Sin subvenciones garantizadas

Los propietarios de montes no son los ¨²nicos que observan incr¨¦dulos lo que deparar¨¢ el nuevo concurso e¨®lico. Las empresas son conscientes de que los m¨¢rgenes de rentabilidad de los parques han sufrido un "shock regulatorio" con la creaci¨®n del registro de preasignaci¨®n por parte del Ministerio de Industria y hacen n¨²meros con la nueva orden de la Conseller¨ªa de Industria en la mano, a sabiendas de que nada ser¨¢ igual en el negocio del viento. La creaci¨®n de ese registro es un m¨¦todo para filtrar las peticiones de subvenci¨®n, frenar la especulaci¨®n y, de paso, hacer pivotar de alg¨²n modo sobre el Gobierno central las competencias para adjudicar megavatios en lo que se entiende como r¨¦gimen especial (energ¨ªas renovables que reciben ayudas a trav¨¦s de la retribuci¨®n que se paga al productor).

Ante este escenario, tambi¨¦n se entiende que en la presentaci¨®n del nuevo concurso, el conselleiro de Econom¨ªa, Javier Guerra, se midiera mucho a la hora de valorar lo que se pagar¨¢ a los futuros adjudicatarios de los 2.325 megavatios en liza. "La creaci¨®n del registro es de mayo del a?o pasado", dijo, "y yo fui conselleiro en abril; por tanto, no es una responsabilidad de nuestro Gobierno". "En cualquier caso, ese registro de preasignaciones tambi¨¦n afectar¨ªa al reparto e¨®lico del anterior Gobierno", se limit¨® a asegurar Guerra.

El atractivo del negocio del viento no es el mismo desde que el Ministerio de Industria decidi¨® activar el registro con el objetivo de racionalizar el acceso a las primas. El modelo fija un calendario y cuotas por comunidad aut¨®noma para poder recibir subvenciones a la producci¨®n en r¨¦gimen especial, por debajo de 50 megavatios por instalaci¨®n. Todos los parques adjudicados por el bipartido estaban por debajo de ese umbral.