Ladrones de almas en un mundo virtual

A principios de mes, la compa?¨ªa de videojuegos Blizzard confirmaba que un troyano hab¨ªa quebrado la seguridad de Battle.net, puerta de acceso a los mundos virtuales de algunos de los juegos de rol on-line m¨¢s populares, como Diablo o Starcraft. El ataque iba dirigido contra World of Warcraft, l¨ªder absoluto del sector con m¨¢s de 12 millones de personas registradas.

Los antivirus llevan a?os detectando miles de troyanos programados para robar contrase?as de los juegos de rol online. Battle.net hab¨ªa resistido gracias a un triple c¨®digo de seguridad que vincula la identidad del usuario con una contrase?a y con el n¨²mero de serie de la copia original del juego. Esto preserva el negocio: entrar en la fantas¨ªa medieval de World of Warcraft supone unos 60 euros por el CD del juego, m¨¢s una cuota mensual de 13 euros por disfrutarlo en Red.

La delincuencia en el rol online es particular. No se trata de hacerse con datos bancarios sino de apoderarse de personajes. A veces, los que manejan los troyanos se limitan a quedarse con dinero virtual y objetos; pero si encuentran un personaje especialmente desarrollado roban su alma para ser poderosos en una realidad paralela en la que se invierten muchas horas (una media de 11, seg¨²n Nielsen Games).

Muchos no se conforman con ser reyes en un mundo fant¨¢stico y buscan maneras de convertir el dinero virtual en billetes reales. Hay webs en las que se venden mil piezas de oro de World of Warcraft (una fortuna virtual) por 5 euros. Tambi¨¦n se puja por las almas de los personajes, por su experiencia y poderes. En eBay se han llegado a pagar hasta 20.000 euros. Un fan¨¢tico adinerado consigue as¨ª ahorrarse miles de horas de aprendizaje. En buymmoaccounts.com hay un amplio surtido de personajes de World of Warcraft con nivel 80 (el m¨¢ximo). Los precios rondan los 200 euros y los due?os del dominio aseguran que no son robados sino "comprados a terceros".

Pr¨¢cticas prohibidas

En la otra cara de la moneda est¨¢ el jugador robado, que un d¨ªa intenta conectarse y recibe un mensaje de error. Su contrase?a ya no es v¨¢lida y todo el tiempo invertido ha sido en vano. Tendr¨¢ que comprarse otra vez el juego y empezar desde cero. Y cuando recorra los bosques y valles virtuales quiz¨¢s se cruce con el que fue su personaje, ahora en manos de otro.

Estas malas pr¨¢cticas est¨¢n prohibidas por las compa?¨ªas de videojuegos, que castigan a los tramposos con la expulsi¨®n; pero el balance entre riesgo y beneficio es m¨¢s que aceptable. Lo mejor que le puede pasar al creador del troyano es vender los personajes robados por miles de euros. Lo peor, que no le dejen jugar m¨¢s.

Una manera de contaminarse con estos troyanos es hacer trampas. Existen aplicaciones robot (bots) que cazan y matan en el mundo virtual mientras el jugador de carne y hueso duerme o va al trabajo. Es una manera f¨¢cil de aumentar el nivel del personaje sin pasar mucho tiempo ante la pantalla.

Simona Cana, de la compa?¨ªa de antivirus BitDefender, explica que en la vulneraci¨®n de Battle.net la v¨ªa de acceso fue una aplicaci¨®n llamada Wow Matrix. La aut¨¦ntica es de Blizzard y ayuda a actualizar las extensiones de World of Warcraft. Las falsas proliferan en la Red y esconden en su interior el peligroso caballo de Troya. Si se ha sido infectado, hay que buscar en el ordenador el archivo emcor.dll y borrarlo.

BitDefender recomienda tambi¨¦n cambiar las contrase?as, tanto la del juego como las de cuentas de correo y webs, pues una vez dentro del sistema el troyano es capaz de robar cualquier tipo de informaci¨®n.

El robo de unos miles de contrase?as de un juego online puede parecer un asunto menor; pero el dinero no lo es todo cuando el principal objetivo es evadirse y prosperar en realidades alternativas. Por 7 euros se venden manuales de autoayuda para el mundo virtual como Ser un guerrero realmente poderoso en diez sencillos pasos. En este proceso, hay quien invierte tiempo, ilusi¨®n y buena parte de su personalidad. Luis Corrons, del antivirus Panda y jugador de rol en sus ratos libres, advierte: "El da?o psicol¨®gico de perder a tu personaje puede ser traum¨¢tico".

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