Los geri¨¢tricos privados llaman a concertar 42.500 plazas vac¨ªas
El sector acusa la 'burbuja' inversora auspiciada por las expectativas de la Ley de Dependencia - La apuesta por residencias de lujo impide ajustar precios
En Espa?a hay miles de plazas vac¨ªas en los geri¨¢tricos y cientos de familias, quiz¨¢ miles tambi¨¦n, esperan por una de ellas. La Federaci¨®n Empresarial de Asistencia a la Dependencia (FED) calcula que s¨®lo entre sus empresas 42.557 camas, de un total en Espa?a de 329.000, est¨¢n libres, y piden a las administraciones que concierten esas plazas, es decir, que paguen la ocupaci¨®n de esas residencias para que los ciudadanos puedan optar a ellas a precios p¨²blicos, como ocurre con los colegios concertados.
Pero el desajuste entre la oferta y la demanda no tiene tan f¨¢cil arreglo, porque hay ciudades donde faltan residencias mientras que en otros lugares est¨¢n vac¨ªas. En ese caso no hay concertaci¨®n que valga. La crisis tampoco lo pone f¨¢cil. Las comunidades est¨¢n pagando entre 45 y 50 euros por d¨ªa y persona a los empresarios por disponer de sus plazas, pero este precio no convence al sector, que aspira a obtener 60 euros. "Es lo que cuesta un hostal, y ah¨ª la gente s¨®lo va a dormir", defiende el presidente de la FED, Jos¨¦ Alberto Echevarr¨ªa. "O si no, que nos rebajen el IVA al 4%", dice.
Muchos centros no cumplen los requisitos que exige la normativa
Por ¨²ltimo, la Ley de Dependencia manda que estos centros tengan unas condiciones m¨ªnimas de calidad, que muchos no cumplen. S¨®lo entre 2007 y 2008 se abrieron 30.000 nuevas plazas y la mayor¨ªa son p¨²blicas o concertadas. El problema es que hab¨ªa muchas que no cumplen los requisitos que ahora se exigen y eso impide concertar. El sector afronta una grave crisis.
"A muchos operadores no les conviene concertar por los precios que ofrece la Administraci¨®n porque han construido residencias de lujo, pagando muy caro el suelo, y ahora no les sale a cuenta. Y hay muchas que, sencillamente, est¨¢n llamadas a desaparecer porque son negocios antiguos sin las condiciones m¨ªnimas", dice un empresario del sector que quiere guardar su anonimato.
"Es cierto, se han construido muchas residencias de lujo, pero es que, hace unos a?os, no se o¨ªa otra cosa que le creciente necesidad de plazas. Los ayuntamientos regalaban terrenos, las comunidades animaban y muchos empresarios siguieron invirtiendo y los bancos se sent¨ªan c¨®modos financiando esos proyectos", reconoce el director del portal Inforesidencias.com, Josep Mart¨ª.
La burbuja, seg¨²n Mart¨ª, se iba hinchando tambi¨¦n porque "la ley gener¨® unas expectativas de profesionalizaci¨®n que no se han cumplido, la mayor¨ªa de las ayudas que se est¨¢n concediendo son econ¨®micas, para el cuidador familiar", critica Mart¨ª.
Ese extremo es tambi¨¦n el caballo de batalla de los empresarios. "Concertar plazas de residencias cuesta m¨¢s que dar ayudas econ¨®micas, pero se obtendr¨ªan millones en retornos", dicen en la FED. "Solo que esos retornos, v¨ªa IVA, impuesto de sociedades, IRPF, los recaudar¨ªa el Gobierno, mientras que las comunidades tendr¨ªan que poner dinero". "Esa diferencia entre lo que le supone a una y otra administraci¨®n es lo que obstaculiza el concierto de las plazas", aseguran.
Pero la ocupaci¨®n de las residencias no depende s¨®lo de la econom¨ªa, ni siquiera de la del usuario, sino de sus preferencias. Y hoy por hoy hay un sesgo claro hacia las atenciones en el domicilio propio, buscando la paga para que les cuide alguien de la familia. "Generalmente se est¨¢n dando las ayudas que la gente pide", dice el secretario general de Pol¨ªtica Social, Francisco Moza. "Una de cada cinco personas atendidas bajo la Ley de Dependencia est¨¢ en una residencia y m¨¢s de 40.000 tienen una ayuda vinculada a la prestaci¨®n de un servicio, que normalmente es tambi¨¦n para una plaza residencial". Moza insiste en que el objetivo del ministerio es potenciar los servicios frente a las ayudas econ¨®micas, pero opina que no se pueden eludir las preferencias de los ciudadanos. "A lo largo de todo el a?o pasado, gracias al Plan E se aprobaron recursos para adaptar o construir hasta 50.000 plazas y hemos regulado que los usuarios no puedan cambiar el servicio que eligen". Esto se ha hecho porque, debido tambi¨¦n a la crisis, algunas personas sacaban a los ancianos de la residencia para tenerlos de nuevo en casa, con la ayuda econ¨®mica y la pensi¨®n del abuelo.
En el mundo rural la ocupaci¨®n de las residencias se resiste, entre otras cosas porque hay que desplazarse fuera del pueblo para ir a una de ellas. Pero tambi¨¦n hay ciudades donde faltan plazas. "Es verdad que en algunas zonas con mucha poblaci¨®n rural y dispersa, las residencias quedan alejadas del usuario", reconoce Jos¨¦ Alberto Echevarr¨ªa, de la FED. "Pero las bolsas de desocupaci¨®n est¨¢n en las grandes capitales y ciudades de Madrid, Valencia, Catalu?a, Andaluc¨ªa. Eso deber¨ªa concertarse", insisten.
Muchos centros, sin embargo, est¨¢n sin concertar porque no cumplen los requisitos exigidos. "A los geri¨¢tricos que asisten a grandes dependientes les exigen unas condiciones de calidad muy exhaustivas, mientras que se pide muy poco para atender a esos mismos dependientes en casa", afirma Josep Mart¨ª. En su afirmaci¨®n radica, sin embargo, otro de los problemas: ?cu¨¢ntas de las plazas vac¨ªas est¨¢n preparadas para atender a grandes dependientes? La FED dice que no disponen de esos datos.
El problema, apunta la responsable de Pol¨ªtica Social de CC OO, Rosana Costa, es que la proliferaci¨®n de residencias "no obedece a una planificaci¨®n real de las necesidades, ni por el n¨²mero de personas que las requieren ni por las instalaciones que realmente se necesitan. Si no se cumplen los requisitos no se pueden usar esas plazas", dice.
De parecida opini¨®n es Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes: "Habr¨ªa que analizar cu¨¢ntas cumplen los requisitos m¨ªnimos exigidos por la ley para dar una atenci¨®n de calidad, la ubicaci¨®n rural o urbana, y sobre todo el precio de la plaza privada. Se impone una planificaci¨®n que concilie la oferta y las necesidades. Se necesitan m¨¢s plazas residenciales en las zonas urbanas y exigir la normativa de acreditaci¨®n a todas las residencias. La Ley de Dependencia es un aliciente para la inversi¨®n en equipamiento residencial. Y las prestaciones econ¨®micas deben ser algo excepcional".
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