"Contra este Bar?a, el Madrid se deprime"
Ettore Messina, cu¨¢druple campe¨®n de la Copa de Europa de baloncesto, afronta desde ma?ana con el Madrid el mayor reto que hay ahora mismo en el baloncesto europeo: eliminar en los cuartos de final de la Euroliga, al mejor de cinco partidos y con el factor cancha en contra, al todopoderoso Barcelona, que ya ha derrotado por m¨¢s de 20 puntos a su equipo dos veces esta temporada, en la Liga y la Copa, gan¨¢ndole adem¨¢s en la Supercopa. Antes, el t¨¦cnico se sienta a hablar con Clifford Luyk, al que admir¨® como jugador -"los que sab¨ªan m¨¢s de baloncesto sab¨ªan que t¨² eras el alto y Brabender el peque?o", bromea-, sufri¨® como entrenador rival -"tengo un recuerdo duro de ti: gan¨¦ por primera vez el t¨ªtulo con el Virtus, pero nos pasasteis por encima en dos partidos"- y al que ahora tiene como asesor t¨¦cnico.
Messina: "Debemos recuperarnos mentalmente. Si no, no haremos nada"
"Aqu¨ª no hay la misma presi¨®n que en otros clubes ni a veces la mala educaci¨®n"
Luyk: "Siempre me preguntas tras los partidos... Intento incordiar poco"
"Quitarle al Bar?a a Ricky nos habr¨ªa mejorado doblemente. Igual que con Figo"
Clyfford Luyk. Como todo el mundo, nosotros dos somos conscientes de que el Barcelona es un grand¨ªsimo equipo, de los mejores fuera de la NBA, si no el mejor. No quiere decir que sea imbatible. Nuestro equipo quiz¨¢s es un poco menos experto, pero igual de bueno.
Ettore Messina. Es una eliminatoria muy delicada. Jugamos contra un equipo que nos ha ganado muy bien dos veces. Para quitarse el miedo a perder no se puede decir que vamos a ganar seguro. Eso es un tema bastante infantil. Es mejor saber d¨®nde podemos tener problemas, conocerlos e intentar arreglarlos. No hay que negar la realidad. As¨ª no se puede dar un paso adelante. El tema mental es clave: es muy distinto ir all¨ª pensando en intentar no perder que pensando en intentar ganar. Si no solucionamos eso dentro de nuestras cabezas, en los momentos dif¨ªciles, que seguro que los habr¨¢, nos deprimiremos y no podremos hacer lo que queremos.
C. L. Puede ser un curso at¨ªpico. Podr¨ªamos jugar contra ellos 14 veces. ?Catorce veces! Creo que en la historia esto no ha ocurrido nunca.
E. M. Hay un tema raro: en algunos partidos hemos ganado con autoridad a equipos que a ellos les han ganado o les han dado problemas. En cambio, en nuestros dos enfrentamientos, en el momento en que empezaron los problemas, nos deprimimos y jugamos casi como si no se pudiera hacer nada. Eso no se puede aceptar. Debemos cambiar eso y prepararnos bien mentalmente. Despu¨¦s, ellos plantean problemas t¨¢cticos y t¨¦cnicos, como todos los grandes equipos, y nosotros debemos plante¨¢rselos tambi¨¦n. Pero eso, para m¨ª, es secundario. Como no nos recuperemos de aqu¨ª [se se?ala la cabeza], no hacemos nada.
C. L. Mira, en la temporada 1984-85 la secci¨®n de baloncesto del Bar?a iba a desaparecer. ?Qu¨¦ ser¨ªa de la Liga sin el Madrid y el Bar?a, sin esa rivalidad? Son la salsa de la ACB. Dicen que son m¨¢s que un club... Pues el Madrid tambi¨¦n es un sentimiento muy fuerte.
E. M. Es interesante lo que dices. Es verdad que estos dos clubes son un sentimiento. As¨ª lo percib¨ª cuando llegu¨¦. Todo es peor o mejor si est¨¢ hecho contra el Bar?a o el Madrid. Un t¨ªtulo contra el Bar?a es m¨¢s grande. Perderlo, mucho peor... Y viceversa.
EL PA?S. ?C¨®mo habr¨ªa cambiado esta historia si el Madrid hubiera fichado a Ricky Rubio?
E. M. Est¨¢ claro: lo que se le quita a un equipo est¨¢ en el otro.
C. L. Lo que dices siempre fue una t¨¢ctica de [Pedro] Ferr¨¢ndiz. Lo que le quitas al otro equipo te mejora doblemente.
E. M. Te pongo un ejemplo: en 2007 perdimos la final de la Euroliga en Atenas. El mejor de aquel torneo fue Siskauskas. Lo fichamos y al a?o siguiente ganamos nosotros la final, que se jug¨® en Madrid. ?Seguro que algo pas¨®!
C. L. Como con Figo.
E. M. Para volver a Ricky: despu¨¦s de perder la final de la Copa del Rey, uno de los comentarios m¨¢s divertidos que le¨ª en un peri¨®dico fue que el entrenador del Madrid, Ettore Messina, no hab¨ªa querido fichar a Ricky. Cuando pasan estas cosas..., ?qu¨¦ puedes decir? "?Disparen tranquilamente sobre el pianista! ?Pueden decir lo que quieran!". Estar en el Madrid no es la misma presi¨®n que en otro club y, a veces, no es la misma mala educaci¨®n. Los comentarios t¨¦cnicos son una cosa. Se puede opinar y discutir. El resto, cuando todos saben que le hemos intentado fichar y que ¨¦l tom¨® su decisi¨®n para seguir viviendo en Barcelona... ?Hay alg¨²n sentido noble en hacer ese comentario? Creo que no.
C. L. No me gustar¨ªa pensar que la prensa deportiva se est¨¢ acercando a la prensa rosa, a la del coraz¨®n, pero a veces me parece que s¨ª, que busca sus propios esc¨¢ndalos. Hay un programa ahora de m¨¢xima audiencia que es de coraz¨®n y dedica la mitad de su tiempo al f¨²tbol.
E. M. ?S¨ª? ?F¨²tbol y coraz¨®n? ?Es una combinaci¨®n muy compleja! [se r¨ªe] Muy divertido. Aqu¨ª todo es fant¨¢stico menos el deporte. Es una broma. Una vez que perdimos un partido, mi mujer me dijo: "Ser¨ªa estupendo vivir aqu¨ª si no fuera por el baloncesto". Estaba bromeando. Lo que m¨¢s me gusta de Madrid es la luz. Quiz¨¢s, porque vengo de Rusia. Es muy importante.
C. L. Madrid es la mejor ciudad del mundo. Mis tres hijos son madrile?os y yo as¨ª me considero. Siempre he encontrado especial que sea un crisol.
E. M. ?Un qu¨¦?
C. L. Una mezcla de gente de todos los lados, de fuera, que siempre ha sido muy bien recibida, hasta el punto de que la mayor¨ªa se quedan aqu¨ª porque es una ciudad muy abierta, muy generosa.
E. M. Es verdad. Es raro que, llevando aqu¨ª pocos meses, hablara con mi mujer y nos dij¨¦ramos: "Pase lo que pase con el trabajo, quiz¨¢s ser¨ªa bueno seguir viviendo aqu¨ª y que nuestro hijo creciera en Madrid".
EL PA?S. ?Y el entorno del club? Son 15 a?os sin ganar...
C. L. En el Madrid es un sino ganar siempre. Es una presi¨®n a?adida. Dir¨ªa lo que don Santiago [Bernab¨¦u]: la grandeza de este club es que se ha sabido ganar y se ha sabido perder. Una vez que se ha perdido, creo que la familia blanca perdona.
E. M. La gente que nos sigue, que viene al Palacio, la que me encuentro por la calle, me ha dado mucho cari?o. Parece que hay una discrepancia entre lo que se percibe y la verdad. La gente aqu¨ª anima mucho y est¨¢ muy cerca del equipo. Luego, hay una parte de aficionados que viven desde hace muchos a?os este equipo y que est¨¢n decepcionados, hundidos. Cada vez [que viene alguien nuevo como entrenador o jugador] se enamora, espera y, cuando pasa algo malo, le parece que todo est¨¢ acabando otra vez. La secci¨®n sufre porque desde hace 15 a?os no se gana la Copa de Europa. Se parece a lo que me pas¨® en Bolonia: a mitad de temporada, se pensaba en el a?o siguiente. No se daba tiempo.
C. L. Siempre me pides mi opini¨®n: c¨®mo he visto el partido. Participo lo menos posible para no incordiar mucho... Pienso que te he ayudado algo y puedo seguir haci¨¦ndolo porque ¨¦ste es un club at¨ªpico, de f¨²tbol con una secci¨®n de baloncesto. Eso seguramente no lo hab¨ªas experimentado nunca. Tiene una idiosincrasia especial.
E. M. Es verdad. El entrenador puede arreglar m¨¢s en la preparaci¨®n y se arriesga a estropear algo en el partido. El partido es de los jugadores. Si lo has planteado bien, muchas veces todo viene seguido. ?T¨² qu¨¦ piensas? T¨² has sido entrenador y gran jugador, que es muy distinto.
C. L. Despu¨¦s de muchos a?os, y por decirlo simplemente, es triste, pero cierto. A m¨ª me gusta la consideraci¨®n que tiene el entrenador en Italia, en la ex Yugoslavia, donde se les ve como profesores, como una profesi¨®n muy digna. Me gustar¨ªa ver m¨¢s dignidad para esta profesi¨®n en Espa?a. Aqu¨ª, si ganas es porque los jugadores son muy buenos y han estado muy bien. Si pierdes, el entrenador se ha equivocado, no es bueno. Eso no es cierto. Me gustar¨ªa que en Espa?a se tuviera m¨¢s respeto a la profesi¨®n de entrenador.
E. M. En Italia, Rusia y el Este de Europa hay una dignidad de la profesi¨®n. Los errores son parte del trabajo. Aqu¨ª, una persona importante, cuando llegu¨¦, me dijo: "Debes aprender una cosa. En Espa?a, los ¨¦xitos son de los jugadores y los fracasos de los entrenadores y, en alg¨²n caso, de los directivos". Me qued¨¦ sorprendido. A ese comentario no le di el peso que ahora veo que tiene.
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