?En qu¨¦ quedamos?
Aunque las elecciones regionales francesas del pasado domingo evidenciaron que no se trata de un problema espec¨ªficamente catal¨¢n o espa?ol, es un hecho que el crecimiento del abstencionismo, el descr¨¦dito de los pol¨ªticos, lo que hemos dado en llamar "desafecci¨®n", se manifiesta a este lado de los Pirineos con particular intensidad. Acerca de sus ra¨ªces abundan las elucubraciones te¨®ricas, las pesquisas demosc¨®picas y -sobre todo, durante las noches de escrutinio electoral- las l¨¢grimas de cocodrilo y los rituales prop¨®sitos de enmienda, pero la tendencia no muestra visos de revertirse. Que obedece a causas complejas y m¨²ltiples es obvio. Que algunas de ellas siguen siendo alimentadas con contumacia por los partidos y sus portavoces tambi¨¦n me lo parece. Perm¨ªtanme que lo ilustre al hilo de dos asuntos tomados de la actualidad pol¨ªtica reciente.
El descr¨¦dito de la pol¨ªtica se combate con rigor, hablando de lo que se sabe y no tratando de vender la misma burra
El pasado 10 de marzo, el Parlamento catal¨¢n aprob¨®, con los votos de la mayor¨ªa que apoya al tripartito, la Ley de Consultas Populares mediante refer¨¦ndum. El consejero de Gobernaci¨®n que la ha impulsado, Jordi Aus¨¤s, y el l¨ªder m¨¢ximo del partido al que pertenece, Joan Puigcerc¨®s, glosaron la nueva norma como "una ley ambiciosa y moderna que permite avanzar hacia el derecho a decidir"; "de la mano de la democracia", a?adieron, "hemos tra¨ªdo a esta C¨¢mara el derecho a decidir. Desde hoy Catalu?a tiene m¨¢s instrumentos para hacer naci¨®n". En coherencia con esta lectura euf¨®rica, el grupo parlamentario de Esquerra Republicana y otros altos cargos de la misma filiaci¨®n incluso posaron en la escalinata del palacio de la Ciutadella para subrayar el hito hist¨®rico alcanzado.
Tres d¨ªas despu¨¦s, no un adversario, sino un aliado, el portavoz adjunto del mayor grupo entre los que votaron la ley, el diputado socialista Joan Ferran, precisaba en declaraciones period¨ªsticas cu¨¢l es, a su juicio, el prop¨®sito de aqu¨¦lla: "Facilitar la participaci¨®n ciudadana, la democratizaci¨®n de la acci¨®n pol¨ªtica". ?Mediante qu¨¦ clase de consultas? "Consultas de tipo municipal, urban¨ªstico, como la que se quiere plantear sobre la reforma de la Diagonal de Barcelona. Se trata de una aplicaci¨®n muy de ¨¢mbito local y auton¨®mico". "Esta ley", conclu¨ªa, "no tiene nada que ver con consultas soberanistas". ?En qu¨¦ quedamos? ?Es una ley para remodelar la Diagonal o para avanzar hacia la independencia? La distancia entre una y otra lectura -dentro de la misma mayor¨ªa- es tal, que forzosamente tiene que provocar entre la ciudadan¨ªa interesada desconcierto, perplejidad y, al final, la conclusi¨®n de que todos mienten como bellacos. O sea, la desafecci¨®n.
Otro ejemplo de naturaleza bien distinta. Seg¨²n ha explicado este mismo diario, y a pesar de la presi¨®n de los grupos antiabortistas, Mariano Rajoy rechaza comprometerse a derogar la nueva ley del aborto, si gana las elecciones generales de 2012. El Partido Popular recurrir¨¢ dicha ley ante el Tribunal Constitucional... y se atendr¨¢ a lo que ¨¦ste resuelva con la celeridad que lo caracteriza. Pues bien, as¨ª las cosas, va la presidenta del Partido Popular de Catalu?a, Alicia S¨¢nchez-Camacho, y en una entrevista publicada el pasado domingo afirma: "El PP derogar¨¢ la Ley del Aborto en cuanto llegue al Gobierno; ser¨¢ la primera decisi¨®n que adoptemos". ?En qu¨¦ quedamos? ?Derogar¨¢n la ley o no? ?Debemos creer al flem¨¢tico Mariano o a la vehemente Alicia? ?Es el asunto competencia del l¨ªder estatal o de la lideresa catalana?
A combatir el descr¨¦dito de la pol¨ªtica puede contribuirse con una nueva ley electoral, con las listas abiertas, con el voto electr¨®nico, con... Pero hay algo mucho m¨¢s simple, barato y de aplicaci¨®n inmediata: que los pol¨ªticos usen de un cierto rigor declarativo, hablando s¨®lo de lo que saben y/o les corresponde; que no insulten la inteligencia de los electores tratando de venderles la misma burra, unos como blanca, otros como negra; que no modifiquen su discurso seg¨²n qu¨¦ p¨²blico les escucha o qu¨¦ medio les entrevista. En pocas palabras: seriedad, solvencia, respeto a los ciudadanos. S¨®lo esto ya ser¨ªa mucho.
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