Dos soldados israel¨ªes mueren en una emboscada en Gaza
Netanyahu se ratifica en los planes de expansi¨®n en Jerusal¨¦n Este
El enfrentamiento armado m¨¢s grave desde que concluyera la guerra de Gaza, en enero de 2009, provoc¨® ayer la muerte a dos soldados israel¨ªes y dos milicianos palestinos en la zona fronteriza de Jan Yunis. Portavoces de Ham¨¢s aseguraron que los soldados invadieron territorio de la franja. El Ej¨¦rcito israel¨ª explic¨® que los milicianos emboscaron a una patrulla y mataron a un oficial y a un recluta. Otros dos soldados resultaron heridos y dos palestinos murieron en el choque.
El Gobierno israel¨ª advirti¨® que Ham¨¢s pagar¨¢ su precio. Por la noche, cinco tanques y dos veh¨ªculos blindados se dirig¨ªan hacia Jan Yunis, despu¨¦s de una jornada de intenso intercambio de fuego.
La violencia ha rebrotado en la franja mediterr¨¢nea, pero tambi¨¦n en Cisjordania, de manera abrupta en marzo, coincidiendo con la disputa entre Barack Obama y Benjam¨ªn Netanyahu por la colonizaci¨®n jud¨ªa de Jerusal¨¦n Este. El fin de semana pasado, cuatro palestinos desarmados murieron tiroteados por soldados en la regi¨®n de Nablus. Portavoces militares informaron de que se emplearon balas de caucho. Sin embargo, ONG israel¨ªes y fuentes m¨¦dicas palestinas mostraron pruebas de se dispar¨® munici¨®n real. Las v¨ªctimas, que acababan de bajarse de un autob¨²s, ni siquiera participaban en una manifestaci¨®n. Si la situaci¨®n militar se deteriora, en el plano pol¨ªtico y diplom¨¢tico tampoco hay visos de que la amarga relaci¨®n entre el presidente de EE UU y el primer ministro israel¨ª pueda mejorar.
No se refugia Netanyahu en el socorrido pretexto -las concesiones a los palestinos pueden hacer caer al Gobierno y entonces la negociaci¨®n se retrasar¨¢- empleado por varios l¨ªderes israel¨ªes. El jefe del Gobierno asumi¨® ayer personalmente las consecuencias de su pol¨ªtica de expansi¨®n colonial en Jerusal¨¦n. No se debe, dijo, a la presi¨®n de los ministros ultraderechistas Avigdor Lieberman y Eli Yishai. Es una convicci¨®n personal, avalada un¨¢nimemente por su partido, el Likud. Pero decirlo mientras Washington aguarda una respuesta a sus exigencias supone otro desaf¨ªo frontal y expl¨ªcito al presidente de Estados Unidos, con quien Netanyahu se reuni¨® el martes en la Casa Blanca en un encuentro que result¨® tormentoso. "No necesito que los socios de coalici¨®n me presionen para construir en Jerusal¨¦n. Yo mismo planeo construir como hicieron todos los primeros ministros que me precedieron".
Obama, de momento, no deja pasar una. "Cualquier entendimiento con EE UU no significa que respaldemos la construcci¨®n israel¨ª en Jerusal¨¦n Este", replic¨® el Gobierno estadounidense a Nir Hefetz, portavoz de Netanyahu, quien antes hab¨ªa comentado que "Israel y EE UU hab¨ªan alcanzado una serie de entendimientos". As¨ª las cosas, las negociaciones entre israel¨ªes y palestinos dif¨ªcilmente comenzar¨¢n. Washington apunta esta vez a un culpable diferente: Israel.
Las iniciativas colonizadoras en Jerusal¨¦n Este y en Cisjordania tuvieron eco tambi¨¦n en otras capitales musulmanas. Miles de sirios exigieron ayer en Damasco que se detenga la construcci¨®n en territorio ocupado palestino. E Ir¨¢n, en v¨ªsperas de la cumbre de la Liga ?rabe que se celebrar¨¢ en Tr¨ªpoli (Libia) este fin de semana, meti¨® ciza?a al asegurar que los musulmanes de todo el mundo deben actuar para frenar los planes urban¨ªsticos israel¨ªes.
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