El f¨²tbol no tiene precio
El Lyon baja a la tierra el grandilocuente proyecto de Florentino P¨¦rez y el Madrid, que se desfond¨® en el segundo tiempo, cae por sexta temporada consecutiva en octavos
Los t¨ªtulos no se compran, se ganan. Con o sin la pasarela estival, con mayor o menor dispendio en el rastrillo, llegado el momento crucial el Madrid volvi¨® a descarrilar en la Copa de Europa. Por sexta edici¨®n consecutiva su l¨ªmite fueron los octavos de final. Lo mismo le ha dado medirse con el Juventus, el Bayern, el Arsenal, el Liverpool, el Roma o el Lyon, al que, por cierto, no ha superado en sus ¨²ltimos seis encuentros. Desde el trono institucional se hab¨ªa propagado un proyecto de ensue?o encaminado sin remedio a ganar la d¨¦cima en Chamart¨ªn, al abrigo de la grada. Un regalo para la afici¨®n. La realidad, una vez m¨¢s, desminti¨® a los despachos. Cuando rueda la pelota, el asunto es de los futbolistas, no importan los fastos hollywoodienses. Ni siquiera es una referencia que el adversario no tuviera chequera para retener a su gran estrella, Benzema. Sin ¨¦l, con un buen equipo, el Lyon desterr¨® al Madrid. En el deporte todo es posible, salvo para quienes consideran que el c¨¦sped es un tapiz burs¨¢til. El Madrid sufri¨® una derrota deportiva, nada m¨¢s, e incluso pudo haber solventado con creces el duelo en el primer periodo. Pero cuando se aspira a la inmortalidad y ¨¦sta cala entre la gente, es l¨®gico que se desate una crisis desproporcionada. O no tanto. Quiz¨¢ s¨®lo acorde a las grandilocuencias previas.
REAL MADRID 1 - OLYMPIQUE LYON 1
Real Madrid: Casillas; Ramos, Albiol, Garay, Arbeloa (Diarra, m. 83); Granero (Van der Vaart, m. 61), Lass, Guti; Kak¨¢ (Ra¨²l, m. 77), Cristiano e Higua¨ªn. No utilizados: Dudek; Metzelder, Gago y Mosquera.
Olympique de Lyon: Lloris; R¨¨velli¨¦re, Cris, Boumsong (K?llstr?m, m. 46), Cissokho; Toulalan; Govou, Makoun (Gonalons, m. 46), Pjanic (Ederson, m. 83), Delgado y Lisandro. No utilizados: Vercoutre; Bodmer, Gomis y Tafer.
Goles: 1-0. M. 6. Cristiano. 1-1. M. 75 Pjanic.
?rbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonest¨® con tarjeta amarilla a Cris, Granero, Delgado y Van der Vaart.
85.000 espectadores en el estadio Santiago Bernab¨¦u.
En la primera parte, al conjunto blanco no le tirit¨® el juego, pero no dio la puntilla
Tras el intermedio, todo el andamiaje se vino abajo con los cambios de Puel
Y se hundi¨® el plan institucional encaminado sin remedio a la 'd¨¦cima'
Si el f¨²tbol fuera aritm¨¦tico, el Madrid se hubiera ahorrado un periodo entero de sufrimiento. Durante 45 minutos no le hizo tiritar el juego, s¨®lo el resultado, s¨®lo ese componente azaroso que tiene el f¨²tbol. Y lo pag¨® caro, car¨ªsimo. No acert¨® a dar la puntilla a un rival que se despert¨® a tiempo en el segundo tramo. El encuentro dio brusco giro en el intermedio. De una posible goleada local o una posible goleada visitante.
De entrada, el Madrid fue un vendaval, una manada. Sus ¨²ltimos encuentros destilaban un equipo cuajado, con hueso. Un conjunto que se abalanzaba con sa?a sobre el contrario, que cos¨ªa las l¨ªneas en una baldosa. Un agobio constante para cualquier adversario, el Sevilla o el Lyon, que se ven anudados contra las cuerdas. Frente a tanto empuje no encontr¨® ant¨ªdoto el Sevilla; s¨ª el conjunto franc¨¦s, aunque tardara un tiempo en encontrar la receta. Nada hac¨ªa presagiar el contratiempo final. En el arranque se vio al equipo devastador que dej¨® al Sevilla hecho cenizas. El grupo de Pellegrini impuso el mismo ritmo fren¨¦tico, con las pulsaciones disparadas. Como ejemplo, Sergio Ramos, de nuevo un maratoniano, un extremo que percut¨ªa hasta lo conmovedor. Lo pag¨® el argentino Chelo Delgado, un interior de vocaci¨®n ofensiva que se vio obligado a tirar de pico y pala como un lateral cualquiera. Otra muestra del volumen que impon¨ªa el Madrid era Cristiano Ronaldo, un cicl¨®n en todo el frente de ataque, inalcanzable por potencia y dif¨ªcil de fijar por su ubicuidad. Los defensas detestan a esos delanteros con patines que vuelan sin rumbo.
Ante semejante avalancha, el Lyon estuvo mudo hasta que su t¨¦cnico, Claude Puel, orden¨® una dr¨¢stica mutaci¨®n en el descanso. En el primer acto s¨®lo el Madrid hab¨ªa tenido dictado. La extraordinaria firmeza de sus centrales, inmensos Albiol y Garay en ese tramo, le evit¨® cualquier congoja. Al borde del desmayo estuvo el cuadro franc¨¦s, que vivi¨® un tormento delante de Lloris, incapaz de encontrar alivio, sin otra salida que un pelotazo a Lisandro. Sus escoltas, Govou y Delgado, remaban hacia su porter¨ªa, necesitada de bomberos desde que a los 17 segundos Kak¨¢ hubiera dado pistas de la tormenta que se le avecinaba al Lyon. Guti, casi en su primera intervenci¨®n, tir¨® de partitura. Cristiano le hizo un gui?o con un desmarque entre R¨¨velli¨¦re, lateral derecho, y Cris, el central de esa orilla. Guti encendi¨® las luces y el portugu¨¦s midi¨® a Lloris con un remate con la zurda algo mordido. El buen portero franc¨¦s abri¨® la tijera y la pelota rod¨® hasta la red entre sus piernas. El gol fue el preludio de una catarata de ocasiones locales. Pero el f¨²tbol es misterioso. Higua¨ªn, al que ya nadie discute su precisi¨®n ante el gol, no encuentra c¨®mo flirtear con la Liga de Campeones, donde s¨®lo ha hecho diana dos veces. Frente al Lyon fall¨® uno de los goles m¨¢s f¨¢ciles de su carrera, con Lloris vencido fuera del ¨¢rea, con la porter¨ªa a la intemperie. S¨®lo hab¨ªa hierba entre el argentino y la diana: el bal¨®n se estrell¨® en el poste izquierdo de la meta gala. Minutos despu¨¦s, Lloris le frustr¨® de nuevo, esta vez con una buena parada. El Madrid no daba respiro. Nada apuntaba al desenlace final, con el Madrid infartado, extenuado.
Llegado el intermedio todo el andamiaje madridista se vino abajo. Puel sent¨® a su equipo en el div¨¢n. El Lyon hab¨ªa sido un mu?eco, un equipo inerme ante Casillas, sin pistas de la pelota. No hab¨ªa tenido alivio: al Madrid le sancionaron la primera falta pasada la media hora. Puel acert¨® con el remedio y alist¨® a dos centrocampistas, Gonalons y Kallstr?m, en detrimento de Boumsong, un central, y Makoun, un centrocampista. Toulalan, un medio inteligente, vers¨¢til, nada estridente, pero de los que no se equivocan casi nunca, pas¨® al eje de la defensa. Kallstr?m espos¨® a Guti y Gonalons incomod¨® a Lass. Con esa variante el Madrid dio un paso atr¨¢s para poder dar salida al juego. El equipo no s¨®lo perdi¨® fluidez, sino que se hizo largo, los esfuerzos, por tanto, resultaron m¨¢s exigentes. El Lyon pas¨® a estar m¨¢s cerca del per¨ªmetro de Casillas y Govou y Delgado, aquellos extremos que s¨®lo defend¨ªan al principio, se sintieron m¨¢s liberados para auxiliar a Lisandro. El partido se equilibr¨®. Tuvo ida y vuelta. Una mala noticia para el Madrid, incr¨¦dulo ante el cambio de papeles. El estupor invadi¨® el Bernab¨¦u, m¨¢xime tras el gol de Pjanic, la guinda a la reacci¨®n del Lyon. El Madrid, entonces, ya era un grupo de solistas. Lo mismo se cabreaba Kak¨¢ por ser relevado -lo que ha merecido en numerosas ocasiones desde que se abri¨® el tel¨®n del curso-, que Ra¨²l sacaba la sierra a ¨²ltima hora. Hab¨ªa pa?uelos, la desaz¨®n pod¨ªa con Chamart¨ªn. Le hab¨ªan vendido otro proyecto. Entonces era verano. Pero el f¨²tbol no tiene precio.
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