Jos¨¦ Vidal-Beneyto, l¨²cido, ind¨®mito
En estos ¨²ltimos a?os, la mirada levantina de Jos¨¦ Vidal era m¨¢s inquietante que de costumbre, porque sab¨ªa que el tiempo apremiaba. Y ten¨ªa muchas cosas que decir todav¨ªa, que cavilar. Ten¨ªa muchos disentimientos y alg¨²n asentimiento que transmitir.
Pluriling¨¹e, comunicador nato, Jos¨¦ Vidal ha vivido 82 a?os intensamente, consciente del misterio y fugacidad de la existencia, utilizando con plenitud la fant¨¢stica desmesura creadora distintiva de la especie humana. Trabajador incansable, pensaba y escrib¨ªa urgido siempre para lograr que la humanidad se anticipara, que no hubiera fatalismos. Porque aborrec¨ªa lo inexorable.
A su manera. Cada cual debe vivir a su manera, nunca copiada, dictada. Cada uno observando la Tierra desde su "ventana global". Ser ciudadanos del mundo, con sus propias preguntas -incluidas las preguntas esenciales- en ning¨²n caso impuestas ni prestadas, para vivir en un contexto genuinamente democr¨¢tico, de participaci¨®n, de representaci¨®n aut¨¦ntica, continuamente atenta a la voz del pueblo.
Escrib¨ªa para lograr que la humanidad se anticipara, que no hubiera fatalismos
Deja un legado de esp¨ªritu de lucha, de insumisi¨®n, de tes¨®n y tozudez
En el mismo barco hemos ido, querido amigo, conscientes, cr¨ªticos, discrepantes a veces, siempre resistentes a la gregarizaci¨®n y a las maniobras del "gran dominio". En el mismo barco, hacia un destino com¨²n, todos intentando colaborar en que se fije el rumbo apropiado, sabiendo -como en el cuento de Leonardo da Vinci- que cuando se desata la tormenta no hay ya a bordo ricos o pobres, blancos o negros, viejos o j¨®venes, mujeres u hombres sino pasajeros que pueden salvarse, si todos arriman el hombro, o naufragar. Todos imprescindibles. Nadie sobra. Todos, a veces de forma imperceptible, dejando su huella.
"Hay que anticiparse", repet¨ªa una y otra vez. Para ello es necesario prever. Promov¨ªa la "resistencia cr¨ªtica" para estimular el debate y adoptar las decisiones oportunas, tanto a escala personal como colectiva, intentando a pesar de los pesares, la puesta en pr¨¢ctica de los valores fundamentales, y denunciando la postergaci¨®n y disfraces que hacen a la democracia "vulnerable". Cre¨ªa tenazmente en la emancipaci¨®n individual como requisito para evitar que la sociedad civil fuera, en lugar de l¨ªder y portavoz, coartada de los poderes olig¨¢rquicos. La diversidad, hasta el l¨ªmite de la unicidad, es nuestra riqueza; la uni¨®n alrededor de unos cuantos principios universales, la fuerza.
Encuentro, reuni¨®n, uni¨®n. Uni¨®n Europea... pero tambi¨¦n Uni¨®n Latinoamericana, Uni¨®n Africana. La integraci¨®n regional era uno de sus puntos de referencia predilectos.
Disfrut¨¦ de su consejo y cercan¨ªa en la Unesco. Pocas personas han sido capaces de realizar an¨¢lisis tan agudos, diagn¨®sticos tan precisos y "tratamientos" tan adecuados para el contexto de "inmensa complejidad" -como dir¨ªa nuestro amigo Edgar Morin- que caracteriza a los desaf¨ªos de los tiempos que vivimos. Tiempos fascinantes, porque, por primera vez en la historia, tenemos el conocimiento y la voluntad para hacer frente a los retos planteados, si somos capaces de vencer la inercia y, liberadas las alas de adherencias, inventar, juntas las manos y las voces, el ma?ana. Este ma?ana que tanto imagin¨® y so?¨® Jos¨¦ Vidal-Beneyto. Trabajemos para honrar su memoria evitando que haya una nueva "ocasi¨®n perdida". Comprometidos, como ¨¦l, con el derecho de todos los seres humanos a una calidad de vida propia de su igual dignidad; movilizados en favor de la justicia social, sembrando, valientemente, resueltamente, tanto en tiempo apacible como hosco, en terrenos abonados como en pedregales.
Cuando la salud ya minaba sus fuerzas segu¨ªa aferrado a la defensa de sus principios, segu¨ªa observando el mundo con ojos solidarios, inquietos, viendo lo que hay m¨¢s all¨¢ de las apariencias.
Nos ha dejado un legado de lucidez, de esp¨ªritu de lucha, de insumisi¨®n, de tes¨®n y tozudez para procurar que no recorramos d¨®cilmente los senderos que nos trazan, para hacer posible que el futuro sea el de nuestro anhelo de conciliaci¨®n, de solidaridad, de paz y no el que dise?an, desde turbias instancias, quienes han hecho de la Tierra un mercado.
Se ha hecho invisible, pero seguiremos -a quien tanto quer¨ªa, con quien tanto quer¨ªa, como Miguel Hern¨¢ndez en su poema a Ram¨®n Sij¨¦- hablando y discutiendo "de muchas cosas, compa?ero del alma, compa?ero".
Federico Mayor Zaragoza es presidente de la Fundaci¨®n Cultura de Paz
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