Despu¨¦s de la nevada

Espa?a no es un pa¨ªs para temporales de nieve. As¨ª lo corrobora el balance de lo sucedido anteayer en Catalu?a: 33 torres el¨¦ctricas ca¨ªdas; m¨¢s de 200.000 usuarios sin luz; autopistas, carreteras y trenes convertidos en ratoneras que atraparon a miles de ciudadanos; caos en la ciudad de Barcelona.

Todo el mundo tiene su parte de responsabilidad. El servicio meteorol¨®gico catal¨¢n hab¨ªa anunciado la llegada del temporal a toda la comunidad, pero hasta las 11.15 del lunes ninguna autoridad desaconsej¨® expl¨ªcitamente a la ciudadan¨ªa el uso de coche particular. A esa hora los ni?os ya estaban en las escuelas y los ciudadanos en sus trabajos, con lo que el caos estaba listo para ser servido por la tarde. Primer error: se advirti¨® tarde sobre el uso del veh¨ªculo privado.

La Generalitat hab¨ªa anunciado el temporal desde la semana anterior, pero fall¨® la precisi¨®n de prevenir que la nieve caer¨ªa con intensidad a nivel del mar y afectar¨ªa a la ciudad de Barcelona. Seg¨²n las previsiones, a partir de las 13.00 y hasta las 19.00 del lunes la posibilidad de nevada en Barcelona estaba por debajo del 30%. Segundo error.

El d¨ªa despu¨¦s es f¨¢cil ser profeta y repartir responsabilidades. Pero es indudable que los pol¨ªticos de primera l¨ªnea -los de segundo nivel dieron repetidas ruedas de prensa- llegaron tarde a dar explicaciones. No lo hicieron hasta las 21.00. El primero fue el alcalde de Barcelona. Luego, ya entrada la noche, compareci¨® el presidente de la Generalitat. El consejero de Interior, Joan Saura, de quien dependen las emergencias, no compareci¨® hasta la ma?ana de ayer. Y culpas mutuas: los pol¨ªticos se escudaron en el desastre el¨¦ctrico para afirmar que, sin falta de fluido, la normalidad se habr¨ªa restablecido en pocas horas.

No hay duda de que la fragilidad de la red el¨¦ctrica es otro de los elementos a considerar. Y ¨¦ste es el tercer error. A las 25 torres ca¨ªdas hay que sumar da?os en 11 subestaciones y cortes en 14 puntos de las comarcas de Girona. No es la primera vez que sucede: en 2001, un mill¨®n de abonados catalanes quedaron a oscuras por una nevada. Hace tres a?os -en julio de 2007- 350.000 familias sufrieron la penuria de quedarse sin electricidad en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana. Las sanciones a las el¨¦ctricas no parecen ser un acicate suficiente para que la historia no se repita.