Wayne Collett, atleta y s¨ªmbolo del 'poder negro'
Reivindic¨® los derechos civiles de los afroamericanos en los Juegos de M¨²nich
Referirse hoy al racismo casi en v¨ªsperas de un Mundial en la Sur¨¢frica que hasta los noventa permit¨ªa la verg¨¹enza del apartheid no es precisamente lo mismo que hace 40 a?os. Los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico, en 1968, pasaron a la historia no s¨®lo por sus marcas, sino porque algunos atletas denunciaron la discriminaci¨®n de que eran v¨ªctima los negros estadounidenses. Tommie Smith, John Carlos y Lee Evans, sobre todo, con guantes y boinas negras en los podios de vencedores, reivindicaron el llamado black power, el poder negro, y ello les cost¨® la expulsi¨®n y la marginaci¨®n.
Cuatro a?os despu¨¦s, en los Juegos de M¨²nich, en 1972, la escena se repiti¨®. Sin embargo, se produjo s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de la matanza perpetrada por un comando palestino contra la delegaci¨®n de Israel, lo que estuvo a punto de suspender los Juegos. Tras la peor tragedia de la historia ol¨ªmpica, no era el mejor momento para m¨¢s reclamaciones. Pero los ganadores en los 400 metros se atrevieron. El oro era Vince Matthews, y la plata, Wayne Collett, que acaba de fallecer a los 60 a?os en Los ?ngeles, su ciudad, tras perder su ¨²ltima carrera contra el c¨¢ncer.
Collett, otro de los extraordinarios cuatrocentistas que ha dado la cantera de Estados Unidos, fue derrotado por Matthews (44,6s por 44,8s), pero hab¨ªa ganado las pruebas de selecci¨®n previas en Eugene (Oreg¨®n) con 44,1s, la mejor marca que se recuerda a nivel del mar.
Matthews y Collett ya anunciaron con su vestimenta nada formal que la ceremonia de entrega de medallas iba a ser diferente. El desprecio al himno y a la bandera estadounidense fueron evidentes. Casi de espaldas, y hablando entre ellos, Matthews, con la chaqueta del ch¨¢ndal abierta, y Collett, peor a¨²n, en pantal¨®n corto y descalzo. El p¨²blico les abuche¨®. "No pod¨ªa estar all¨ª y cantar el himno porque las palabras que dice la letra no son verdad", cont¨® desp¨²es Collett. "El establishment blanco nos ignoraba y s¨®lo con protestas nos har¨ªan caso. Yo amo a Am¨¦rica. No soy antiamericano. Simplemente era que el pa¨ªs no cumpl¨ªa sus principios con los negros. Pensar otra cosa es no entender la lucha de aquellos tiempos".
La indignaci¨®n de Avery Brundage, el r¨ªgido presidente estadounidense del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, fue enorme. Los dos atletas fueron expulsados de los Juegos y sancionados a perpetuidad.
Collett encarril¨® su vida al margen del atletismo. Ya era un graduado en Ciencias Pol¨ªticas antes de M¨²nich, y adem¨¢s curs¨® un m¨¢ster en Administraci¨®n de Empresas y acab¨® Derecho. Trabaj¨® como abogado y agente inmobiliario y se cas¨® con una juez de la Corte Suprema.
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