Brumas sobre G¨¹rtel
La nulidad de las escuchas no puede derivar en la impunidad de la trama corrupta
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha decidido, aunque todav¨ªa no ha entrado en la fase de redacci¨®n, la resoluci¨®n por la que declara nulas, por dos votos frente a uno, todas las escuchas ordenadas por el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n a abogados de la trama G¨¹rtel sospechosos de actuar como c¨®mplices de sus clientes mientras los visitaban en la c¨¢rcel como defensores. Esta decisi¨®n corrige la que el mismo tribunal hab¨ªa votado la v¨ªspera y que hac¨ªa una excepci¨®n con una de las escuchas: la que recoge una conversaci¨®n entre Pablo Crespo, n¨²mero dos de la trama, con su abogado, imputado tambi¨¦n en la causa. En la conversaci¨®n, Crespo, ex secretario de Organizaci¨®n del PP gallego, admite la financiaci¨®n irregular de ese partido en el ejercicio de 1999.
Mientras no se conozcan los argumentos de la resoluci¨®n es dif¨ªcil medir su alcance. Parece claro que los dos jueces que conforman la mayor¨ªa decisoria aceptan en esta causa la excepcionalidad de que alguno de los abogados est¨¢ imputado. Pero seguramente tambi¨¦n han querido evitar la tesis de que la intervenci¨®n de las comunicaciones entre abogado y cliente pueden extenderse ante cualquier indicio de delito, y no s¨®lo a casos de terrorismo.
M¨¢s all¨¢ de los efectos procesales, lo determinante es en qu¨¦ afectar¨¢ la nulidad de las escuchas al sumario entero. Es f¨¢cil aventurar que la estrategia defensiva del casi centenar de imputados, y tras ellos el PP, ser¨¢ procurar que la nulidad se extienda al conjunto de las pruebas para que, si fuera posible, quede impune uno de los mayores casos de corrupci¨®n pol¨ªtica de los ¨²ltimos tiempos.
La nulidad de las escuchas implica que han sido expulsadas del sumario y que deben ser tenidas como no existentes. Pero en el sumario hay cientos de pruebas recabadas antes de las grabaciones anuladas, y tambi¨¦n despu¨¦s, totalmente independientes de ¨¦stas. Suficientes, en cualquier caso, para asegurar que el mayor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtica en muchos a?os no quede impune, algo que la sociedad espa?ola no podr¨ªa entender.
Tampoco las cautelas procesales pueden borrar la realidad. Hace 20 a?os la anulaci¨®n del caso Naseiro no pudo impedir que se escuchara decir a un tal Zaplana, del PP alicantino, que ten¨ªa que "ganar mucho dinero" porque le hac¨ªa falta "mucho dinero para vivir". Y no es anecd¨®tico tampoco que la nulidad de las escuchas haya sido un asunto controvertido y alejado de la unanimidad. Tres de los cinco jueces competentes en las distintas fases del caso las han considerado v¨¢lidas, aunque se haya impuesto la opini¨®n de los dos que han tenido la ¨²ltima palabra. Lo que hace m¨¢s disparatado el caso es que haya derivado en una querella contra Garz¨®n admitida a tr¨¢mite por el Tribunal Supremo, con el estrambote de la personaci¨®n como "ofendido" del jefe de la banda corrupta.
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