Los Estados republicanos traman una rebeli¨®n contra la reforma sanitaria

El gobernador de Idaho, Butch Otter, un republicano, firm¨® esta semana una iniciativa que exige a la fiscal¨ªa general de su Estado demandar al Gobierno federal por usurpaci¨®n inconstitucional de las competencias estatales si el Congreso aprueba la ley que universaliza la asistencia sanitaria. La semana pasada, el Congreso de Virginia aprob¨® la misma medida. Utah y Oklahoma ya lo hab¨ªan hecho antes. M¨¢s de 30 Estados est¨¢n debatiendo iniciativas similares en lo que se contempla como un peligro de rebeli¨®n por parte de los Estados contra la reforma sanitaria con el apoyo del Partido Republicano.

"Algunos pensar¨¢n que esto no va a ning¨²n sitio, pero cuando vean que somos 36 Estados en contra, comprender¨¢n que somos una masa cr¨ªtica, que somos una masa constitucional", declar¨® Otter al firmar su orden de insubordinaci¨®n contra el Gobierno central.

Obama culpa a las aseguradoras m¨¦dicas de acosar a los congresistas

La revuelta est¨¢ inspirada desde Washington por un think tank conservador que aboga por la limitaci¨®n del poder del Gobierno central, el American Legislative Exchange Council, presidido por el congresista republicano de Tejas Tom Craddick. Esta organizaci¨®n sostiene que la reforma sanitaria, en la medida en que obliga a todos los ciudadanos a tener un seguro de salud (con subvenciones p¨²blicas para los que no puedan pagarlo), viola la D¨¦cima Enmienda de la Constituci¨®n, que afirma que los Estados y el pueblo retienen todos los poderes que la Constituci¨®n no atribuye espec¨ªficamente al Gobierno federal.

Los l¨ªderes republicanos en el Congreso no han respaldado a¨²n directamente esa interpretaci¨®n, pero han advertido reiteradamente que la aprobaci¨®n de la reforma sanitaria provocar¨¢ un levantamiento popular. El l¨ªder de los republicanos en la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, un ardiente defensor de la reducci¨®n de los poderes centrales, anunci¨® el mi¨¦rcoles que su partido har¨¢ "todo lo que sea necesario para impedir que esta reforma no se apruebe nunca, jam¨¢s". En unas declaraciones recientes, Boehner asegur¨® que "la creciente rebeli¨®n entre los Estados es la prueba de la fuerte oposici¨®n que existe en la calle a los planes de los dem¨®cratas en Washington".

La insubordinaci¨®n de los Estados tiene sus ra¨ªces en los mismos or¨ªgenes de esta naci¨®n y es una amenaza recurrente de los conservadores m¨¢s radicales cada vez que las cosas en Washington no marchan de acuerdo con sus intereses. En los ¨²ltimos meses, sin embargo, esa rebeli¨®n ha adquirido un tono preocupante, con la resurrecci¨®n de un viejo reclamo ultra, como es la independencia de Texas, o, de forma m¨¢s seria, con la decisi¨®n de numerosos estados de violar las disposiciones federales que limitan el uso de las armas de fuego.

Esta posible rebeli¨®n contra la reforma sanitaria puede no encontrar mucho asidero legal, puesto que el art¨ªculo 6 de la Constituci¨®n establece claramente que, en caso de conflicto, la ley federal prevalece sobre las disposiciones estatales. Pero, al menos, puede crear suficiente controversia como para anular el efecto positivo que puede tener la aplicaci¨®n del nuevo sistema de salud.

Si la reforma sanitaria acaba en el ¨¢mbito judicial, los republicanos conf¨ªan en la mayor¨ªa de cinco a cuatro que los conservadores tienen en el Tribunal Supremo. Las posibilidades de emprender esa v¨ªa dependen en parte del m¨¦todo que los dem¨®cratas utilicen el domingo para aprobar la ley. Si se deciden por una opci¨®n, mencionada por la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, que permite "asumir" el proyecto de ley que aprob¨® el Senado sin necesidad de votarlo nominalmente, es seguro que las demandas de inconstitucionalidad se multiplicar¨¢n. Pero incluso si se produce una votaci¨®n tradicional, es muy probable que la reforma sanitaria sea desafiada en los tribunales.

Barack Obama culp¨® ayer, en un discurso, a las compa?¨ªas aseguradoras de las principales amenazas contra la reforma. "Sus lobbystas", dijo, "est¨¢n acosando al Congreso mientras estamos hablando aqu¨ª, y gastando millones de d¨®lares en anuncios negativos, porque van a hacer todo lo que puedan para matar esta ley".