Este tipo normal y bajito
Michael Robinson, un fil¨®sofo del f¨²tbol, dec¨ªa ayer que antes, cuando ¨¦l jugaba, los futbolistas eran atletas a los que les pusieron botas de f¨²tbol. Luego lleg¨® Cruyff y cambi¨® el sentido de esa relaci¨®n con el bal¨®n y ya no era preciso ser un forzudo para ser futbolista. Por esa v¨ªa han entrado algunos genios al f¨²tbol y el ¨²ltimo, el m¨¢s extraordinario, se llama Lionel Messi; era un muchacho con problemas de crecimiento y el Bar?a decidi¨® apostar por ¨¦l. Le pag¨® un tratamiento para mejorar sus condiciones f¨ªsicas y lo incrust¨® en su escuela de jugadores. Era tan dif¨ªcil que prosperara Messi como futbolista de ¨¦lite que el club olvid¨® hacerle su ficha y estuvo a punto de ser traspapelado. Alg¨²n ¨¢ngel de la guarda que tiene el Bar?a resolvi¨® las burocracias y Messi pas¨® a ser un jugador al que los dem¨¢s miraban como se ve crecer un milagro. El espect¨¢culo que dio anteayer ante el Arsenal es la consecuencia de una historia y de un esfuerzo que Messi hizo casi en solitario.
Dec¨ªa Robinson que estos futbolistas que representa el genial argentino son, al contrario que aquellos atletas, tipos bajitos y normales cuya pasi¨®n por el f¨²tbol arrostra las carencias que se les supone. Messi no es un forzudo, pero es un forzado; mantiene ante el f¨²tbol el ansia de los chicos que juegan en los recreos y quieren quedarse con la pelota, para seguir jugando. Su motor de arranque es el entusiasmo, pero la chispa que da sentido a su esfuerzo es la competitividad. En el minuto 18 del partido ante el Arsenal, cuando el equipo ingl¨¦s bati¨® a Vald¨¦s, se encendi¨® en Messi esa clavija milagrosa que le ha hecho actuar otras veces desatando su genio a favor de sus colores.
Una actitud parecida tiene en el Real Madrid Cristiano Ronaldo, al que est¨¢n adjudicando una imagen injusta de personaje pagado de s¨ª mismo. Son futbolistas distintos; quiz¨¢ Cristiano es el atleta, y Messi el tipo normal y bajito. Que ambos est¨¦n en el f¨²tbol espa?ol es una oportunidad de ver, personificada en ambos, la historia de uno de los mejores espect¨¢culos del mundo, en el que, de momento, Messi se lleva la corona. Y ni la corona se le ha subido a la cabeza. Porque es un tipo normal que siempre ser¨¢ bajito.
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