La patronal apoyar¨¢ medidas para convertir contratos temporales en fijos
Sindicatos, empresarios y Xunta ampliar¨¢n la Renta de Integraci¨®n Social
En Madrid, el Gobierno le lee la cartilla a la patronal por sacarse de la manga propuestas que no est¨¢n en el proceso de di¨¢logo social, como contratos sin indemnizaciones. En Galicia, en cambio, la negociaci¨®n parece una balsa de aceite. Ni empresarios, ni sindicatos, ni por supuesto la Xunta cuestionan que las mesas hayan tardado un a?o en arrancar tras las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas y pese a que las listas del paro sumaron en este tiempo 27.000 desempleados. Al contrario: Comisiones Obreras, UGT -la CIG se autoexcluy¨®- y los representantes de la Confederaci¨®n de Empresarios (CEG) creen que se ha conseguido "un buen ritmo" y esperan propiciar acuerdos.
Traballo conf¨ªa en que los avances se trasladen a un gran pacto al estilo de los dos firmados en la etapa del bipartito. La postura oficial de los agentes sociales alimenta la idea de una gran foto de familia al final de la negociaci¨®n, aunque de puertas adentro, en las centrales se cuestiona la idea de dar una baza semejante al Gobierno, ahora que la crisis aprieta y casi ahoga.
Las mesas del di¨¢logo social tardaron un a?o en retomarse
"La mejor protecci¨®n social es tener empleo", insiste la Xunta
Empleo, industria, infraestructuras y acci¨®n social son los cuatro ejes de actuaci¨®n, que se completan en las incipientes mesas sectoriales del naval, el textil y la automoci¨®n. La mayor¨ªa han celebrado dos o, como mucho, tres reuniones y nada se ha concretado m¨¢s all¨¢ de un plan para la recolocaci¨®n de desempleados del textil que aprovecha fondos europeos. Los agentes sociales derrochan ganas al hablar de sus objetivos. "Eso no quiere decir que dentro de una semana no nos tiremos los trastos a la cabeza", advierte desde el gabinete t¨¦cnico de CC OO Maica Bouza.
Ideas concretas hay, por el momento, muy pocas. La patronal apoya en Galicia medidas que pasan desapercibidas en el escenario nacional, como los incentivos para que la contrataci¨®n temporal se convierta en indefinida, sobre todo en los grupos "que m¨¢s est¨¢n sufriendo", como las mujeres, los j¨®venes o los discapacitados.
"El trabajo eventual no ayuda a mantener la cultura de empresa. Ojal¨¢ tuvi¨¦semos un mercado m¨¢s estable", reflexiona Ant¨®n Arias, uno de los negociadores nombrados por la Confederaci¨®n de Empresarios. Arias tampoco olvida que la productividad est¨¢ por los suelos y pide adem¨¢s complementos para que se estimule. En la parte sindical, Domingo Barros, de UGT, cree que hay que afrontar una "nueva organizaci¨®n del trabajo". Su central es una de las que apoya la flexibilidad en el sector del autom¨®vil con mecanismos que han evitado un ERE en Citro?n.
El director general de Relaci¨®ns Laborais, Odilo Manti?¨¢, pone como premisa "que no se tire a la basura" el di¨¢logo en la concertaci¨®n social de la anterior legislatura. "Hemos elaborado un documento b¨¢sico donde se priorizan los temas, y a partir de ah¨ª hemos empezado a trabajar para poder llegar a acuerdos parciales con el fin de concretar un gran pacto". En pol¨ªticas activas de empleo asume que se actualizar¨¢ la Renta de Integraci¨®n Social (Risga) para aumentar el n¨²mero de beneficiarios, que ahora rondan los 6.000. Tambi¨¦n baraja la posibilidad de reformar la Ayuda de Emergencia Social, una prestaci¨®n de pago ¨²nico.
Otra de las prioridades que pone sobre la mesa ya se trat¨® en la legislatura anterior sin mucho ¨¦xito: reformar el Servicio P¨²blico de Empleo. En Espa?a las oficinas s¨®lo canalizan, seg¨²n Manti?¨¢, entre el 4% y el 7% de los contratos, "tambi¨¦n es verdad que incluyen los perfiles m¨¢s dif¨ªciles. Las personas que ven sencillo encontrar trabajo ya no acuden a los servicios p¨²blicos", disculpa.
Mientras el di¨¢logo social avanza, la pol¨ªtica de la Xunta en materia de empleo camina paralela a las mesas de negociaci¨®n, aunque sin contar con ellas. Es el caso del anunciad¨ªsimo Plan de Acci¨®n Social, que seg¨²n el presidente, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ayudar¨¢ a crear 30.000 empleos en tres a?os. Carmen Fern¨¢ndez, delegada de la CEG en la mesa que lo aborda, reconoce que sus integrantes todav¨ªa no han sido informados del ambicioso proyecto y afirma que "quiere creer", que su objetivo "se va a cumplir".
Tambi¨¦n al margen de la negociaci¨®n, la Xunta tiene preparado el Plan de Empleo 2010-2014 orientado a colectivos como las mujeres, los discapacitados, los j¨®venes y los aut¨®nomos. Medidas para que los demandantes "puedan acceder a itinerarios formativos personalizados para mejorar su situaci¨®n de empleabilidad", dice Manti?¨¢, que insiste en el mantra de su Gobierno: "La mejor protecci¨®n social es tener empleo".
Con ¨¦ste se escribe el segundo cap¨ªtulo de la negociaci¨®n colectiva en la comunidad aut¨®noma. El primero se cocin¨® con el bipartito en el Gobierno -antes, con Manuel Fraga de presidente, la concertaci¨®n social simplemente no exist¨ªa-. En la legislatura previa a la llegada de Feij¨®o a la Xunta se llegaron a concretar dos grandes pactos: el primero fue el Acuerdo por el Empleo, que logr¨® avances en materia de formaci¨®n, ayud¨® a abrir canales de participaci¨®n de los sindicatos en el control de la legalidad de los convenios, en prevenci¨®n de riesgos laborales y en materia de responsabilidad social de las empresas. Se ofrecieron ayudas a la reducci¨®n de la jornada para que los hombres cuidasen a sus hijos, se modific¨® el funcionamiento del Consello Galego de Relaci¨®ns Laborais y se destinaron 35 millones para fomentar el autoempleo. Del pacto se derivaron compromisos como la Ley de Participaci¨®n Institucional, por la que la Xunta abonar¨¢ este a?o 1,8 millones de euros a la CEG, UGT, CC OO y CIG por su papel en la escena p¨²blica.
El segundo pacto fue el Acuerdo por la Competitividad firmado en el verano de 2008. Un documento de 300 medidas generales, difusas y sin dotaci¨®n presupuestaria m¨¢s all¨¢ de la estimaci¨®n de 7.866 millones de euros a repartir en los presupuestos auton¨®micos del periodo 2008-2011. La comisi¨®n que supuestamente se iba a crear para hacer el seguimiento al plan nunca se lleg¨® a reunir. La crisis convirti¨® en papel mojado el texto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.