3.000 curas investigados por pederastia
El Vaticano desvela las cifras de su lucha contra los abusos entre el clero - La Santa Sede acusa a la prensa alemana de tratar al Papa con "ensa?amiento" por vincularle con el esc¨¢ndalo
La Iglesia ha pasado a la contraofensiva para defenderse de las acusaciones de que ha actuado con pasividad en los casos de pederastia cometida por curas en Europa y Am¨¦rica. De una manera inusual, ayer facilit¨® la traducci¨®n en cuatro idiomas de una entrevista hecha al "promotor de justicia" del Tribunal de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, Charles J. Scicluna, publicada por la revista Avvenire. "En los ¨²ltimos nueve a?os (2001-2010) hemos analizado las acusaciones relativas a unos 3.000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos por delitos cometidos en los ¨²ltimos 50 a?os", afirma el fiscal.
El procurador revela adem¨¢s la sorprendente diversidad de matices que maneja el Vaticano ante los abusos. "Podemos decir que, grosso modo, en el 60% de los casos se trata de actos de efebofilia, o sea, debidos a la atracci¨®n sexual por adolescentes del mismo sexo; en otro 30%, de relaciones heterosexuales, y en el 10% de actos de pedofilia verdadera y propia, esto es, determinados por la atracci¨®n sexual hacia ni?os imp¨²beres. Los casos de sacerdotes acusados de pedofilia verdadera y propia son, entonces, unos 300 en nueve a?os", afirma.
El ex Santo Oficio recibe unas 220 denuncias anuales contra sacerdotes
De esos 3.000 acusados, ?cu¨¢ntos han sido procesados y condenados?, pregunta Avvenire. Scicluna responde: "En el 20% de los casos se ha celebrado un proceso penal o administrativo. En el 60% de los casos, sobre todo debido a la edad avanzada de los acusados, no hubo proceso, pero se emanaron normas administrativas y disciplinarias, como la obligaci¨®n de no celebrar misa, de no confesar, de llevar una vida retirada y de oraci¨®n". Seg¨²n Scicluna, no "se trata de absoluciones". "Ciertamente no ha habido una condena formal, pero si a una persona la obligan al silencio y a la oraci¨®n, ser¨¢ por algo".
Seg¨²n el portavoz vaticano, Federico Lombardi, la entrevista deja "absolutamente claro" que las normas firmadas por Ratzinger en una carta de 2001, cuando era cardenal y prefecto del viejo Santo Oficio, "no han pretendido favorecer ni han favorecido el encubrimiento de estos delitos; m¨¢s bien, han favorecido una intensa actividad para afrontar, juzgar y castigar adecuadamente". Entre la autocomplacencia asoman detalles reveladores sobre el m¨¦todo establecido por Karol Wojtyla y Ratzinger para perseguir los abusos en la carta de 2001 titulada Sacramentorum sanctitatis tutela, que impuso a los obispos trasladar los casos m¨¢s graves a la oficina disciplinaria de la Congregaci¨®n. El sistema parece poco ¨²til porque incorpor¨® la prescripci¨®n de los abusos a los 10 a?os, que empiezan a contar desde que el menor cumple 18.
Seg¨²n Scicluna, "una mala traducci¨®n al ingl¨¦s del texto hizo pensar que la Santa Sede impon¨ªa el secreto para ocultar los hechos. Pero no era as¨ª. El secreto de instrucci¨®n buscaba proteger la buena fama de las personas implicadas, antes que nadie las mismas v¨ªctimas".
Cuando enumera las condenas definitivas, la impresi¨®n es que tampoco le agrada castigar a sus ovejas descarriadas. "En un 10% de los casos, particularmente graves y con pruebas abrumadoras, el Santo Padre asumi¨® la dolorosa responsabilidad de autorizar un decreto de dimisi¨®n del estado clerical. En el restante 10% de los casos, los mismos cl¨¦rigos acusados pidieron la dispensa que fue aceptada con prontitud".
El ex Santo Oficio admite que recibe 223 nuevos casos anuales de pederastia de todo el mundo. "El fen¨®meno es muy limitado. Hay que tener en cuenta que son 400.000 los sacerdotes diocesanos y religiosos en el mundo".
Adem¨¢s, el Vaticano quiere dejar al Papa fuera del esc¨¢ndalo, despu¨¦s de que se publicara que Ratzinger era obispo de M¨²nich cuando uno de estos pederastas actuaba en la di¨®cesis. Seg¨²n fuentes de la Santa Sede, las sensaciones que transmite el Papa son de sufrimiento y estupor por el ensa?amiento medi¨¢tico ante la cascada de casos de abusos sexuales. El Papa, afirman fuentes oficiales ins¨®litamente locuaces, ha vivido una semana de pasi¨®n, especialmente dura por el esc¨¢ndalo alem¨¢n y la posterior aparici¨®n del nombre de su hermano Georg y del suyo propio, en casos y grados diferentes.
Todo esto, sin embargo, no impide a Benedicto XVI "manejar con mano firme la nave en medio de la tempestad", afirm¨® Lombardi. En una nota, el jesuita confirm¨® la impresi¨®n de que el Vaticano, pese a las promesas de tolerancia cero, no abandona la trinchera. "Es evidente que en los ¨²ltimos d¨ªas se han buscado -con un cierto ensa?amiento, en Ratisbona y en M¨²nich- elementos para involucrar personalmente al Santo Padre. Cualquier observador objetivo se da cuenta de que estos esfuerzos han fracasado", dijo.
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