El ¨¦xtasis de los lerdos
Los ordenadores de Ra¨²l Reyes son insuficientes para acusar a Venezuela de colaborar con ETA
Existen unos cuantos cient¨ªficos dedicados a predecir "el ¨¦xtasis de los lerdos". Tan llamativa denominaci¨®n no es otra cosa que el instante en el que los ordenadores, como ya hiciera Hal 9000 en la pel¨ªcula de Stanley Kubrick 2001: una odisea en el espacio, superan a los hombres en inteligencia y, conscientes de su poder, llegan a utilizar y someter a los humanos. Hay quien cree que esto podr¨ªa ocurrir en pocas d¨¦cadas. Mientras llega el momento, nos tendremos que conformar con que los ordenadores son inanimados salvo que alguien los haya programado.
El asunto viene a cuento porque el juez Eloy Velasco, de la Audiencia Nacional, sin que lo haya solicitado el fiscal, ha procesado por colaboraci¨®n con banda terrorista, tenencia de explosivos y conspiraci¨®n para cometer homicidios terroristas a seis presuntos miembros de ETA y otros seis de las FARC que residen en Venezuela y Cuba, y ha ordenado su detenci¨®n a efectos de extradici¨®n. Lo parad¨®jico es que, tras pedir colaboraci¨®n, Velasco se descolgaba, en un ¨²ltimo p¨¢rrafo, con la frase: "Obran diligencias en este procedimiento que ponen de manifiesto la cooperaci¨®n gubernamental venezolana en la il¨ªcita colaboraci¨®n entre las FARC y ETA". Es decir, un triple salto mortal adelante con tirabuz¨®n, porque una cosa es que dos grupos terroristas cooperen y se entrenen en campamentos en la selva venezolana lim¨ªtrofe con Colombia, y otra muy distinta que el Gobierno de Venezuela ampare a los terroristas y colabore con ellos. Hugo Ch¨¢vez, que no necesita mucho est¨ªmulo, ha bramado de indignaci¨®n. El histri¨®nico mandatario ha calificado de burda falsedad las acusaciones, ha repudiado el terrorismo y ha amenazado con romper relaciones diplom¨¢ticas con Espa?a. El ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ha reclamado prudencia y ha argumentado que no se debe insultar al que se pide ayuda. El caso es que el juez Velasco cuenta con las declaraciones de cuatro desenganchados de la guerrilla que explicaron a polic¨ªas espa?oles c¨®mo participaron en cursillos de explosivos que cuatro etarras impartieron en campamentos en la selva. Sin embargo, no hay ning¨²n dato de la colaboraci¨®n del Gobierno de Ch¨¢vez, m¨¢s all¨¢ de que esos ahora testigos aseguren que hab¨ªa unos tipos con uniforme que parec¨ªa que eran del ej¨¦rcito, cuya misi¨®n pod¨ªa ser la de proteger al grupo, y tambi¨¦n un paisano con un chaleco con un distintivo del servicio secreto. ?Como si los del servicio secreto fueran anunci¨¢ndose con insignias! En todo caso, puede ser sospechoso, pero como sostiene un prestigioso abogado, "la suma de sospechas no constituye delito, como tampoco en el f¨²tbol la suma de postes es un gol".
El juez Velasco era director general del Gobierno valenciano que recibi¨® a Reyes
Lo ¨²nico que le queda al juez para probar esa supuesta vinculaci¨®n es el contenido de los dos ordenadores de Ra¨²l Reyes, el n¨²mero dos de las FARC, que result¨® muerto el 1 de marzo de 2008, junto con una veintena de guerrilleros, en su campamento en la selva, en Angostura (Ecuador). El ej¨¦rcito colombiano lo bombarde¨® desde cinco aviones A29B S¨²per Tucano con 10 bombas de racimo GBU 12 Paveway, prohibidas por las convenciones internacionales, como cuenta el periodista Arturo Torres, del diario El Comercio, de Quito (Ecuador) en su documentado informe El juego del camale¨®n. Los secretos de Angostura. Las dos computadoras, que se salvaron milagrosamente de las bombas, fueron oportunamente encontradas por el ej¨¦rcito colombiano y, curiosamente, conten¨ªan las supuestas pruebas de la colaboraci¨®n de los Gobiernos de Venezuela y Ecuador con las FARC. Ni que decir tiene que Ch¨¢vez y Correa tacharon esas pruebas de "fabricadas por los servicios secretos colombianos".
De modo que, aunque cada quien tenga su opini¨®n, mientras no llegue el d¨ªa del ¨¦xtasis de los lerdos y los ordenadores nos cuenten lo ocurrido, todo quedar¨¢ en sospechas.
Sin embargo, de lo que no habr¨¢ duda es de que nunca se recibi¨® en Venezuela con tanto boato a Ra¨²l Reyes como se le recibi¨® en febrero de 2000 en Valencia, por el Gobierno de Eduardo Zaplana (PP), cuando el comandante de las FARC y V¨ªctor G. Ricardo, representante del Gobierno de Andr¨¦s Pastrana, intentaban un proceso de paz que termin¨® en estrepitoso fracaso. Por entonces realizaron una visita a varios pa¨ªses europeos para buscar apoyos frente a la injerencia de Estados Unidos en Colombia. El juez Eloy Velasco, que ahora investiga el caso, era en aquella ¨¦poca director general de Justicia de aquel Gobierno que tan majestuosamente recibi¨® al dirigente de las FARC. Cosas veredes, amigo Sancho...
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