Las plantas n¨®madas de Esparza convierten agua contaminada en energ¨ªa
El artista mexicano ha conseguido en Espa?a el sistema energ¨¦tico con celdas de combusti¨®n microbianas, donde unas bacterias transforman el l¨ªquido en la fuerza que necesita el robot para desplazarse y actuar
El fascinante artefacto se exhibe inm¨®vil, como si fuera una escultura, en una peana luminosa del gijon¨¦s Laboral Centro de Arte. De lejos las plantas que sobresalen de su estructura le hacen parecen una curiosa maceta, pero las doce patitas que le rodean le dan un aspecto m¨¢s de bicho que de vegetal. De hecho, no es ni lo uno ni lo otro. Se trata de un esp¨¦cimen del proyecto Plantas N¨®madas del mexicano Gilberto Esparza, un robot biotecnol¨®gico, con un ecosistema formado por plantas y microorganismos, que viven simbi¨®ticamente en el cuerpo de una m¨¢quina.
"El h¨¢bitat natural de este organismo se encuentra cerca de los r¨ªos contaminados, ya que las aguas residuales le proporcionan los nutrientes, que una vez procesados se convertir¨¢n en energ¨ªa permiti¨¦ndole cumplir sus ciclos vitales", explica Esparza.
El artista, que ha colaborado con cient¨ªficos de diversos campos, ha conseguido en Espa?a, gracias al profesor Carlos God¨ªnez, el sistema energ¨¦tico con celdas de combusti¨®n microbianas, donde unas bacterias transforman el agua contaminada en energ¨ªa, para que el robot pueda desplazarse y realizar sus actividades.
Sensores ultras¨®nicos
Para moverse en terrenos abruptos, utiliza unos sensores ultras¨®nicos, cuyo funcionamiento se inspira en el sistema de orientaci¨®n de los murci¨¦lagos. "B¨¢sicamente los sensores env¨ªan sonidos que regresan como vol¨²menes, permitiendo al robot identificar los obst¨¢culos, que son almacenados como memoria espacial en su cerebro dotado de inteligencia artificial", a?ade el artista.
Gracias a una membrana de intercambio proteico, el hidr¨®geno que se genera durante el proceso entra en contacto con el ox¨ªgeno, volviendo a convertirse en agua, esta vez limpia.
"La contaminaci¨®n es uno de los grandes problemas de la sociedad contempor¨¢nea. Muchos pueblos mexicanos, como El Salto, en el estado de Jalisco, donde se prob¨® el funcionamiento del robot, viv¨ªan del r¨ªo que ahora con su poluci¨®n los est¨¢ matando. Las planta n¨®madas provienen precisamente de los procesos alienantes que est¨¢ sufriendo el planeta y nacen de una reflexi¨®n acerca de los entornos modificados por la actividad humana y sus consecuencias sociales y ambientales", indica Esparza.
El artista ha programado los ciclos de vida de sus robots para que sean capaces de generar comportamientos aut¨®nomos, al tiempo que restauran los da?os causados por el hombre en la naturaleza.
"Las Plantas N¨®madas tienen tambi¨¦n una vertiente creativa, ya que son capaces de utilizar la energ¨ªa sobrante para generar arte sonoro", apunta Karla Jasso, del Laboratorio Arte Alameda de M¨¦xico, que acoger¨¢ la muestra en invierno. En septiembre, se presentar¨¢ en el Centro Parraga de Murcia, donde es posible que se pueda ver el robot en acci¨®n.
Par¨¢sitos urbanos
Hasta el 7 de junio, habr¨¢ que conformarse con el planteamiento expositivo de Laboral, que completa la exhibici¨®n del robot con fotos, el documental del proceso de fabricaci¨®n y el v¨ªdeo durante las pruebas de funcionamiento en el r¨ªo Santiago de M¨¦xico.
No es la primera vez que Esparza se inspira en los desperdicios humanos para sus obras. Su proyecto anterior Par¨¢sitos urbanos se compone de siete especie rob¨®ticas construidas con desechos tecnol¨®gicos diversos. Se trata de peque?os robots par¨¢sitos, que viven en la ciudad e intervienen el paisaje cotidiano no s¨®lo con su presencia, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de emisiones sonoras.
El clgd (colgado), por ejemplo, es una especie de gusano construido con sobras de tubo de PVC, articuladas entre s¨ª, que vive colgado de los cables del tel¨¦fono, de cuya energ¨ªa se alimenta. En el caso de los ppndr-s (pepenadores) son peque?os robots carro?eros, que habitan en los mont¨ªculos de desechos que se acumulan en las ciudades y son capaces de realizar tareas como remover y esparcir la basura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.