No hay un pueblo como el m¨ªo
Dos n¨¢ufragos de Forges se arrastran por un desierto africano. Como un oasis, surge una se?al que dice "A Poyales del Hoyo", y uno de los errabundos personajes le espeta al otro: "?T¨² y tus atajos!". La vi?eta es una de la cincuentena en las que el humorista se ha inspirado en este pueblo de ?vila en el que nunca ha estado. "Es un nombre gracioso", explica Forges, "hay palabras que simplemente dan risa, como ornitorrinco o cucufato...".
Tambi¨¦n hay top¨®nimos que hacen gracia. Ah¨ª est¨¢n Zas, Pancrudo, Dios le Guarde, Apatamonasterio, Ba?os y Mendigo o Espolla, pueblos de A Coru?a, Teruel, Salamanca, Vizcaya, Murcia y Girona, respectivamente.
Las carreteras de Espa?a est¨¢n llenas de indicaciones curiosas que divierten a los viajeros y que los vecinos -muchas veces con gentilicios a¨²n m¨¢s graciosos, como los bollulleros de Bollullos Par del Condado- tienden a tomarse con humor. "S¨¦ que a los de Poyales del Hoyo no les sienta mal que les saque en los chistes, cada vez que lo hago me llegan cartas de agradecimiento", dice Forges. No le falta raz¨®n. Federico Mart¨ªn, sabio local, incluso se hizo una camiseta con una de sus vi?etas. Experto en la historia de su pueblo, niega que el nombre venga de los abundantes poyos de piedra que hay en las puertas de las casas para sentarse a charlar, coser o machacar el lino cultivado tradicionalmente en el Valle del Ti¨¦tar. "Viene del arroyo Poyal", explica el hoyanco (con la h aspirada, por su proximidad a Extremadura). "R¨ªo arriba estaba Joyo, una antigua poblaci¨®n vettona, pero con las epidemias los vecinos fueron bajando a los bancales y de ah¨ª Poyales del Hoyo".
Citada por Camilo Jos¨¦ Cela (como "la andorri?a avilesa") y por P¨ªo Baroja, esta poblaci¨®n de 631 habitantes est¨¢ atrapada entre dos pueblos de renombre, Candeleda y Arenas de San Pedro. "Dos monstruos a los que todav¨ªa pagamos impuestos, como en tiempos feudales", se queja Mart¨ªn, que asegura que la rivalidad entre las otras dos localidades "ha pillado en medio" a su "hermoso pueblecito".
Poyales tiene sus propios m¨¦ritos: un entorno delicioso, charcas cristalinas y el Museo de las abejas del valle (920 39 02 13). "Explicamos la sociobiolog¨ªa de las abejas, que en muchos aspectos son superiores a los humanos", cuenta Ino Garc¨ªa. Junto a Gerardo P¨¦rez, ambos maestros, se vinieron al campo a finales de los setenta y les fascin¨® la apicultura. Tanto les preguntaban los clientes por c¨®mo hac¨ªan la miel que decidieron, hace 14 a?os, crear un aula con colmenas vivas de observaci¨®n donde explican, z¨¢ngano en mano, c¨®mo las abejas escogen a voluntad el sexo de su descendencia, se comunican entre s¨ª o controlan su poblaci¨®n sin tapujos. "Hay que entenderlas como un ser colectivo, ¨¢tomos de una comunidad", dice Ino. Ser individuo abeja es una pu?eta, explica: las obreras mueren agotadas a los cuarenta d¨ªas de nacer, los z¨¢nganos son exterminados en cuanto no hacen falta, y la reina, que vive unos cinco a?os, los pasa sin ver el mundo exterior.
Guarrom¨¢n est¨¢ limpio
Como ven, detr¨¢s de cada nombre raro, hay una historia y unas gentes que reivindican sus pueblos m¨¢s all¨¢ del chiste. Quiz¨¢s el top¨®nimo raro m¨¢s conocido, por su ubicaci¨®n a medio camino entre Madrid y Sevilla, sea Guarrom¨¢n. "Por culpa del ingl¨¦s, la gente, al leer Guarrom¨¢n, ve el 'guarro' junto al 'man', y nos ciega las entendederas para ver el 'gua' junto al 'rom¨¢n", explica Jos¨¦ Mar¨ªa Su¨¢rez Gallego, cronista oficial del pueblo. "Es una pena, tres d¨¦cadas de teleseries americanas y los 40 Principales han hecho olvidar ocho siglos de cultura ¨¢rabe". Resumiendo: Guarrom¨¢n viene de la Venta de Guadarrom¨¢n, que procede del vocablo hispano¨¢rabe W¨¢d ar-Romm¨¢n, que a su vez sale del ¨¢rabe Wadi-r-Rumman, que significa 'r¨ªo de los granados'. Nada que ver con un sucio superh¨¦roe.
Cuando Su¨¢rez lleg¨® a este pueblo jienense en los ochenta "hab¨ªa cierto repel¨²s a decir que se era de pueblo y m¨¢s de Guarrom¨¢n", as¨ª que se decidi¨® a devolverle la autoestima. Entre sus esfuerzos por "llenar de contenido" esta Nueva Poblaci¨®n, fundada en tiempos de Carlos III por colonos alemanes, hay un club gastron¨®mico (La muy ilustre y noble orden de los caballeros de la cuchara de palo), una asociaci¨®n (la Internacional de Pueblos con Nombres Feos, Raros y Peculiares), y un blog (http://cronistadeguarroman.bitacoras.com) repleto de informaci¨®n y an¨¦cdotas sobre la localidad. Entre ellas, que el Ministerio de Obras P¨²blicas le otorg¨® en 1982 a Guarrom¨¢n el premio al pueblo m¨¢s limpio de Espa?a.
Guarrom¨¢n tiene una pugna hist¨®rica con el pueblo de al lado, que para m¨¢s choteo se llama Ba?os. Ba?uzcos y guarromanenses se pelearon desde el XVIII, pero no por la limpieza. Ambos pueblos compart¨ªan romer¨ªa en la ermita de la Virgen de la Encina en Ba?os. "Cuando la sacaban para dar la vuelta a la iglesia, hab¨ªa un punto que al girarla daba la espalda al pueblo vecino y alguien gritaba siempre: '?Qu¨¦ mire pa Guarrom¨¢n!', momento en que se montaba una enorme gresca", explica el cronista, y a?ade que no era raro que surgiese alguna navaja. Por tradici¨®n, el grito sigue d¨¢ndose, pero de buen rollo, tanto que lo lanza una portadora de Ba?os.
Paz en Peleas
En esto de las pugnas hist¨®ricas entre vecinos, cabr¨ªa esperar que las m¨¢s fieras fuesen entre los de Peleas de Arriba y los de Peleas de Abajo. "Para nada, somos gente muy pac¨ªfica", desmiente Francisco Garc¨ªa, concejal del zamorano Peleas de Arriba. Su mayor preocupaci¨®n es que el pueblo, de 240 vecinos, se est¨¢ vaciando de j¨®venes, y su pena, que no qued¨¦ nada, "ni los cimientos", del monasterio de Santa Mar¨ªa de Bellofonte, llamado luego de Valpara¨ªso, donde naci¨® Fernando III el Santo en 1201. Presionado, el concejal acaba contando una an¨¦cdota pendenciera: que un d¨ªa, hace siglos, un fraile colg¨® de la tapia del convento una capa. Aunque la estaba vigilando, la parte que no ve¨ªa, al otro lado del muro, fue sisada por los del pueblo y de ah¨ª el refr¨¢n: "Los veas o no los veas, no te f¨ªes de los de Peleas".
Mejor se deber¨ªan llevar los vecinos de Parderrubias con los de Mir¨®n, ambos en Pontevedra, aunque las rubias eran, en origen, dos piedras. En Parderrubias, por cierto, naci¨® el padre de Martin Sheen, Francisco Est¨¦vez, que sali¨® de esta aldea de Salceda de las Calesas hacia Cuba en 1916. Seg¨²n cont¨® la hermana del actor al peri¨®dico El Faro de Vigo, ¨¦ste llor¨® de emoci¨®n cuando visit¨® el cementerio de Parderrubias, lleno de tumbas con el apellido Est¨¦vez. El a?o pasado, Sheen volvi¨® a la tierra de sus ancestros para rodar, dirigido por su hijo, Emilio Est¨¦vez, The Way, una pel¨ªcula sobre el Camino de Santiago.
Leyendas de Cari?o
Curioso, por bonito, es el top¨®nimo del concello de Cari?o, en A Coru?a. Cuenta la leyenda (y reproduce la web oficial del pueblo, www.concellocarino.org) que "la m¨¢s hermosa y rubia" de las hijas del se?or del primitivo castro muri¨® y fue enterrada en la vecina sierra de A Capelada. Cuando tiempo despu¨¦s Ith, el hijo del rey celta Breog¨¢n, pas¨® por all¨ª en barco camino de Irlanda y reclut¨® al Se?or do Castro y a sus hijos, ¨¦stos miraron hacia la sierra antes de zarpar y se despidieron con un "?Adi¨®s, cari?o!" de la chica muerta. M¨¢s rocambolesca a¨²n es la historia que asegura que por estas tierras viv¨ªa s¨®lo un matrimonio con diez hijas solteras. Un d¨ªa encontraron a 13 n¨¢ufragos, y entre cuidado y cuidado, se enamoraron los unos de las otras. Pero sobraban tres hombres, as¨ª que los maltrechos marineros echaron a suertes qui¨¦n se volv¨ªa a su pueblo de origen. Los tres perdedores, al ser preguntados que de d¨®nde ven¨ªan, contestar¨ªan: "De la villa de los amores, donde todo es cari?o". Pobres.
Los cari?eses presumen todav¨ªa de que sus mujeres son las m¨¢s bellas de la zona, y tambi¨¦n de una legendaria "retranca" que sorprende al forastero con su iron¨ªa. La villa marinera lleva a?os reinvent¨¢ndose como destino tur¨ªstico. Sus paisajes lo merecen, entre ellos el cabo Ortegal (a tres kil¨®metros de la villa), donde choca el mar Cant¨¢brico con el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Sobre las puntiagudas rocas de sus acantilados (que ya describi¨® Ptolomeo en el siglo II y que son los m¨¢s altos y, geol¨®gicamente, los m¨¢s antiguos de Europa) vuelan cada a?o miles de aves migratorias. Para contemplar el viaje de alcatraces, pardelas, pa¨ª?os, charranes o p¨¢galos, a finales de verano zarpa el barco municipal Aula do Mar (626 48 33 50), un antiguo pesquero cari?¨¦s reformado para realizar excursiones ornitol¨®gicas.
Peor suerte que Cari?o tuvo al ser bautizado Cenicero, que suena poco apetecible pero es una bonita localidad de La Rioja, entre vi?edos, donde tienen su sede bodegas como Marqu¨¦s de C¨¢ceres. A principios del siglo XX, el ilustre periodista Mariano de Cavia se sorprendi¨® por su belleza y dijo aquello de "Al pasar por Cenicero, hay que quitarse el sombrero". Existen dos versiones sobre la etimolog¨ªa: la popular se refiere a las cenizas de las hogueras de los pastores que por all¨ª paraban y la culta traduce Cinisaria por cenizales, refiri¨¦ndose a los lugares en que se elaboraba el carb¨®n.
En esto del origen de los top¨®nimos hay mucha leyenda y poco dato. Una de las pocas fuentes documentales sobre el tema son las Relaciones topogr¨¢ficas de los pueblos de Espa?a, hechas de orden del se?or Felipe II. La ingente obra estad¨ªstica (los siete tomos originales se guardan en El Escorial) incluye unas encuestas realizadas por los emisarios reales a los hombres viejos o sabios de los distintos pueblos del reino. Entre las preguntas hab¨ªa un "D¨ªgase por qu¨¦ el pueblo se llama as¨ª y desde cu¨¢ndo". El 31 de mayo de 1580, los encuestadores llegaron a Villanueva del Pardillo (Madrid), pero no obtuvieron una respuesta concluyente: "La causa por la que se nombr¨® as¨ª no se sabe", dice el texto, "m¨¢s de que se ha o¨ªdo decir que se nombra ans¨ª porque el primero que empez¨® a fundar la primera piedra en el dicho lugar se llam¨® Fulano del Pardo y no hay noticia de que se haya llamado de otra manera". Pues eso, que se llama as¨ª y listo.
Para complicar las cosas siempre hay varias versiones etimol¨®gicas. En el caso del Pardillo, que provenga de pardal (seg¨²n el diccionario: "se dice de la gente de las aldeas, por andar regularmente vestidas de pardo"), o del lat¨ªn paries, que en castellano deriva en pared o en pardina ("monte bajo de pasto donde suele haber corrales para el ganado lanar").
Ni melones, ni porreros
As¨ª las cosas, no es raro que algunos nombres lleven a enga?o. Sandi¨¢s no viene de la fruta, sino del germ¨¢nico S¨¢nd-ila, que significa verdadero, y en el tambi¨¦n ourensano Mel¨®n no cultivan melones, que s¨ª crecen, sin embargo, en el madrile?o Villaconejos. En Bernuy de Porreros (Segovia), hab¨ªa muchos puerros pero poca marihuana, que tampoco abundaba en Descargamar¨ªa (C¨¢ceres), cuyo enigm¨¢tico nombre parece proceder de un puerto escarpado dif¨ªcil para las bestias de carga.
La confusi¨®n ha llevado a decir que Villalibre de la Jurisdicci¨®n es el pueblo de las tres mentiras porque ni es villa, ni es libre, ni tiene jurisdicci¨®n. Para el lego en toponimia romana, el nombre suena a pueblo sin ley: "Para nada, por Dios", r¨ªe Jos¨¦ Manuel Blanco, alcalde de Priaranza del Bierzo (Le¨®n), municipio del que depende. Seg¨²n el alcalde, que adem¨¢s es villalibrense, aunque los siglos de presencia humana han dejado alguna huella -como la ermita, una casa con escudo y curiosos caleros, patrimonio industrial de la zona-, lo mejor de su pueblo es la naturaleza que lo rodea, el monte berciano donde se escondieron los maquis.
Cada pueblo, una historia. La pr¨®xima vez que pasen por Castrillo de los Polvazares, det¨¦nganse: es uno de los pueblos leoneses mejor conservados. Lo mismo en el rimbombante Montejo de la Vega de la Serrezuela, donde se esconde una magn¨ªfica reserva de buitres alentada por F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente.
La se?al puede ser muy corta, como la de Ea, precioso pueblo pesquero de Vizcaya, o una de las m¨¢s largas de Espa?a, como la del leon¨¦s Colinas del Campo de Mart¨ªn Moro Toledano, que es todo ¨¦l conjunto hist¨®rico art¨ªstico. Pero un nombre raro es siempre la excusa perfecta para pararse a descubrir un pueblo. Y as¨ª, en Wamba (Valladolid), el viajero conocer¨¢ la rocambolesca historia de este campesino tornado a la fuerza en rey visigodo, que nunca imaginar¨ªa que siglos despu¨¦s de su muerte su nombre resonase al estribillo de Tutti Frutti. ?Vamos a Wamba? ?A Wamba buluba balam bamb¨²!
De Porquerizas a Miraflores
Hasta 1943 hubo un pueblo de Granada que se llamaba Asquerosa. En ¨¦l pas¨® parte de su infancia y adolescencia Federico Garc¨ªa Lorca, que remit¨ªa sus cartas desde el "Apeadero de San Pascual, Pinos Puente" y contaba a sus amigos que estaba en la eufem¨ªstica "Vega de Zujaira". No era el ¨²nico al que no le deb¨ªa de hacer gracia el nombre, ya que el pueblo en pleno lo repudi¨® en 1943, cambi¨¢ndoselo por Valderrubio, de valle del tabaco rubio, porque era lo que all¨ª se cultivaba y quedar¨ªa mejor en los paquetes. All¨ª sigue la casa (ahora casa museo) del joven Lorca.
Asquerosa no es el ¨²nico pueblo que ha ejercido, en sesi¨®n extraordinaria de su Ayuntamiento, su derecho a tener un nombre m¨¢s bonito. En 1909, Pocilgas, en Salamanca, opt¨® por el m¨¢s bondadoso Buenavista, que celebraba la panor¨¢mica de la sierra de Gredos que tiene el pueblo. En la misma provincia, Arroyomuerto pas¨® a ser, en los a?os ochenta, San Miguel de Robledo. En 1957, Sacaojos, en Le¨®n, se renombr¨® como el menos agresivo Santiago de la Valduerna. El municipio leon¨¦s de Alija de los Melones cambi¨® por Alija del Infantado, m¨¢s hidalgo. Y Chozas, en Madrid, vot¨® en 1959 para cambiarse el nombre por Soto del Real, d¨®nde va a parar.
Entre los municipios rebautizados abundan aquellos cuyos top¨®nimos originales ten¨ªan que ver, de una u otra manera, con los cerdos. No parecen animales muy populares. En 1916, Barba del Puerco (Salamanca) se convirti¨® en Puerto Seguro, nombre que hace honor al diputado en Cortes por Vitigudino el marqu¨¦s de Puerto Seguro, que ayud¨® a realizar las gestiones para el cambio de top¨®nimo. En los a?os cincuenta, Villar del Puerco (Salamanca) se convirti¨® en Villar de Arga?¨¢n. Quiz¨¢ el caso m¨¢s conocido fue el de Miraflores de la Sierra, pueblo madrile?o que hasta el siglo XVII se llamaba Porquerizas. Cuenta la leyenda que fue Isabel de Borb¨®n, esposa de Felipe IV, quien, de camino hacia el monasterio del Paular, se detuvo a descansar en un punto desde el que se contemplaba el pueblo. La joven reina exclam¨® "?Mira, flores!", y su suspiro se convirti¨®, supuestamente, en top¨®nimo.
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