Sant Jordi (I)
H¨¢game caso: durante estas semanas previas al 23 de abril, incluya librer¨ªas en sus paseos. Ver¨¢ que son espacios tan amables como las tiendas de objetos de dise?o o de discos, como las galer¨ªas de arte, como los caf¨¦s. Ver¨¢ que ahora no hay colas ni nervios, ni t¨ªtulos agotados, ni problema alguno para encargar el libro que le interesa. En 10 d¨ªas lo tendr¨¢ a su disposici¨®n. D¨¦jese aconsejar. Pregunte al librero. O recorte esta columna, ll¨¦vela con usted, permita que sea su hilo de Ariadna por el laberinto de Sant Jordi.
?Cu¨¢nto hace que no lee un tebeo? No s¨¦ si sabe que en los ¨²ltimos tiempos se han publicado en Espa?a algunas novelas gr¨¢ficas que ning¨²n lector deber¨ªa perderse. Me refiero a los mejores c¨®mics de la historia (que yo he le¨ªdo, claro). Novelas de profundidad tanto literaria como visual: Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons, Maus, de Art Spiegelman, Fun Home, de Alison Bechdel, El eternauta, de H¨¦ctor Oesterheld y Francisco Solano, Jimmy Corrigan, de Chris Ware, y Batman. Arkham Asylum, de Grant Morrison y Dave McKean (cualquiera de las vi?etas de ese c¨®mic ser¨ªa una obra aut¨®noma de alt¨ªsimo nivel).
A esa lista posible de cl¨¢sicos se suma una novedad: Stitches. Una infancia muda, de David Small, un c¨®mic en que la letra es reducida al m¨¢ximo para que la elocuencia resida en el dibujo. Es un dibujo que nos lleva al horror quintaesencial de una infancia estadounidense recorrida por la radiaci¨®n nuclear, la represi¨®n materna, la locura, la incomunicaci¨®n y el miedo. Se puede leer -por cierto- como una vuelta de tuerca autobiogr¨¢fica a otro gran libro, Blankets, de Craig Thompson. A?¨¢dalo a la lista. Pero si lo que desea es una doble vuelta de tuerca en formato secuencial, querido lector, no hace falta que se vaya a Estados Unidos de Am¨¦rica. Aqu¨ª mismo, cerca de esta misma librer¨ªa en que, finalmente, se ha decidido a entrar, se ha escrito y dibujado Mis problemas con Amen¨¢bar, de Jordi Costa y Dar¨ªo Adanti, un desopilante e inteligente ejercicio de cr¨ªtica cultural que deber¨ªa ser lectura obligatoria en las escuelas de cine de este pa¨ªs. No recuerdo haberme re¨ªdo nunca tanto con un libro. (Continuar¨¢.)
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