Una nueva gobernanza econ¨®mica para 2020
Se calcula que alrededor de 2020 Europa ser¨¢ la zona m¨¢s envejecida del mundo (con un 30% de personas mayores de 65 a?os) y tambi¨¦n una de las menos pobladas (solamente el 6% de la poblaci¨®n mundial habitar¨¢ en la UE). Adem¨¢s, Europa refleja hoy menor potencial innovador y de crecimiento econ¨®mico que sus competidores principales, en Oriente y Occidente, y el declive poblacional s¨®lo puede agravar este problema. Si ahora no adoptamos medidas que puedan paliar y anticipar los efectos de dicha probable evoluci¨®n, Europa corre el riesgo de convertirse en un continente irrelevante en tan s¨®lo dos d¨¦cadas.
La buena noticia es que las instituciones europeas, y con ellas los Estados miembros, son conscientes de esta posible trayectoria, y est¨¢n adoptando propuestas para afrontar dichos riesgos. La m¨¢s importante tiene que ver con el cambio de modelo de crecimiento de la UE que acaba de emitir la Comisi¨®n Europea, y que lleva por r¨®tulo Europa 2020. Esta propuesta empieza a ser examinada en el Consejo Europeo de primavera, y si es aceptada, ser¨¢ la sucesora de la llamada Estrategia de Lisboa, que tan poco ¨¦xito ha tenido hasta el momento.
Hay que aumentar el presupuesto, reforzar el poder de la Comisi¨®n e incentivar el cambio de modelo
Nosotros hemos defendido, en un documento recientemente publicado por la Fundaci¨®n Ideas (www.fundacionideas.es), una visi¨®n similar a la expresada por la Comisi¨®n, ya que en nuestra opini¨®n el gran objetivo que deber¨ªa presidir la Estrategia 2020 deber¨ªa ser alcanzar mayores cotas de prosperidad (crecimiento con calidad tanto en el ¨¢mbito social como en el medioambiental).
Adem¨¢s del general antes se?alado, la Comisi¨®n especifica cinco objetivos concretos: el empleo, la inversi¨®n en I+D+i, el cambio clim¨¢tico y el ahorro energ¨¦tico, la educaci¨®n y la lucha contra la pobreza. Para todos ellos la Comisi¨®n especifica indicadores cuantitativos concretos, y tambi¨¦n un calendario a trav¨¦s del cual dichos resultados deber¨ªan producirse. Compartimos esta aproximaci¨®n, pero pensamos que hubiera sido mejor a?adir alg¨²n objetivo adicional que permitiera conectar claramente las tres dimensiones de la sostenibilidad econ¨®mica, social y medioambiental que pretendemos. Y desde luego, habr¨ªa sido m¨¢s adecuado concentrar el seguimiento de la Estrategia solamente en indicadores de output, y no de input (por ejemplo, en lo que se refiere al indicador del I+D+i, lo mejor hubiera sido proponer un indicador de n¨²mero de patentes).
La Comisi¨®n dedica una buena parte de su propuesta a la cuesti¨®n de la gobernanza de la futura Estrategia 2020. Esta es la parte en donde m¨¢s habr¨ªa que reforzar la propuesta de la Comisi¨®n. En efecto, el problema fundamental de la pasada Estrategia de Lisboa estuvo precisamente en la excesiva flexibilidad con la que se concibi¨® su gobernanza. Adem¨¢s, sus palancas m¨¢s importantes (perspectivas financieras, pacto de estabilidad y agenda de reformas) aparec¨ªan claramente desconectadas entre s¨ª. Entendemos que Europa est¨¢ madura para dar un paso m¨¢s en dicha gobernanza y para reconectar los tres elementos antes se?alados.
Primero, aumentando de manera clara el presupuesto comunitario. A menudo se dice que Europa es un gigante econ¨®mico y un enano pol¨ªtico. Nosotros nos preguntamos, sin embargo, si no ser¨¢ exactamente al rev¨¦s: con un presupuesto del 1,05% de la RNB de la Uni¨®n, lo que falta precisamente es mayor m¨²sculo presupuestario en Europa. En este sentido, la propuesta de la Comisi¨®n es muy t¨ªmida. Caben, sin embargo, soluciones. Por ejemplo, en una primera fase, se podr¨ªa pasar del actual 1% del presupuesto al 1,27% (que era el techo presupuestario antes de que se tomara la poco europe¨ªsta decisi¨®n de reducirlo a la cifra actual). El exceso se financiar¨ªa no a trav¨¦s de nuevas contribuciones de los Estados, sino a trav¨¦s de nuevos impuestos comunitarios, espec¨ªficamente sobre transacciones financieras y emisiones contaminantes.
En segundo lugar, la nueva gobernanza econ¨®mica europea necesita establecer un esquema sensato de incentivos positivos y negativos que fomente el cambio de modelo econ¨®mico de la Uni¨®n. La presidencia espa?ola de la UE ha tenido el m¨¦rito de abrir este debate, y de nuevo, la propuesta de la Comisi¨®n es demasiado cauta en este sentido. Cabr¨ªa pensar en un sistema de incentivos positivos y negativos, estructurado a trav¨¦s de la creaci¨®n de lo que se podr¨ªa denominar "el Fondo Lisboa". Los Estados miembros que fueran cumpliendo objetivos ir¨ªan cobrando una parte de ese Fondo -el "premio Lisboa"- y los que no los cumplieran, ser¨ªan penalizados con el no cobro de dicho premio. La Comisi¨®n propondr¨ªa la penalizaci¨®n y ser¨ªa el Consejo el que deber¨ªa aprobarla.
Finalmente, desde un punto de vista institucional, entendemos que la gobernanza de la Estrategia 2020 deber¨ªa recaer de forma m¨¢s clara sobre la Comisi¨®n. La raz¨®n es simple: no pueden ser los Estados miembros los que se autocontrolen, porque ello pone en riesgo la credibilidad de todo el proceso.
La aprobaci¨®n de una Estrategia con un sistema de gobernanza reforzado es crucial para salir de la crisis y mejorar el modelo europeo de crecimiento. Esperemos que los l¨ªderes europeos mantengan esta perspectiva y aprueben en lo que resta de presidencia espa?ola un documento con verdadero alcance pol¨ªtico. Europa, y sus ciudadanos, lo agradecer¨¢n.
Antonio Estella es profesor de Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid y Carlos Mulas-Granados es director de la Fundaci¨®n Ideas.
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