Aquellos archivos

"Aquellos archivos ol¨ªan a un pasado remoto", escribi¨® el que fuera gobernador civil de Barcelona, Salvador S¨¢nchez-Ter¨¢n, justificando con esas palabras el cumplimiento de la orden recibida en abril de 1976 de destruir todos los papeles conservados en la Jefatura Provincial del Movimiento bajo su mando. Con semejante criterio, da grima imaginar qu¨¦ hubiera ocurrido si, por oler a un pasado cientos de a?os m¨¢s remoto, alg¨²n gobernador de Sevilla hubiera recibido de su ministro la orden de destruir los papeles del Archivo de Indias y la hubiera cumplido.

No hay historia sin archivos y de aquella destrucci¨®n a este traslado de documentaci¨®n sobre campos de concentraci¨®n procedente del Tribunal de Cuentas al Archivo General de la Guerra Civil, un largo y tortuoso camino han tenido que recorrer -y lo que a¨²n queda- decenas de historiadores para reconstruir las p¨¢ginas m¨¢s terribles de la historia de Espa?a del siglo XX: la represi¨®n desencadenada desde el mismo momento de la rebeli¨®n militar de julio de 1936 y durante los largos a?os de posguerra. Represi¨®n que tuvo diversos nombres pero un ¨²nico objetivo: arrancar desde la ra¨ªz los males que hab¨ªan infectado el cuerpo de la patria, entre ellos, el liberalismo, el socialismo, el anarquismo, la masoner¨ªa, el comunismo...

En el camino de la reconstrucci¨®n, hemos pasado de la b¨²squeda, tantas veces a ciegas, de las huellas de ese pasado a disponer en las pantallas de los ordenadores de los expedientes de la Causa General. Mientras archivos tan sensibles como los de la Guardia Civil permanecen cerrados a la investigaci¨®n, hay archivos militares que no s¨®lo han abierto sus puertas, sino que han clasificado, ordenado y digitalizado partes de sus fondos y han facilitado la creaci¨®n de bases de datos de los consejos de guerra que enviaron a la muerte a decenas de miles de espa?oles leales a la Rep¨²blica. Ha sido un camino sembrado de obst¨¢culos en el que durante a?os rigi¨® la discrecionalidad, solo remediada por el empe?o de nuevas generaciones de archiveros e historiadores que han documentado la magnitud y profundidad de la represi¨®n sobre la que se erigi¨® el nuevo Estado. Pero hasta fechas recientes, hemos carecido de una pol¨ªtica de Estado sobre archivos de la Guerra Civil y de la dictadura.

La Ley 52/2007, llamada de Memoria Hist¨®rica, ha querido remediar esta situaci¨®n disponiendo que todos los documentos referidos a la Guerra Civil y a la represi¨®n subsiguiente, sitos en museos, bibliotecas o archivos de titularidad estatal, sean depositados en el Archivo General de la Guerra Civil, con sede en Salamanca. A esta nueva pol¨ªtica, sostenida con eficacia y tes¨®n por la Direcci¨®n General del Libro, Archivos y Bibliotecas, obedece el traslado de estos fondos del Tribunal de Cuentas y de ella tendr¨ªa que derivarse la elaboraci¨®n de un libro blanco o informe general sobre la situaci¨®n actual de los archivos de titularidad estatal -fuerzas armadas y de orden p¨²blico incluidas- que marque l¨ªneas de actuaci¨®n futura y establezca las condiciones de consulta de papeles todav¨ªa hoy inaccesibles.