Rooney vuelve loco al Milan

Se presum¨ªa el Milan m¨¢s fiero, el que entra en combusti¨®n con la m¨²sica de la Champions, el que venci¨® en el Bernab¨¦u por primera vez en la historia, el que exprime esa terna de veteranos futbolistas a la que le quedan pocos puntapi¨¦s sobre el bal¨®n. Se barruntaba un Milan dictatorial y se qued¨® en un equipo reducido, en una burda muesca para la cabeza de Rooney, que aclar¨® la eliminatoria en un santiam¨¦n para los intereses del Manchester, que sum¨® cuatro goles.

Sin Beckham en el c¨¦sped de inicio pero en boca de Old Trafford, el Milan se despleg¨® a un ritmo pausado y tosco, ineficaz para desgajar a la zaga adversaria. Flashes de Ronaldinho, asistencias de Pirlo y nada m¨¢s. El equipo de Leonardo se desvaneci¨® desde el principio, incluso antes de que los aficionados del Manchester entraran en bandada al estadio, ya comenzado el encuentro, en se?al de protesta contra la familia estadounidense Glazer, propietaria de la mayor¨ªa de las acciones del club. Los hinchas portaron las bufandas verdes y amarillas, colores del Newton Heath, equipo ferroviario de Lancashire and Yorkshire que origin¨® el United. Se reivindicaba el respeto a la historia y se desaprobaban las elevadas deudas contra¨ªdas por el club.

No entiende de historias Rooney, que tambi¨¦n rebati¨® eso de que el Mufc nunca se hab¨ªa impuesto al Milan en Europa. Tiene un tren inferior monstruoso, una potencia descomunal y una arrancada diab¨®lica. No flojea en el regate y mezcla con facilidad. Su definici¨®n, impecable. Y en la suerte del cabeceo no falla; nueve de sus ¨²ltimos 11 goles son as¨ª. Ayer atendi¨® en el punto de penalti un centro con rosca de Neville, con todo el tiempo del mundo porque Ronaldinho se desentendi¨® de la jugada. Se elev¨® por encima de Bonera, se suspendi¨® en el aire, marc¨® los tiempos y cabece¨® cruzado y raso, lejos de las manoplas de Abbiati. El tercer gol en la eliminatoria de Rooney; el tercer y definitivo testarazo. Le sobr¨®, incluso, ese pase en profundidad de Nani que defini¨® de primeras al fondo de las mallas. A la fiesta se sum¨® Park, que resolvi¨® un pase interior de Scholes, la ali?¨® Fletcher con el cuarto —tambi¨¦n de cabeza— y la complet¨® Beckham, que se llev¨® su ovaci¨®n de bienvenida nada m¨¢s pisar el campo.

La tuvo Ronaldinho, que hace honor al mote de Il Dentone que le ha puesto Italia al mostrar su sonrisa cuando juega en Europa. Pero su remate de cabeza acarici¨® el palo y el Milan hizo fundido en negro, abatido y sin otra respuesta que un disparo lejano de Becks. Rooney es demasiado.