"Si no vuelve la luz pierdo 3.000 kilos de carne"
20.000 abonados pasan la tercera noche sin luz en Girona - El apag¨®n causa elevadas p¨¦rdidas en los comercios del Giron¨¨s, el Baix Empord¨¤ y la Selva
Miquel Palah¨ª va camino del notario. En la rambla del pueblo la gente le saluda. Su carnicer¨ªa, Can Miquel, es una de las m¨¢s conocidas de Sant Feliu de Gu¨ªxols (Baix Empord¨¤). El negocio est¨¢ apunto de sufrir una cat¨¢strofe. En las neveras guarda m¨¢s de 3.000 kilos de carne. Desde el lunes por la tarde no tiene electricidad. "Si no vuelve ya, estoy perdido", se lamenta mientras se limpia las l¨¢grimas con un pa?uelo. No se atreve a hacer c¨¢lculos. S¨®lo la carne de una semana vale 10.000 euros.
Unos 20.000 abonados, la mayor¨ªa de las comarcas de la Selva, el Baix Empord¨¤ y el Giron¨¨s, pasaron ayer su tercera noche a oscuras, seg¨²n Endesa. En la pr¨¢ctica, m¨¢s de 80.000 personas no tienen calefacci¨®n, ni agua caliente, ni telefon¨ªa fija, ni todo lo que se deriva de una vida moderna basada en la electricidad. Los afectados hablan de situaci¨®n "tercermundista". A las incomodidades y el fr¨ªo, se suman los problemas de los negocios, que han visto como las neveras se descongelaban y se echaba a perder toda la comida. Nadie se atreve a cuantificar las p¨¦rdidas. El presidente de la C¨¢mara de Comercio de Girona, Dom¨¨nec Espadaler, ya ha anunciado que reclamar¨¢ a la Generalitat y a las el¨¦ctricas por la situaci¨®n "catastr¨®fica" de estos d¨ªas.
Los ciudadanos se lanzan a la b¨²squeda de inexistentes estufas de butano En Ca la Nati han racionado el pan y s¨®lo venden una barra por persona
En Ca la Nati han racionado el pan y s¨®lo venden una barra por persona
Tremendamente enfadado, Joan Fontanella, de 47 a?os, pone gasolina. Ha hecho una cola para repostar, otra cola para pagar y dos horas de viaje en coche hasta llegar a Sant Feliu de Gu¨ªxols. El pueblo est¨¢ a 12 kil¨®metros de su casa, situada en Palam¨®s. En la fila, con los tres billetes de 10 euros en la mano medio arrugados, coge carrerilla: "Esto es vergonzoso, lamentable, indignante. ?Que en el siglo XXI estemos as¨ª...! No hay derecho". Seguir¨ªa, pero el cajero le reclama que pague.
?l al menos ha podido llegar a la gasolinera en coche. Decenas de personas tienen que aparcar en las afueras, comprar garrafas, cargarlas de gasolina y volver al veh¨ªculo con ellas. Los Mossos d'Esquadra tratan de manejar el ca¨®tico tr¨¢fico. El Ej¨¦rcito les ayuda limpiando las calles. Palermo Brigitte, de 20 a?os, ha comprado de paso tres paquetes de chocolatinas. "En Luxemburgo no pasan estas cosas", presume. La mujer ha bajado con su novio a Sant Feliu desde Platja d'Aro. El municipio vecino est¨¢ tambi¨¦n a oscuras, con urbanizaciones pr¨¢cticamente incomunicadas por la nieve.
Igual que Santa Cristina d'Aro, donde viven Mary y Sergio. Van de arriba abajo con el coche, buscando un c¨¢mping gas o algo que d¨¦ calor y no vaya enchufado a la corriente. Temen sobre todo por sus hijas peque?as. Han conducido hasta Palafrugell en busca de estufas. Pero no hay forma. "Las pocas tiendas que hay abiertas se han quedado sin generadores y sin estufas de butano", se lamentan. Las bombonas naranja son la ¨²nica esperanza estos d¨ªas para conseguir algo de calor.
La situaci¨®n es "m¨¢s que excepcional", reconoce el Ayuntamiento de Sant Feliu de Gu¨ªxols en un comunicado que ha hecho llegar a los vecinos. Y eso que parte del pueblo ha recuperado la luz gracias a generadores. Los lugare?os han llegado incluso a enfrentarse por una barra de pan. En Ca la Nati, la cola el martes era de m¨¢s de 200 personas. La propietaria de la panader¨ªa, Pilar Bar¨®, se tuvo que poner firme: una barra por persona. "Los primeros se llevaban hasta cinco. No pod¨ªa ser. Algunos hasta se enfadaron, ?verdad, Joan?", le pregunta a su marido. Llevan haciendo pan artesanal como pueden desde el lunes.
Mariona Prat, de 44 a?os, tambi¨¦n siente el deber de ayudar. Con un hornillo, cocina cuatro cosas que luego vende en su tienda. Es bacaladera y regenta un peque?o supermercado con comida preparada y legumbres. Al grito de "?mira, mira!" abre una de las neveras. El hedor es notable. Bacalao que ten¨ªa para dos semanas se le ha echado a perder porque no hay corriente. Prefiere no hacer n¨²meros. Tampoco quiere hacerlos Francesc Masclans, de 41 a?os. Es carnicero y tiene 800 kilos de carne en el congelador.
De d¨ªa la gente se echa a la calle, comenta, juega con la nieve... Lo peor llega con la noche. No hay un alma por las calles. Una mujer de 81 a?os de Palam¨®s llama a la radio y dice que no tiene manera de salir, que est¨¢ sola con su marido en casa y tiene fr¨ªo y hambre. No hay forma de dar con ella. Las casas son santuarios llenos de velas. No hay televisi¨®n para distraerse. Como mucho, una radio a pilas. El fr¨ªo sube por las piernas. El agua est¨¢ helada. Lo mejor es meterse en la cama y esperar. Quiz¨¢ ma?ana vuelva la luz..
La vida diaria, los usos y costumbres de la poblaci¨®n, ha cambiado notablemente en el Giron¨¨s, la Selva y el Baix Empord¨¤. Las dos fotos que ilustran este reportaje son una muestra de ello. En la imagen superior, un ciudadano vac¨ªa en una gasolinera las botellas de agua que acaba de comprar para llenarlas de combustible con el que hacer funcionar su generador de electricidad. En la de abajo, las estanter¨ªas de El Fornet, una panader¨ªa cafeter¨ªa de Sant Feliu de Gu¨ªxols, ayer, totalmente vac¨ªas.
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