Ganan los falangistas

El rechazo por la Sala Segunda del Tribunal Supremo del ¨²ltimo intento de Garz¨®n de desactivar las querellas del sindicato ultraderechista Manos Limpias y de Falange Espa?ola sit¨²a al juez a un paso del banquillo de los acusados. A la aberraci¨®n hist¨®rica de que los cr¨ªmenes del franquismo se vuelvan desde el ominoso pasado contra el juez que intent¨® abrir una causa penal sobre ellos se a?ade la jur¨ªdica de considerar ese intento como un acto prevaricador. La previsible apertura del juicio oral, tras remover el Tribunal Supremo el obst¨¢culo que lo imped¨ªa, llevar¨¢ a la suspensi¨®n autom¨¢tica de Garz¨®n en sus funciones y a su expulsi¨®n de la Audiencia Nacional.

C¨®mo puede ser prevaricadora una actuaci¨®n judicial que, por m¨¢s controvertida que sea, se sit¨²a dentro de la amplia autonom¨ªa del juez penal en la averiguaci¨®n del delito, no ha sido explicada suficientemente por el instructor Varela, y no tendr¨¢n f¨¢cil argumentarla sus compa?eros del Supremo por m¨¢s avezados que est¨¦n en razonamientos jurisprudenciales. Insisten de nuevo en que no es "arbitraria, il¨®gica o absurda" la hip¨®tesis prevaricadora. Pero, ?no cabr¨ªa decir lo mismo de la hip¨®tesis contraria: la no prevaricadora? No es arbitrario, il¨®gico o absurdo mantener que Garz¨®n actu¨® dentro de unos m¨¢rgenes jurisdiccionales que hacen cre¨ªble y razonable esa hip¨®tesis y que, por ello, debieron ser rechazadas unas querellas que interfieren dolosamente en la actividad jurisdiccional.

?Deber¨ªa Garz¨®n haber rechazado de plano las denuncias de familiares de v¨ªctimas del franquismo que yacen todav¨ªa en fosas comunes presumiblemente por causa de actos delictivos? Presumiblemente, porque nunca hubo averiguaci¨®n de los hechos, ni tampoco consta en los registros oficiales certificaci¨®n alguna sobre el fallecimiento y sus causas. No habr¨ªa sido el proceder correcto de un juez penal. Si las denuncias son o no infundadas; si los hechos son o no delictivos, han prescrito o est¨¢n amnistiados, son cuestiones a dilucidar en el procedimiento. Igual sucede con la competencia. Todav¨ªa est¨¢ pendiente de dilucidar si las diligencias sobre apertura de fosas corresponden a juzgados del lugar o a la Audiencia Nacional. Y quien tiene que hacerlo es el Tribunal Supremo: el mismo que parece haber prejuzgado el asunto actuando contra una de las partes. ?C¨®mo habr¨ªa que tipificar esta actuaci¨®n?

Por si fuera poco, la causa contra Garz¨®n ha permitido a un partido de corte fascista como Falange Espa?ola y de las JONS -?o hay constancia de que se haya desligado de su doctrina fundacional sobre la "dial¨¦ctica de los pu?os y las pistolas" como instrumento de acci¨®n pol¨ªtica?- se declare "ofendido" por un simple amago de investigaci¨®n de cr¨ªmenes que el propio Varela denomina "horrendos". ?Puede el m¨¢ximo tribunal de un Estado democr¨¢tico dar amparo a una pretensi¨®n que muchos espa?oles de hoy consideran ultrajante y dif¨ªcilmente compatible con los valores democr¨¢ticos?