Arenas y Matas
Javier Arenas pretende de nuevo darnos gato por liebre. Como si fuera un vulgar trilero de la pol¨ªtica, intenta cambiar de sitio la "s" de Matas para que leamos Matsa.
No es la primera vez. Cada vez que su partido se ve envuelto en un caso de corrupci¨®n, Arenas remueve el cubo de la basura en busca de algo que ensucie la imagen de los socialistas.
El mismo d¨ªa en que el juez Jos¨¦ Castro ultimaba los 147 folios de un demoledor auto de prisi¨®n (eludible con una fianza de tres millones) contra el ex presidente del gobierno balear Jaume Matas, Arenas desempolvaba de nuevo el llamado caso Matsa. S¨®lo hac¨ªa seis semanas que el Tribunal Supremo hab¨ªa ordenado el archivo de la querella interpuesta por el PP contra Manuel Chaves por la concesi¨®n de una subvenci¨®n a la empresa en la que trabaja su hija. El alto tribunal no encontr¨® ning¨²n elemento delictivo. Ahora, Arenas pretende, por la v¨ªa contenciosa-administrativa, que otro tribunal apoye su acusaci¨®n.
El uso (y abuso) de los tribunales de justicia no es nuevo en el PP. Hasta ahora, sin resultado. Porque, en el fondo, lo ¨²nico que persigue es un titular en la prensa af¨ªn para tapar sus propias verg¨¹enzas.
Pero vano intento contraponer el caso Matsa, disuelto como azucarillo en cuanto roz¨® las puertas del Supremo, a la trama dirigida por Francisco Correa y que ha provocado la imputaci¨®n de casi un centenar de altos cargos y dirigentes del PP.
Si aquella maniobra no pudo ocultar la s¨®rdida trama G¨¹rtel, tampoco ahora podr¨¢ tapar el bochornoso caso protagonizado por Matas. Porque, frente al no caso Matsa, nos encontramos con una catarata de 12 delitos imputados al ex presidente balear. Presuntos delitos algunos, porque otros ya han sido asumidos por el acusado, como el de fraude fiscal. El viejo amigo de Arenas, al que ayer mismo defend¨ªa al afirmar que le parece bien que el PP le pagara 5.000 euros al mes cuando ya no era dirigente del partido, deber¨¢ responder por delitos de falsedad, prevaricaci¨®n, fraude, malversaci¨®n, blanqueo y, atenci¨®n, delito electoral. M¨¢s de 20 a?os de prisi¨®n.
Arenas, consciente de que entre G¨¹rtel y Matas pueden hundir al PP y hacer fracasar su cuarto intento de alcanzar la presidencia de la Junta, sigue removiendo el cubo de la basura. Adem¨¢s de resucitar Matsa, lanza insidias sobre el caso Poniente, por el que est¨¢ detenido Juan Enciso, quien fuera durante 15 a?os alcalde de El Ejido bajo la bandera del PP.
Los dirigentes populares agitan el sumario de este caso porque en ¨¦l aparecen los nombres de algunos dirigentes del PSOE. Ninguno ha sido llamado por el juez. Ninguno est¨¢ imputado. Ninguno es sospechoso. Por ahora, claro. Pero eso no importa. No le importa a Arenas. Y parece mentira.
Parece mentira que tenga tan mala memoria. Porque Arenas defend¨ªa hace un a?o que estar citado en un sumario no significaba ser un presunto delincuente. Lo dec¨ªa cuando conoc¨ªamos que el sumario del G¨¹rtel recog¨ªa su nombre como receptor de cartas de ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, el hombre de Correa en la comunidad valenciana, en las que reclamaba al entonces secretario general del PP, el mism¨ªsimo Arenas, el pago de facturas en dinero negro. El dirigente popular amenaz¨® con querellarse contra quien relacionara su nombre con los chorizos de la G¨¹rtel.
Llevaba raz¨®n. Por ahora, no hay nada que lo incrimine. Lo mismo que no hay nada que incrimine a Chaves ni a los socialistas citados en el caso Poniente. Eso deber¨ªan reconocer Arenas y sus muchachos. Aunque eso es mucho pedir a un l¨ªder y a un partido que se han especializado en ver la paja en el ojo socialista y no ver la enorme viga en el ojo propio.
Quiz¨¢ por esa viga, Arenas lea Matsa donde dice Matas. Su viejo colega del Consejo de Ministros.
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