El burro sana en Allariz
San Salvador dos Penedos se convierte en el primer centro de Espa?a en usar el asno en el tratamiento de pacientes con esquizofrenia o epilepsia
Nadie lo hubiera dicho cuando hace a?os los ¨²ltimos vecinos abandonaron San Salvador dos Penedos, pero ser¨¢ el asno el que resucite esta aldea deshabitada del ayuntamiento de Allariz. Ni los escasos cinco kil¨®metros que la separan de la capital de su municipio lograron detener la sangr¨ªa de habitantes hacia la ciudad. La aldea qued¨® convertida en un mont¨®n de casas vac¨ªas, y el burro, anta?o omnipresente en el rural, dej¨® de trabajar la tierra.
En unos d¨ªas, el asno volver¨¢ a San Salvador dos Penedos, esta vez con una misi¨®n muy diferente a la de abrir surcos o cargar hierba. La asociaci¨®n Andrea de Allariz est¨¢ a punto de inaugurar en la aldea un centro dedicado a la protecci¨®n y uso del burro en el tratamiento de personas con discapacidad. Las instalaciones de O Rexo, tambi¨¦n en Allariz, se les quedaban peque?as y en San Salvador hab¨ªa espacio de sobra. Un convenio con el ayuntamiento facilit¨® el traslado. "Queremos que vuelva a haber vida en el pueblo, recuperar campos abandonados y reconvertir tierras para la agricultura ecol¨®gica", resume Elsa P¨¦rez, la psic¨®loga de Andrea. As¨ª que, en cierta manera, a San Salvador dos Penedos le quedan s¨®lo unas semanas de soledad.
Los animales llegan a vivir 40 a?os, pero la mayor¨ªa no pasa de los 30
En Francia y Reino Unido, la asnoterapia es un tratamiento habitual
Albardas, angarillas y cinchas llevan tiempo tragando polvo en los galpones de muchas aldeas de Galicia. Los due?os de los burros se hacen mayores y dejan la agricultura, cada vez menos necesitada de la fuerza motriz del asno. Desde 2005, Andrea ha recogido m¨¢s de 40 animales abandonados, algunos con signos de maltrato y la mayor¨ªa viejos. "En estos casos, la asociaci¨®n trata de que pasen mejor sus ¨²ltimos a?os", asegura P¨¦rez. A veces se les busca una nueva familia bajo la promesa de que no ser¨¢n usados para el trabajo. "No somos tratantes", bromea la psic¨®loga. En el nuevo rural, el burro ya no lleva el arado ni carga las gavillas. Ahora es animal de compa?¨ªa, atrezo en casas de turismo rural y limpiador de pastos. Al menos ¨¦stas son las peticiones de los que acuden a Andrea para hacerse con alguno de los burros abandonados. La demanda ha ido a m¨¢s en los ¨²ltimos a?os. "Hasta lista de espera tenemos para adoptar", se congratula P¨¦rez.
Los animales que se quedan sin familia y est¨¢n en buenas condiciones -un burro suele vivir unos 30 a?os, pero puede llegar a los 40 si ha tenido una vida tranquila- pasan a formar parte del equipo terap¨¦utico. No todos sirven, porque el animal suele adquirir durante su vida h¨¢bitos como morder. No hay entrenamientos porque se conf¨ªa en el temperamento del burro. Pero deben ser "tranquilos y sociables", puntualiza P¨¦rez.
Un asno puede aumentar la calidad de vida de personas con demencia senil, epilepsia, lesi¨®n medular, hiperactividad o esquizofrenia, entre otros trastornos. Mejora la memoria, la lateralidad, la dimensi¨®n espacio-temporal y favorece la relajaci¨®n. El secreto, su proximidad afectiva con la gente del rural, la principal receptora de la asnoterapia. "Estamos hablando de colectivos con muy baja autoestima y dificultades para relacionarse". El equipo de burros sanadores es actualmente de una decena de ejemplares. En los pr¨®ximos meses, dos burras parir¨¢n otros dos nuevos inquilinos, que tienen todas las posibilidades de quedarse en Andrea como mediadores terap¨¦uticos, como se les conoce en la asociaci¨®n, aunque tienen un segundo apelativo, m¨¢s familiar, que usan los pacientes. Son siempre nombres de persona, como Esperanza, Candela o Salvador, en homenaje a la aldea que ser¨¢ su pr¨®ximo hogar. Un lugar, el de San Salvador dos Penedos, que en mejores tiempos se autoabastec¨ªa y trabajaba el lino, hasta que el ¨¦xodo se llev¨® a su ¨²ltimo habitante. Ahora Andrea negocia con los que se fueron el uso de algunas fincas para disfrute de burros y pacientes. El Ayuntamiento de Allariz les ha cedido tambi¨¦n algunas propiedades para montar las cuadras.
La asnoterapia no es muy conocida en Espa?a, pero s¨ª en Francia y en Inglaterra, donde lleva d¨¦cadas practic¨¢ndose. Los trabajadores de Andrea, todos ellos altruistas, se formaron en Normand¨ªa y en tiempos dif¨ªciles tuvieron que enviar sus burros a Inglaterra. Tambi¨¦n los reciben, como la pareja de burros de las Encartaciones (procedente del Pa¨ªs Vasco y en serio peligro de extinci¨®n) que pronto tendr¨¢ descendencia. El resto de la plantilla la conforman animales gallegos o fari?eiros, usados para transportar el cereal hasta el molino y tambi¨¦n en declive desde que en las casas no se hace pan.
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