El G-2 y Europa
Hubo el G-7, despu¨¦s el G-8 y, por ¨²ltimo, el G-20. El grupo de Gobiernos que mandan y que, por supuesto, est¨¢n a salvo de todo control internacional. La ONU jam¨¢s ha tenido voz en las reuniones de esta instituci¨®n. Su ¨²ltimo espect¨¢culo fue durante la primavera de 2009 en Londres, en plena crisis. En aquella ocasi¨®n, la fotograf¨ªa quer¨ªa mostrar a nuevos socios; en ella aparec¨ªan indios, chinos, brasile?os, saud¨ªes, en resumen, todo lo habido y por haber en este mundo. Pero no aparec¨ªa lo esencial, es decir, los responsables directos de la crisis (salvo que, no sin raz¨®n, pensemos que los se?ores Barroso y Trichet lo son): ni grandes banqueros, ni dirigentes de multinacionales, ni traders. Si estaban all¨ª, deb¨ªan de esconderse detr¨¢s de los bastidores.
Europa ha perdido ya el tren de la historia con su 'euro fuerte' y sus millones de desempleados
El G-20 quer¨ªa adelantar medidas para atajar la crisis. Un a?o despu¨¦s de la reuni¨®n, aqu¨ª est¨¢n los hechos. En todas partes, los asalariados est¨¢n pagando la crisis, despu¨¦s de que se concedieran sumas astron¨®micas a los bancos en quiebra; dirigido por la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), el sistema comercial internacional sigue estando sometido a una competencia mundial portadora de deflaci¨®n salarial y que favorece a las monedas d¨¦biles y a los pa¨ªses con mano de obra barata; el desempleo aumenta en todas partes y la patronal aprovecha para exigir todav¨ªa m¨¢s sacrificios a los asalariados, proponiendo contratos de trabajo precarizados y exigiendo una mayor privatizaci¨®n del v¨ªnculo social, y menos apoyo a las pol¨ªticas p¨²blicas.
Como dec¨ªa Heinrich Heine, en Europa "bailamos sobre un volc¨¢n, ?pero bailamos!". Grecia est¨¢ a punto de hundirse; Alemania, tambi¨¦n con d¨¦ficit presupuestario (el pasado a?o fue del 3,3%), lanza fieras miradas a los pa¨ªses del sur de Europa; Portugal est¨¢ a la espera de saber cu¨¢l ser¨¢ su suerte; Italia no quiere o¨ªr hablar m¨¢s del estado de sus cuentas; Espa?a, por ¨²ltimo, se encuentra en una situaci¨®n psicol¨®gicamente inc¨®moda porque, al presidir hasta junio la Uni¨®n Europea, no puede ser atacada frontalmente por sus socios, aunque ¨¦stos la pondr¨¢n probablemente en aprietos con el "euro fuerte" y el respeto riguroso de las reglas del plan de estabilidad a partir del pr¨®ximo oto?o.
Nada parece haber aprendido el Banco Central Europeo de la crisis mundial, ni tampoco de las estrategias desplegadas por las grandes potencias econ¨®micas. Estas estrategias nos resultan conocidas en Europa, por su lado malo, el de la competencia desleal que se hace fundamentalmente bajando los salarios; pero nos resultan desconocidas por su otra faceta, la de la recuperaci¨®n y de la competencia a la baja de las monedas. Vean, si no, a Estados Unidos, que combate el d¨¦ficit depreciando el d¨®lar; ¨¦ste val¨ªa en el a?o 2000 aproximadamente 1,20 euros y hoy vale 0,65 euros. De este modo, relanzan su comercio exterior y por tanto la producci¨®n interna. Los chinos siguen esta misma l¨ªnea desde hace dos d¨¦cadas, y los indios y los brasile?os tambi¨¦n. Patria del librecambismo y de la liberalizaci¨®n salvaje, a Reino Unido no le ha temblado el pulso a la hora de nacionalizar sus bancos en peligro ni de devaluar su moneda un 40%. Dir¨¢n que los mercados financieros han atacado a la libra. ?Y qu¨¦? Reino Unido no ha desaparecido y los mercados financieros tampoco pueden arriesgarse a hundir la City. En cambio, la econom¨ªa inglesa se recupera m¨¢s r¨¢pidamente que la mayor¨ªa de las econom¨ªas de los pa¨ªses de la zona euro.
S¨®lo el euro sigue sacando pecho para complacer al Banco Central, a las multinacionales europeas, cuyo espacio de rentabilidad m¨¢s importante est¨¢ en Europa, y a Alemania, la primera potencia industrial y financiera europea. Pero lo m¨¢s importante ocurre en otra parte, puesto que ante nuestros ojos se est¨¢ formando el mundo del siglo XXI; ¨¦ste se basar¨¢ en un eje sino-americano, que integrar¨¢ probablemente a Jap¨®n y a India.
Europa queda de momento excluida, ya que un G-2 compuesto por China y Estados Unidos, que forma un nuevo gobierno mundial basado en la complicidad del d¨®lar y del yuan chino, ha sustituido subrepticiamente al G-20. Europa ha perdido ya el tren de la historia con su euro fuerte y sus millones de desempleados en nombre de la lucha contra la inflaci¨®n. Si queremos convencernos de ello, basta con recordar lo que le ocurri¨® durante la Conferencia de Copenhague sobre medio ambiente.
Traducci¨®n de M. Sampons.
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