?Todos corruptos?
La existencia de escandalosos casos de corrupci¨®n, como el caso G¨¹rtel o el Palma Arena, son buenos argumentos para que la derecha recalcitrante y la izquierda aguada denigren a la clase pol¨ªtica apenas sin excepci¨®n.
Se trata de una maniobra peligrosa. El desprestigio de los partidos pol¨ªticos conduce a una sociedad despolitizada, caldo de cultivo en el que crece la extrema derecha, como se ha visto en las recientes elecciones italianas y francesas.
?Por qu¨¦ arrecia ahora esta ofensiva de denigraci¨®n de la clase pol¨ªtica en general?
Porque a la derecha le conviene, ante el negro panorama que reflejan los 50.000 folios del sumario G¨¹rtel, o el escandaloso enriquecimiento del ex presidente balear Jaume Matas. Dos casos que golpean fuerte al PP, el partido que, seg¨²n sus dirigentes, era incompatible con la corrupci¨®n.
Nada mejor, pues, que extender la sospecha de que la mayor¨ªa de los pol¨ªticos son corruptos. Pero vayamos a los datos: el fiscal general C¨¢ndido Conde Pumpido afirmaba en noviembre del pasado a?o en el Congreso que hab¨ªa en ese momento abiertas 730 causas judiciales por corrupci¨®n, entre un colectivo de 66.000 concejales. Es decir, alrededor de un 1% de los ediles eran considerados sospechosos por la fiscal¨ªa. Un porcentaje similar o inferior al de cualquier otro grupo profesional. En cinco a?os (2004-2009), la polic¨ªa judicial ha detenido a 943 personas acusadas por esos delitos, entre pol¨ªticos, funcionarios y empresarios.
La corrupci¨®n es sin duda un c¨¢ncer, pero la clase pol¨ªtica en su conjunto no est¨¢ afectada de met¨¢stasis.
?C¨®mo atajarla? El pasado 1 de noviembre, este peri¨®dico informaba de que socialistas y populares estudiaban pactar cambios en el C¨®digo Penal, la Ley de Financiaci¨®n de los Partidos, la del Tribunal de Cuentas y la nueva Ley de Gobierno Local, para atajar el c¨¢ncer de la corrupci¨®n.
Es bueno que los dos principales partidos acuerden nuevas medidas contra los corruptos. Pero ojo hasta d¨®nde llega ese pacto. Porque una de las propuestas a estudio es la de sustituir a los pol¨ªticos por t¨¦cnicos en las ¨¢reas m¨¢s sensibles de los ayuntamientos, por ejemplo, el urbanismo. ?Como si los t¨¦cnicos estuvieran inmunizados contra el soborno!
En este clima, el presidente del PP de Andaluc¨ªa, Javier Arenas, mientras defiende a presuntos corruptos como su amigo y ex tesorero del PP Luis B¨¢rcenas, lanza otro pacto para disolver los ayuntamientos atacados por el virus de la corrupci¨®n. Loable iniciativa si no fuera porque se?ala s¨®lo los casos en los que tiene posibilidades de reconquistar la alcald¨ªa, El Ejido o Estepona, pero se olvida de los sitios donde gobierna su partido, como Alhaur¨ªn el Grande. Al alcalde popular de este pueblo malague?o, Juan Martin Ser¨®n, le pide el fiscal cuatro a?os y medio de prisi¨®n y siete a su concejal de Urbanismo, Gregorio Guerra.
Y es que ning¨²n partido est¨¢ inmunizado contra la corrupci¨®n. Ni siquiera el PP: a finales del a?o pasado, este peri¨®dico informaba de que, en los ¨²ltimos cinco a?os, 90 cargos p¨²blicos del PP hab¨ªan sido imputados frente a 33 del PSOE.
Hay corruptos en todos los partidos. S¨®lo que ahora el c¨¢ncer se extiende en el coraz¨®n del PP, como en su d¨ªa devor¨® al PSOE. Aunque el volumen del fraude en Filesa (6 millones) es 20 veces menor que el de G¨¹rtel (m¨¢s de 120 millones).
A pesar de que entre la trama G¨¹rtel y las 11 causas judiciales abiertas en Baleares hay implicados casi dos centenares de cargos vinculados al PP, no debemos concluir que todos son corruptos. O sostener tabernariamente que todos los pol¨ªticos son iguales.
Hay muchos, s¨ª, pero no tantos como para despotricar del sistema democr¨¢tico y pedir que nos administren los t¨¦cnicos. Un peligros¨ªsimo viaje al pasado que podr¨ªa terminar en aquello del partido ¨²nico.
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