Sarkozy encara la hecatombe electoral

El lunes pasado, un d¨ªa despu¨¦s del resultado de la primera vuelta de las elecciones regionales en Francia, Nicolas Sarkozy se reuni¨® con su plana mayor en el Palacio del El¨ªseo. Seg¨²n los medios de comunicaci¨®n franceses, todos los lugartenientes se sorprendieron del optimismo a prueba de bomba de su l¨ªder. "Hemos resistido bien", asegur¨®. Algunos lo achacaron a su optimismo irreductible y a cierta alergia cong¨¦nita a darse por vencido. Otros, a una especie de ceguera que le imped¨ªa ver la realidad.

Y la realidad es que su partido, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), junto con sus aliados de centro, hab¨ªa recibido una soberana paliza: el Partido Socialista (PS) franc¨¦s le superaba por tres puntos, 29,1% contra 26%. En las elecciones europeas, celebradas en julio de 2009, los socialistas hab¨ªan quedado muy por debajo, con su raqu¨ªtico 16,8%. Sarkozy triunf¨® con un 27,8%. De ah¨ª que el semanario Le Nouvel Observateur titulara esta semana de forma simple, sintom¨¢tica y reveladora: "Sar KO"

La abstenci¨®n fue hist¨®rica el d¨ªa 14. Y hoy ser¨¢ m¨¢s alta, seg¨²n un sondeo

El gris primer ministro Fillon gana a su expansivo jefe en popularidad

Hoy, Francia celebra la segunda vuelta, con una izquierda unida y exultante saboreando, por primera vez desde hac¨ªa mucho tiempo, el sabor de la victoria y un Sarkozy noqueado que saldr¨¢ a disputar este segundo asalto con todas las encuestas en contra. Todo apunta a que la uni¨®n entre los socialistas, los ecologistas y el Frente de Izquierda (formaci¨®n que agrupa entre otros al Partido Comunista Franc¨¦s) barrer¨¢ y se quedar¨¢ con todas (o casi todas) las regiones en liza. Tal vez la derecha ara?e Alsacia o C¨®rcega, cuyo resultado se presenta ajustado. El resto, aunque no lo confiesa, lo da por perdido.

Hace unas semanas, en una comida con periodistas, el presidente del grupo de la UMP en la Asamblea Nacional, Jean-Fran?ois Cop¨¦, uno de los aspirantes a suceder a Sarkozy cuando este desfallezca pol¨ªticamente, preve¨ªa un mal resultado debido a dos factores: unas elecciones celebradas en el medio de un mandato complicado por el desgaste de la crisis econ¨®mica y una alta abstenci¨®n.

La abstenci¨®n fue hist¨®rica, en efecto, rozando el 53,6%. Y hoy, seg¨²n un sondeo del peri¨®dico Le Parisien, ser¨¢ incluso m¨¢s elevada. Pero esto no lo explica todo, porque la derrota del centro-derecha en la primera vuelta ha resultado mucho peor de lo previsto. Y viene de lejos.

El ¨ªndice de popularidad de Sarkozy patina cuesta abajo desde hace mucho. Muy al principio del mandato, en 2007, dilapid¨® buena parte de su cr¨¦dito saliendo m¨¢s en la prensa del coraz¨®n que en la seria, dej¨¢ndose ver en barcos de millonarios amigos, borr¨¢ndose los michelines con el photoshop de los fot¨®grafos de Paris Match.... A buena parte de la Francia seria y de derechas que le vot¨® no le gustaron esos gestos de nuevo rico tan poco acordes con el ringorrango casi mon¨¢rquico del todopoderoso presidente de la Rep¨²blica.

Despu¨¦s, su vigorosa actuaci¨®n al frente de la presidencia europea y su forma de atajar la crisis le hicieron remontar. Pero desde el oto?o pasado todo son problemas: su hijo Jean optando, sin acabar segundo de carrera, a la presidencia del barrio de negocios de Par¨ªs, La D¨¦fense; el ministro de Cultura, Fr¨¦d¨¦ric Miterrand, confesando que hab¨ªa ejercido de turista sexual; y la absoluci¨®n por el caso Clearstream del ex primer ministro y enemigo pol¨ªtico dentro de la derecha, Dominique de Villepin, al que el actual jefe del Estado franc¨¦s hab¨ªa prometido, "colgar del gancho de un carnicero" en una frase celebre que retrat¨® al personaje.

Resulta revelador que el gris primer ministro Fran?ois Fillon, elegido entre otras cosas por su falta de carisma para no hacer sombra a su jefe, se encuentre ahora por encima del expansivo Sarkozy en cuanto a popularidad entre los franceses que, a la hora de gestionar un pa¨ªs en crisis, prefieran a un gobernante sobrio y fiable que a un ardiente amigo de prometerlo todo.

Adem¨¢s, alguna parte del electorado de derechas que dio la espalda a la UMP el domingo y que se la seguir¨¢ dando hoy no entiende la denominada apertura de Sarkozy, que ha consistido durante todo el mandato en designar ministros y altos cargos de la cuerda pol¨ªtica contraria: el primero fue Bernard Kouchner, fundador de Medicos Sin Fronteras, ex ministro socialista de Sanidad, elegido en 2007 ministro de Asuntos Exteriores; el ¨²ltimo, en plena campa?a electoral, el diputado socialista Didier Migaud, nombrado presidente del prestigioso Tribunal de Cuentas. Algunos diputados del partido de Sarkozy hacen a sus espaldas chistes con eso, asegurando que ya que los mejores se encuentran en la izquierda, lo mejor es votarla directamente.

La remontada del Frente Nacional, que ha alcanzado un sorprendente 11,8% en la primera vuelta, tambi¨¦n responde a un retroceso del centro-derecha. Muchos diputados de Sarkozy le reprochan que el criticado debate sobre la identidad nacional no ha servido para atraerse a los fieles de Jean-Marie Le Pen sino para azuzarlos. Es m¨¢s: la hija de Jean-Marie, Marine Le Pen, cabeza de lista por el Frente Nacional en Nord-Pas-de-Palais, sucesora natural de la formaci¨®n, consigui¨® un 18% gracias a una populista campa?a a pie de obra, arrastrando a franceses descontentos con la crisis y torturados por el paro. En una entrevista en el citado Le Nouvel Observateur el polit¨®logo Fran?ois Bazin lo resumi¨® con brillantez: "El Frente Nacional va bien cuando Francia va mal o piensa que va mal".

Adem¨¢s, la izquierda francesa acude hoy a las elecciones unida, de la mano, sonriente, con una moral de victoria no percibida desde hace a?os en Francia. Daniel Cohn-Bendit, el viejo l¨ªder del Mayo del 68, y C¨¦cile Duflot, la treinta?era ecologista con "carisma de ostra", seg¨²n se define a ella misma, han conseguido que los verdes se afiancen en el mapa pol¨ªtico. El Frente de Izquierda ha engullido al nuevo Partido Anticapitalista y saca pecho y participa en las alianzas y en las listas. Y el PS, cuya defunci¨®n m¨¢s de uno se atrevi¨® a pronosticar hace un a?o, ha resucitado, se ha convertido de golpe en la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs y ya habla de asaltar el El¨ªseo dentro de dos a?os. No ser¨¢ f¨¢cil. Pero ya no es s¨®lo una utop¨ªa. Las de hoy ser¨¢n las ¨²ltimas elecciones antes de las presidenciales de 2012, el ¨²ltimo ensayo antes de que Sarkozy defienda su permanencia en el cargo. Hace meses, parec¨ªa imbatible. Ahora ya no. O no tanto.

Sarkozy conf¨ªa en que el resto del mandato le sea m¨¢s favorable. Ha asegurado levantar el pie del acelerador en cuanto a reformas estructurales del pa¨ªs. Espera que el vendaval de la crisis deje de soplar tan fuerte. Antes de la primera vuelta, prometi¨® no cambiar el Gobierno. Ahora, pocos dudan de que no lo haga. Adem¨¢s, sabe que al otro lado, al PS le aguarda el trago duro de volver a desangrarse a la hora de elegir un candidato para las presidenciales en unas primarias a cara de perro que se disputar¨¢n en 2011 pero que, en realidad, empiezan ma?ana mismo.

La primera secretaria, Martine Aubry, tras el triunfo previsto de hoy, se erigir¨¢ como aspirante leg¨ªtima. Tambi¨¦n S¨¦gol¨¨ne Royal, victoriosa en su regi¨®n de Poitou-Charentes. Habr¨¢ m¨¢s: no faltar¨¢n candidatos a convertirse en candidatos. Sobre todo ahora, que la izquierda revive en Francia.