de 2009, cuando el descenso del Kanchenjunga le hizo perder por momentos la esperanza de seguir con vida.
"Fue esa prueba que la monta?a te exige en ocasiones para probar tu capacidad de resistencia, tu instinto de superaci¨®n", cuenta. Entonces sufri¨® congelaciones de las que ha podido recuperarse sin problemas.
Ahora le llega otra prueba que mide la capacidad para combinar la realidad con la ansiedad. Cuando comenz¨® su carrera por el Himalaya, en 2001, con el ascenso al Everest, esta ingeniera t¨¦cnica que cambi¨® las matem¨¢ticas por la naturaleza so?aba "con conseguir esa meta de los 14 ochomiles", pero no se planteaba esta disputa que, finalmente, ha dejado a dos mujeres en el ¨²ltimo sprint por un premio que supone algo m¨¢s que el placer por el deber cumplido. El pedigr¨ª siempre deja r¨¦ditos en el palmar¨¦s y el futuro. Edurne es consciente de ello. Eun-Sun Oh, tambi¨¦n. Ambas, en su larga marcha.
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