Europa evita un segundo naufragio

Rigor germ¨¢nico por un lado, grandeur pol¨ªtica por otro. As¨ª es la UE: Alemania y Francia, ese es el ¨²nico argumento de la obra. O as¨ª era: la tragedia griega, una fenomenal y contagiosa crisis fiscal, amenaza con hacer saltar las costuras de la Uni¨®n, un proyecto construido, precisamente, sobre la base de la desaparecida solidez fiscal. Por segunda vez en poco m¨¢s de un mes, Europa ha esquivado el naufragio. En la cumbre del 11 de febrero, un pacto pol¨ªtico destilado en apenas tres l¨ªneas de un comunicado de apoyo a Grecia consigui¨® impedir "una cat¨¢strofe". Poco m¨¢s de un mes despu¨¦s, en el Consejo Europeo de esta semana, fue el acuerdo sobre un complicado mecanismo financiero lo que evit¨® una situaci¨®n "casi catastr¨®fica", seg¨²n han reconocido los propios negociadores. Alemania y Francia, otra vez, consiguieron cerrar a ¨²ltima hora un acuerdo de m¨ªnimos.

La mediaci¨®n de Van Rompuy fue clave en el pacto francoalem¨¢n

En ambos casos, las mediaciones del discreto presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, han sido decisivas para remendar el deteriorado eje francoalem¨¢n, sacudido por la crisis y la creciente debilidad pol¨ªtica de sus l¨ªderes. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, sufri¨® un zarandeo en las ¨²ltimas elecciones regionales, mientras que la canciller alemana, ?ngela Merkel, encuentra serias dificultades para encajar su idea europea con la creciente oleada de nacionalismo econ¨®mico, y no s¨®lo econ¨®mico, que vive su pa¨ªs. La proximidad de las elecciones en el decisivo land de Renania del Norte-Westfalia s¨®lo explican una parte del nerviosismo de Merkel.

"?De qu¨¦ le sirve Europa a Alemania?", le espet¨® hace pocos d¨ªas un joven periodista alem¨¢n a Van Rompuy. La pregunta refleja en s¨ª misma el tremendo cambio que est¨¢ registrando la imagen de la UE en la poblaci¨®n europea, especialmente en Alemania. Las generaciones que no vivieron la guerra cada vez entienden menos la necesidad de la Uni¨®n. La crisis ha exacerbado los sentimientos nacionalistas, sobre todo en los grandes pa¨ªses. As¨ª suele suceder en tiempos revueltos.

En este clima de desentendimiento, Van Rompuy ha tenido que echar mano de sus experiencias en su pa¨ªs, de la dicotom¨ªa flamencos-valones. "B¨¦lgica es como un laboratorio de Europa", explica a sus colaboradores, a quienes recuerda que est¨¢ acostumbrado a responder a una cuesti¨®n similar: "?Para qu¨¦ le sirve B¨¦lgica a los flamencos?".

La realidad es que el fr¨¢gil pacto de febrero permiti¨® a Grecia sobrevivir cinco semanas, pero a costa de pagar alt¨ªsimos tipos de inter¨¦s. Los trabajos para convertir ese "acuerdo pol¨ªtico" en medidas concretas de ayuda han desatado los demonios en Alemania y puesto en guardia al BCE. A partir de aquel pacto, las semanas van pasando y las posiciones de Alemania, por una parte, y de Bruselas y la mayor¨ªa de pa¨ªses, por otra, no hacen m¨¢s que distanciarse. Con ese peligroso caldo de cultivo, Van Rompuy empieza a trabajar en un plan a contrarreloj, sabiendo que un fracaso supone la ruina para Grecia. El resumen del reguero de reuniones, acuerdos y desacuerdos es el que sigue.

- Lunes 15. Bloqueo alem¨¢n. Los ministros de Econom¨ªa de la zona euro fracasan en su intento de establecer un mecanismo de ayuda financiera a Grecia y acuerdan pasar la patata caliente a la reuni¨®n de jefes de Estado prevista para los d¨ªas 25 y 26. Berl¨ªn bloquea el acuerdo.

- Mi¨¦rcoles 17. FMI en escena. Merkel reacciona con dureza ante una opini¨®n p¨²blica, que lleva a?os apret¨¢ndose el cintur¨®n por la crisis, cada vez m¨¢s reacia a aportar m¨¢s dinero a Europa, y advierte en el Parlamento en Berl¨ªn que "una r¨¢pida respuesta de solidaridad no es lo adecuado". La canciller pide cambios radicales en el Tratado para "expulsar" de la zona euro a los que incumplen gravemente las normas sobre d¨¦ficit. Al mismo tiempo, despu¨¦s de haberse opuesto a la intervenci¨®n del FMI, deja la puerta abierta para que Atenas pueda acudir al Fondo. El giro irrita al BCE, que teme una injerencia en su "sacrosanta independencia". Su presidente Jean-Claude Trichet, varios consejeros del Eurobanco y otros l¨ªderes europeos no cesan de lanzar advertencias de los riesgos de dejar en manos ajenas la soluci¨®n de los problemas.

- Viernes 19. Presiones. El presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso, percibe que la Uni¨®n Europea camina hacia el abismo si no hay pacto. Urge a la creaci¨®n de un instrumento financiero para ayudar a Grecia, y asegura que no quiere "especular" si es "con la participaci¨®n o no del FMI", una posibilidad que se va abriendo paso.

- Lunes 22. M¨¢s reuniones. Ante la ausencia de avances, Van Rompuy plantea en la cena del Consejo de Asuntos Generales la conveniencia de convocar una reuni¨®n de los l¨ªderes de los 16 pa¨ªses que pertenecen al euro para desatascar el acuerdo.

- Martes 23. ZP-Sarkozy. Las negociaciones est¨¢n rotas. Alemania sigue cerrada en banda. El presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Sarkozy ponen en pr¨¢ctica la sugerencia de Van Rompuy y convocan a los l¨ªderes del Eurogrupo para que se re¨²nan horas antes del Consejo Europeo.

- Mi¨¦rcoles 24. Primer boceto. Van Rompuy activa una estrategia que le ha funcionado en B¨¦lgica. "Se trata de enviar un boceto del acuerdo para que cada pa¨ªs introduzca sus enmiendas", explica uno de sus colaboradores m¨¢s pr¨®ximos. Por la ma?ana, el presidente del Consejo habla por tel¨¦fono con Merkel y comprueba que "el margen de la canciller es muy peque?o". A mediod¨ªa toma un avi¨®n y almuerza con Sarkozy en el El¨ªseo, donde le entrega la propuesta.

- Jueves 25. ZP-Merkel. Zapatero, presidente rotatorio de la UE, se re¨²ne con Van Rompuy para analizar las posibilidades de convocatoria del Eurogrupo, hasta entonces escasas. Antes de partir para Bruselas para asistir al Consejo, Merkel expone en el Bundestag sus tres condiciones para ayudar a Grecia en el Parlamento alem¨¢n: el FMI debe participar en el rescate; Grecia debe agotar todas sus posibilidades de financiarse en los mercados, y la zona euro debe comprometerse a fijar duras sanciones a los que incumplan la disciplina presupuestaria. Sus exigencias ser¨¢n incluidas casi literalmente en el documento del acuerdo final. Durante la ma?ana, Zapatero llama a Merkel y la canciller le da a entender su disposici¨®n para el pacto.

- Jueves 25, tarde. Francia-Alemania. Hacia las 15 horas, encuentro decisivo: Sarkozy-Merkel. La soluci¨®n de compromiso es que Alemania cede y se aviene a dar luz verde al mecanismo de ayuda a Grecia a cambio de asegurase un fortalecimiento de las normas fiscales de la zona euro. Sarkozy cede porque antepone "el mantenimiento del eje franco alem¨¢n". De la reuni¨®n de ambos l¨ªderes sale un papel que recoge una parte sustancial del documento original de Van Rompuy. Una hora despu¨¦s se re¨²nen Van Rompuy, Merkel, Sarkozy y Trichet. En esta reuni¨®n es el presidente del BCE quien examina el documento y se muestra "satisfecho" con las condiciones, que incluyen fortalecer el gobierno econ¨®mico de la eurozona. El primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, exige una modificaci¨®n: reclama sustituir "gobierno econ¨®mico" por "gobernanza econ¨®mica", un matiz con el que logra incluir a toda la UE (a los Veintisiete) y no s¨®lo a la zona euro para que Londres no se sienta excluida de Europa. Hacia las siete de tarde se re¨²ne por fin el Eurogrupo, que acepta el documento sin cambios, aunque Holanda e Irlanda expresan sus reticencias con la idea del Gobierno econ¨®mico, por distintos motivos.

- Viernes 26. M¨¢s sanciones. Despu¨¦s del acuerdo, Merkel insiste en que deber¨¢ cumplirse la parte del acuerdo en la que se establece que "deber¨¢ fortalecerse la vigilancia de los riesgos econ¨®micos y presupuestarios y los instrumentos de prevenci¨®n incluido el procedimiento de d¨¦ficit excesivo". La canciller cree que para el logro de este objetivo "no ser¨¢ posible evitar cambiar el Tratado". Francia est¨¢ de acuerdo en elaborar un documento para final de a?o, que incluir¨¢, probablemente, mayores sanciones para los incumplidores de la r¨ªgida disciplina fiscal del euro. La UE inicia la soluci¨®n de una crisis pero abre la puerta a una nueva batalla: la ¨²ltima reforma del tratado ha costado ocho a?os de paralizaci¨®n institucional.