La soledad del clasic¨®mano
Freire y Flecha asaltan la Mil¨¢n-San Remo por separado tras compartir equipo
?scar Freire ha pasado casi una semana en un hotel de Dozza, junto a Imola, en Italia, "m¨¢s solo que la una", ¨²nico espa?ol en el Rabobank, preparando la Mil¨¢n-San Remo. "Pero ya estoy acostumbrado", dice el tricampe¨®n mundial. "As¨ª ha sido siempre mi vida". As¨ª siempre ha sido la vida de los pocos ciclistas espa?oles que prefieren una buena cl¨¢sica a una carrera por etapas y monta?as, perros verdes que pagan con el exilio su pasi¨®n.
Otros a?os, sin embargo, las v¨ªsperas de la classicissima, Freire ten¨ªa con quien hablar en espa?ol, con quien relajarse, bromear. Con ¨¦l estaban en el equipo Pedro Horrillo y Juan Antonio Flecha. El primero ha dejado la bicicleta porque su pierna izquierda destrozada -"a punto estuvieron de amput¨¢rmela", recuerda- no se ha recuperado de una ca¨ªda en el ¨²ltimo Giro; el segundo ha ahondado en su soledad fichando por un equipo ingl¨¦s con el que ha pasado las v¨ªsperas de la primavera en un hotel del centro de Italia.
No est¨¢n ni Cavendish, ganador en 2009, ni Armstrong, v¨ªctima de una gastroenteritis
A Horrillo, Freire lo echa de menos, sus conversaciones interminables, su respiraci¨®n en la cama de al lado, sus chistes, historias y reflexiones. "Durante las carreras no recuerdo a nadie, bastante tengo con centrarme en lo m¨ªo", dice. Flecha, sin embargo, s¨ª que se acord¨® de su amigo. "En todas las bajadas de la Tirreno me acordaba, y quiz¨¢s, imperceptiblemente, levantaba un poco el pie", dice.
Hoy, en los 300 kil¨®metros que separan Mil¨¢n de San Remo, el descenso desde la brumosa Lombard¨ªa hasta la soleada Riviera, los cabos, la Cipressa, las mimosas y el Poggio, a trav¨¦s del Turchino, Flecha, que tantos a?os trabaj¨® para Freire, y Freire, que ya la ha ganado dos veces, se convertir¨¢n en rivales. Rivales con ganas, y posibilidades, aunque sus nombres figuren en letra peque?a en las listas de favoritos encabezadas por Boonen, Pozzato, Gilbert y Petacchi, y el nov¨ªsimo, el prodigio noruego Boasson Hagen. Una lista en la que no est¨¢n el ganador de 2009, el joven Cavendish, que tan flojo estaba en la Tirreno que, dicen, no ten¨ªa ni fuerzas para cambiar, ni el abuelo Armstrong, que renunci¨® a ¨²ltima hora por una gastroenteritis.
Flecha gan¨® hace tres semanas la Het Volk, la cl¨¢sica que inaugura la temporada del pav¨¦s. "Mi director, Scott Sunderland, me dice que estoy que me salgo, que tenemos que jugar tambi¨¦n mi baza, aparte de la de Hagen. Y yo tambi¨¦n me veo muy bien", dice Flecha, 32 a?os. "Estoy mejor que otros a?os habi¨¦ndome entrenado lo mismo porque estoy m¨¢s delgado gracias a una dieta de cinco d¨ªas. La hice en el momento justo, perd¨ª mucho m¨²sculo, sobre todo en el torso, que lo ten¨ªa casi hipertrofiado, y tard¨¦ un poco en recuperar, pero despu¨¦s veo que puedo mantener m¨¢s tiempo los vatios y subo mejor. Eso no me hace un ciclista capaz de dejar en el Poggio a nadie, pero les puedo aguantar mejor y a¨²n puedo soltarles en el llano, sobre todo si hay pav¨¦s".
"Flecha tiene experiencia, pero hacer la diferencia antes del Poggio es casi imposible", dice Freire. De la moral del ciclista de Torrelavega, de 34 a?os, se podr¨ªa dudar si no se le conociera y juzgando s¨®lo porque en la Tirreno no ha entrado en ning¨²n sprint. "Empec¨¦ enfermo y en el ¨²ltimo no entr¨¦ porque es muy peligroso. No vale la pena arriesgar", dice Freire, que de las ocho San Remo que lleva nunca ha terminado peor que octavo y que gan¨® las de 2004 y 2007. "Es una carrera en la que la experiencia cuenta. Soy el ¨²nico en activo que ha ganado dos veces y si hubiera tenido m¨¢s equipo otros a?os habr¨ªa ganado m¨¢s. Este a?o me encuentro para ganar. Otra cosa es que lo consiga, claro".
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