D¨¦cimo aniversario del revent¨®n de la burbuja 'puntocom' en la Bolsa
El 10 de marzo del a?o 2000 la bolsa tecnol¨®gica de Nueva York alcanz¨® el punto m¨¢ximo de la historia de las finanzas: 5.048 puntos. Diez a?os despu¨¦s no llega ni a la mitad.
Nadie lo sab¨ªa entonces, pero a partir de un d¨ªa como hoy, pero 10 a?os atr¨¢s, el Nasdaq, ¨ªndice burs¨¢til de las empresas tecnol¨®gicas, comenz¨® a bajar, bajar y bajar. La burbuja de las puntocom hab¨ªa estallado y con ella se hund¨ªan miles de puntocom y tambi¨¦n una nueva forma de entender la econom¨ªa, basada en lo que pod¨ªa una empresa llegar a ser y no en lo que era.
El Nasdaq toc¨® fondo el 10 de octubre de 2002, cerrando a 1.108 puntos, casi cuatro veces menos. En esos dos a?os, el Nasdaq perdi¨® en capitalizaci¨®n cinco billones de d¨®lares, aunque, pese a lo que se predijera, los efectos en las puntocom no fueran tan desoladores: el 50% sobreviv¨ªa cinco a?os despu¨¦s, un porcentaje similar a cualquier otro sector empresarial.
De aquella ¨¦poca excesiva queda como paradigma la compra de Time Warner por parte de la puntocom AOL por 162.000 millones de d¨®lares.
La Bolsa no ha alcanzado nunca aquel punto, pero tampoco el salario del inform¨¢tico. La media de los sueldos es hoy un 12% inferior, seg¨²n el Departamento de Trabajo de San Francisco, y eso que entonces el salario era s¨®lo una parte de las compensaciones (las prebendas iban desde la opci¨®n preferente de compra de acciones a la guarder¨ªa). El salario medio entonces era de 120.000 d¨®lares; dos a?os despu¨¦s, se redujo a 87.000.
Espa?a, con apenas cuatro millones de internautas y una econom¨ªa volcada en el ladrillo, vio de lejos la debacle que se cern¨ªa sobre Estados Unidos y, concretamente, Silicon Valley.
En aquellos a?os locos, Espa?a ocup¨® portadas internacionales en dos ocasiones: la compra de Patagon por el banco de Santander (90.000 millones de pesetas, 542 millones de euros) y la de Lycos por Telefonica (2,3 billones de pesetas, unos 13,8 millones de euros), en ambos casos compras desorbitadas y fracasadas.
Diez a?os despu¨¦s, el ¨ªndice Nasdaq apenas alcanza la mitad de entonces.
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