El emperador desnudo y otros cuentos incre¨ªbles

?Sabe en qu¨¦ se parecen la justicia y el arte moderno? En que las cosas no pueden estar tan mal como las pintan.

No obstante, hace una semana el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial, Carlos D¨ªvar, lanz¨® un inquietante mensaje en Le¨®n, en defensa de ambas instituciones. "Coincidir¨¢n conmigo", dijo, [en] "que hay libertades que exceden para convertirse en un libertinaje y cosas que no son tolerables, como, por ejemplo, afirmar que determinados magistrados del Tribunal Supremo son prevaricadores. (...) Esto no es en modo alguno tolerable, como [tampoco lo es] dudar de la honestidad y el trabajo del ¨®rgano de gobierno del Poder Judicial, que soy testigo en ambas instituciones de las horas y del sacrificio que consigo llevan".

?Qu¨¦ es m¨¢s grave, que un juez prevarique o que la prensa lo denuncie?

Y sin embargo, seguro que usted lector se preguntar¨¢: ?Qu¨¦ es m¨¢s grave, que algunos magistrados del Supremo prevariquen -ya sabe, aquello de dictar a sabiendas resoluciones injustas- o que alguien lo denuncie?

D¨ªvar parece haber escogido el camino cl¨¢sico: matar al mensajero, pero por haber dicho que el emperador est¨¢ desnudo, como en el cuento de Hans Christian Andersen, en el que s¨®lo la voz de un ni?o revela lo que todos los dem¨¢s saben y callan. Da la impresi¨®n de que tan egregio magistrado cree que las cosas no ocurren si alguien no las cuenta, o lo que ser¨ªa parecido, que s¨®lo ocurren porque alguien las cuenta, por lo que la soluci¨®n evidente es eliminar al que las cuenta para que no hayan ocurrido.

El presidente del Poder Judicial parece haberse abonado al ¨¦xito tras sus anteriores declaraciones, en las que, en lugar de trabajar m¨¢s, propon¨ªa suprimir algunas garant¨ªas para tratar de desbloquear los m¨¢s de 6.000 millones de euros en litigios pendientes en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, que constituyen un problema para la econom¨ªa nacional.

Y es que ya lo dec¨ªa Thomas J. Watson, fundador de IBM: "La f¨®rmula del ¨¦xito es muy sencilla: dobla tu ¨ªndice de fracasos. Hasta hoy hab¨ªas considerado el fracaso como el enemigo del ¨¦xito, pero no es as¨ª. Con cada fracaso podemos desanimarnos o podemos aprender. En estas lecciones est¨¢ la clave del ¨¦xito". Aunque realmente lo de D¨ªvar tiene un regusto a la f¨®rmula del premier brit¨¢nico durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill: "El ¨¦xito es la capacidad de ir de error en error sin perder el entusiasmo". Porque, desde luego, entusiasmo no le falta.

El caso es que algunas recientes resoluciones del Supremo, siempre en contra del criterio de la fiscal¨ªa, han hecho saltar todas las alarmas. Tanto es as¨ª que figura tan prestigiosa como el fiscal jefe anticorrupci¨®n ya retirado Carlos Jim¨¦nez Villarejo ha llegado a decir que la admisi¨®n de la querella contra Garz¨®n por el caso G¨¹rtel -en la que el principal implicado en la trama corrupta, Francisco Correa, ejercer¨¢ la acusaci¨®n contra el juez que le investig¨®- "constituye la forma m¨¢s grave producida hasta ahora en Espa?a de alianza objetiva de los tribunales y los corruptos, porque transmite un mensaje evidente de amparo de sus conductas y de posible impunidad".

Se puede decir m¨¢s alto, pero no m¨¢s claro, aunque quiz¨¢ al recatado presidente del Supremo le parezca que el fiscal Villarejo es un pertinaz libertino y que es mucho m¨¢s grave que haya dicho que el emperador est¨¢ desnudo, que el que lo est¨¦.

Para algunos, lo mejor ser¨ªa que sigui¨¦ramos los ir¨®nicos consejos de Mark Twain, que ya hace m¨¢s de 100 a?os dec¨ªa: "Gracias a Dios, en nuestro pa¨ªs tenemos tres cosas inefablemente preciosas: la libertad de expresi¨®n, la libertad de conciencia y la prudencia de no practicar nunca ninguna de las dos".

Y respecto a que se dude "de la honestidad y el trabajo del ¨®rgano de gobierno del Poder Judicial", pues no hay duda ninguna.

En el Consejo se trabaja tanto que la mayor¨ªa practica la semana caribe?a (ir a la instituci¨®n de martes a jueves). El pasado viernes acudieron a su despacho tres de los 20 vocales. El presidente fue testigo de "las horas y del sacrificio" de sus colegas un ratito por la ma?ana.

El respeto se lo gana uno todos los d¨ªas, incluidos los viernes.

Todo parece indicar que el motor de la justicia est¨¢ gripado, as¨ª que -como ya hizo en 1998 el copiloto Luis Moya con el ex campe¨®n del mundo de rallies Carlos Sainz- al presidente D¨ªvar habr¨¢ que instarle con la celeb¨¦rrima frase: "Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo".