Los trasplantes cruzan otra frontera
El descenso de muertes por tr¨¢fico genera mayor necesidad de ¨®rganos de vivos - Espa?a se prepara para la primera donaci¨®n entre desconocidos - Entra?a riesgos y exige m¨¢s controles
Espa?a est¨¢ ya en camino de cruzar la ¨²ltima frontera que le quedaba para conseguir ¨®rganos -en este caso, ri?ones- para trasplantes. Despu¨¦s del recurso de los fallecidos y los familiares o amigos del receptor, ahora prepara el que ser¨¢ el primer trasplante por el m¨¦todo llamado del buen samaritano. Este sistema, com¨²n en pa¨ªses anglosajones, consiste en que una persona ofrece su ri?¨®n sin m¨¢s. Ser¨¢ la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes (ONT) la que decida qui¨¦n se va a beneficiar. Y ya hay un candidato para someterse a este proceso, dijo ayer Rafael Matesanz, responsable de la ONT. De ¨¦l s¨®lo se sabe que es hombre y andaluz y que ha sido evaluado tanto m¨¦dica como psicol¨®gicamente.
En Espa?a, unas 4.000 personas esperan para recibir un ri?¨®n
La mayor¨ªa de los donantes tiene ahora m¨¢s de 60 a?os
La ley de 1979 ya permit¨ªa, sin pretenderlo, esta t¨¦cnica
Un juez decidir¨¢ si quien ofrece el ¨®rgano lo hace libremente
La posibilidad de que una persona viva ceda uno de sus ¨®rganos a otra que est¨¢ enferma ya estaba en la ley de 1979, indica el responsable de la ONT, Rafael Matesanz. Pero el hecho es que apenas se hab¨ªa usado. De acuerdo con los datos de trasplantes en Espa?a que dio ayer la ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez, desde 1991 hasta 2002 se utilizaba menos de 35 veces cada a?o. A partir de entonces, la curva se empina. En 2003 fueron 60 los casos; en 2008, 156; el a?o pasado, 235.
?Qu¨¦ ha pasado para que la ONT, l¨ªder mundial en captaci¨®n de ¨®rganos, haya decidido fomentar este m¨¦todo? La primera respuesta es clara: a pesar de que el sistema espa?ol es el m¨¢s eficaz del mundo (la tasa de donaciones por mill¨®n de habitantes, 34,4 el a?o pasado, es casi el doble que la de la UE, que est¨¢ en 18,1), no es suficiente. Se calcula que hay unas 4.000 personas que podr¨ªan beneficiarse de un ri?¨®n, pero s¨®lo lo reciben 2.200 cada a?o.
La segunda, es que el perfil del donante ha cambiado. Al principio (en 1992, cuando empez¨® a funcionar la ONT), el 43% eran v¨ªctimas de accidentes de tr¨¢fico. El a?o pasado, s¨®lo lo eran el 8,7% por el descenso de la siniestralidad. Este cambio tiene un efecto cl¨ªnicamente importante: la edad media de los ¨®rganos aumenta. Si en 1992 el 59% ten¨ªa entre 15 y 45 a?os -la ¨®ptima-, el ¨²ltimo a?o eran mayor¨ªa los ¨®rganos provenientes de personas mayores (un 44,6% ten¨ªa m¨¢s de 60) que hab¨ªan fallecido por un derrame cerebral.
Como dice Matesanz, esto supone un inconveniente. "Para un enfermo renal joven que va a empezar a someterse a di¨¢lisis, lo mejor es que reciba un ¨®rgano de otra persona de su edad. Si no, estar¨ªamos poniendo ri?ones viejos en personas j¨®venes, y eso puede tener inconvenientes a medio plazo", se?ala.
Por eso, la ONT decidi¨®, despu¨¦s de debatirlo con las comunidades aut¨®nomas, abrirse a la ¨²nica t¨¦cnica que no hab¨ªa probado hasta ahora: la del buen samaritano. "Siempre ha habido personas que han venido a nosotros para donar altruistamente un ri?¨®n -y m¨¢s recientemente, hasta una secci¨®n de h¨ªgado-, pero les dec¨ªamos que no. Primero, porque en los a?os setenta y ochenta, la t¨¦cnica y el conocimiento cient¨ªfico no ten¨ªa nada que ver con el actual. Hoy d¨ªa podemos decir que con la extracci¨®n del ri?¨®n por laparoscopia [una incisi¨®n m¨ªnima] el riesgo para el donante es m¨ªnimo", dice Matesanz.
Pero hab¨ªa otro reparo, que es el que ha hecho que se haya mantenido esa postura hasta ahora: "Estas donaciones pod¨ªan encubrir otros intereses, como el econ¨®mico o que hubiera una extorsi¨®n".
?ste es el aspecto que ha hecho que, hasta ahora, se haya potenciado la donaci¨®n de [donante] vivo entre familiares o personas cercanas al enfermo. Se confiaba en que el altruismo actuara como motivaci¨®n. Y eso a pesar de que, como subraya la catedr¨¢tica de Derecho Constitucional de la UNED Yolanda G¨®mez, ese supuesto es, precisamente, el que peor encaja en la ley de 1979 sobre extracci¨®n y trasplante de ¨®rganos. G¨®mez, que es actualmente miembro del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a, resalta que en esa ley -que sigue vigente- se pon¨ªan una serie de requisitos para la intervenci¨®n, que eran, aparte de que el donante fuera mayor de edad y estuviera en pleno uso de sus facultades, el anonimato del receptor. Desde este punto de vista, lo que se estaba haciendo hasta ahora, permitir los donantes de vivo entre familiares o con amigos, es "la pr¨¢ctica que ha seguido la ONT, aunque no digo que sea mala", a?ade G¨®mez. Porque, como recuerda, lo que se buscaba en la ley es "una radical separaci¨®n entre donante y receptor para garantizar el principio general de Naciones Unidas y adoptado por la UE de que no se puede comercializar con el cuerpo humano".
Esta posibilidad es la que hace que la bio¨¦tica y concejala del PSOE en Madrid Carmen S¨¢nchez Carazo afirme, de primeras, que el caso le da "un poco de miedo". "Habr¨¢ que hacerle un estudio para ver si hay detr¨¢s cuestiones econ¨®micas", afirma. Para S¨¢nchez Carazo, en Espa?a "los pacientes tienen muchas posibilidades de recibir un trasplante", por lo que recurrir a este sistema de donantes an¨®nimos "no ser¨ªa necesario". "Una cosa es donar a un familiar de una forma altruista, que me parece fant¨¢stico, y otra, esto", afirma. "No me f¨ªo", insiste.
Pero la postura de S¨¢nchez Carazo no obedece s¨®lo a una prevenci¨®n. "Cuando una persona dona sangre, en cuatro horas se ha recuperado. El que dona m¨¦dula, tiene que someterse a un pinchazo en el estern¨®n, y en una semana lo ha superado. Pero un ri?¨®n es un ¨®rgano esencial. No sabes si a los 50 a?os vas a tener un poco de insuficiencia renal y vas a necesitar los dos. Puede ser que el donante no se d¨¦ cuenta de estos aspectos", apunta. Y recalca: "Si se hace, tiene que haber toda una serie de salvaguardas, como el consentimiento informado en plena libertad. Y ni a¨²n as¨ª", remacha.
De los expertos consultados, S¨¢nchez Carazo es de las pocas que ve problemas m¨¦dicos a la decisi¨®n. El presidente de la Sociedad Internacional de Bio¨¦tica, Marcelo Palacios, insiste mucho en que el ¨®rgano "no es indispensable. No es ¨²nico". "Nosotros tenemos dos, pero se sabe que no est¨¢n actuando a pleno rendimiento. Cuando se pierde o se dona uno, el otro puede suplirlo", dice. La ¨²nica cortapisa que se?ala es que este m¨¦todo debe usarse, seg¨²n la ley, "cuando no hay otro m¨¦todo de eficacia similar".
Matesanz recuerda al respecto que precisamente el mi¨¦rcoles sali¨® publicado en JAMA, la revista de la asociaci¨®n m¨¦dica estadounidense, un art¨ªculo que revisaba la historia cl¨ªnica de miles de donantes de ri?¨®n, y en el que se demostraba que sus expectativas de vida eran "equivalente a las del resto de las personas". Yendo un poco m¨¢s all¨¢, se?ala que incluso hay estudios que apuntan a que su vida es mejor, "pero eso no quiere decir que quitarse un ri?¨®n sea bueno; lo que indica es que los donantes est¨¢n muy bien elegidos entre personas sanas, que de cualquiera de las maneras vivir¨ªan m¨¢s que la media", apunta.
Tambi¨¦n G¨®mez destaca que el "trasplante de ri?¨®n est¨¢ bastante consolidado t¨¦cnicamente", por lo que no cree que suponga un problema para la salud de quien ofrece el ¨®rgano. "Este es el requisito previo para empezar siquiera a discutir este proceso", se?ala. "La persona no debe quedar mermada en sus condiciones f¨ªsicas".
Todos coinciden en que se debe ser muy cuidadoso con la evaluaci¨®n de los candidatos a ofrecer un ¨®rgano. "Tanta solidaridad extra?a; es muy fuerte", apunta G¨®mez, quien, sin embargo, afirma que, teniendo en cuenta que se hayan aplicado las garant¨ªas necesarias, al proceso "no se le pude poner ¨¦ticamente ninguna cortapisa".
La presidenta de la Fundaci¨®n Bio¨¦tica, Mar¨ªa Dolores Espejo, tambi¨¦n muestra su extra?eza por el exceso de generosidad del donante. "Me parece raro tanto altruismo sin tener ninguna obligaci¨®n", afirma. "Es verdad que si te quitan un ri?¨®n te queda otro, pero nadie sabe qu¨¦ problemas puede tener en el futuro". Sin embargo, afirma que "¨¦ticamente no se le puede poner ning¨²n reparo, porque el donante no pone su vida en juego". Eso s¨ª, insiste en que debe haber una supervisi¨®n no s¨®lo por un comit¨¦ ¨¦tico -"como en todos los trasplantes"- sino que cree que en este caso debe ser un juez el que vea "la capacidad para decidir y el motivo" de quien tan "extra?amente" da un ri?¨®n. "Me recuerda a la pel¨ªcula Siete vidas, en la que el protagonista va donando ¨®rganos a personas que en su momento le hicieron un favor, pero el protagonista no quer¨ªa vivir, y eso no se puede consentir". "Hay que ver el caso muy despacio, para que no pase como con las donaciones de ¨®vulos, que te¨®ricamente son altruistas pero en todas las facultades hay carteles en las que se ofrece una compensaci¨®n a las mujeres. En teor¨ªa, no se pueden comprar y se da por las molestias, pero es eso, en teor¨ªa", se?ala Espejo.
Matesanz coincide en que la clave del proceso es el control del donante. Por eso indica que el proceso ha sido evaluado por una comisi¨®n en la que hay nefr¨®logos, expertos en trasplantes, bio¨¦ticos y un juez. ?ste debe velar para que se cumplan los "dos principios que estipula la ley: que sea un proceso no retribuido y sin coacciones".
Seg¨²n el responsable de la ONT, eso se ha seguido escrupulosamente en este caso. Y una vez asegurado el anonimato de donante u receptor y de que no se conozcan entre s¨ª, no ve m¨¢s que ventajas al sistema. "Formalmente nunca ha estado prohibido. Ahora tenemos las condiciones para hacerlo. Y la figura del buen samaritano puede ser clave para conseguir donaciones cruzadas o en cadena", a?ade Matesanz. ?ste es el ¨²ltimo paso que queda por dar sin llegar a la compraventa de ¨®rganos (prohibida en Espa?a y en los pa¨ªses desarrollados): localizar a potenciales donantes que sirvan para estimular a allegados de los receptores a convertirse ellos tambi¨¦n en donantes. "En Estados Unidos se han llegado a coordinar as¨ª hasta ocho donaciones", cuenta Matesanz.
El responsable de la ONT va m¨¢s lejos, y no duda de que el ejemplo del primer buen samaritano andaluz cundir¨¢. "Tendremos que hacer listas de donantes potenciales. El mayor problema que se nos plantea es que hay que tener mucho cuidado para garantizar su anonimato", indica. Tan seguro est¨¢ de que este no va a ser un caso ¨²nico, que se atreve a indicar a las personas que quieran seguir el ejemplo que vayan "a un hospital con un centro de transplantes (porque en los otros no van a saber ni de qu¨¦ les est¨¢n hablando)", o que se dirijan a la propia ONT. "Ah¨ª les tomaremos los datos para hacer el proceso de evaluaci¨®n", afirma. Todo con el objetivo de "sacar a cuantas personas podamos de las listas de espera".
Altruismo o inter¨¦s
- El modelo del buen samaritano. Este sistema consiste en que una persona dona un ¨®rgano a alguien a quien no conoce. Empez¨® en Estados Unidos en los a?os ochenta, pero siempre ha estado perseguido por la sospecha de que quienes ofrecen su ri?¨®n (o, m¨¢s recientemente, una parte de su h¨ªgado) pudiera tener intereses ocultos.
- Voluntarios. En 1997, un estudio de la Sociedad de Trasplante de la Columbia Brit¨¢nica se?alaba que un 32% de los encuestados afirmaba que estar¨ªa dispuesto a donar un ¨®rgano a un desconocido.
- Requisitos. En Reino Unido la pr¨¢ctica se prohibi¨® en 1989, pero dej¨® una excepci¨®n: la posibilidad de conseguir un permiso especial, que se da caso a caso, para convertirse en un buen samaritano. El objetivo es evitar que se act¨²e bajo presi¨®n o por intereses econ¨®micos.
- Resultados. En el pa¨ªs pionero en esta t¨¦cnica, Estados Unidos, cerca del 50% de las donaciones de ri?¨®n son ya de donante vivo. En Espa?a esta t¨¦cnica representa apenas el 10% del total, seg¨²n la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes. Los estudios se?alan que, en general, el resultado es mejor para el receptor.
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