Aullidos en blanco y negro
"Abunda la moda en el cine chino de autor de hacer pel¨ªculas de ¨¦poca, preferiblemente de emperadores y mandarines, reviviendo leyendas y plasmando grandes batallas, mezclando la magia y el realismo. No hay director chino con curr¨ªculo intimista y l¨ªrico, descubiertos y bendecidos por los festivales (si estos aspiran a la trascendencia parece obligatorio siempre que en su selecci¨®n figuren varios t¨ªtulos de cinematograf¨ªa tan ex¨®tica, al igual que tampoco puede faltar la cuota fija de cine iran¨ª), que no est¨¦ tentado de dejar su sello en superproducciones que ambientan el pasado hist¨®rico. Gran parte de la cr¨ªtica occidental, tan docta ella sobre los rituales y las mitolog¨ªas de Oriente, se siente frecuentemente deslumbrada por el arte que chorrean estas ambientaciones del pasado. Por mi parte, casi nunca me siento salpicado por esa magia, no entiendo la trama, no pillo el glorioso punto.
CIUDAD DE VIDA Y MUERTE
Direcci¨®n: Lu Chuan.
Int¨¦rpretes: Liu Ye, Fan Wei, Hideo Nakaizumi, Gao Yuanyuan, Yiyan Jiang, Liu Bin.
G¨¦nero: drama b¨¦lico. China, 2009.
Duraci¨®n: 132 minutos.
S¨ª lo encuentro en Ciudad de vida y muerte, que tambi¨¦n es cine chino buceando en el pasado, reconstruyendo no haza?as b¨¦licas sino barbarie pura y dura, la que despliegan ancestralmente los vencedores sobre los vencidos, la profanaci¨®n salvaje y eternamente impune de esa abstracci¨®n conocida como derechos humanos. Y sospecho que me conmueve porque el lenguaje para describir ese horror reune m¨¢s parecidos con el clasicismo estadounidense que con la narrativa del cine chino. Me explico. Podr¨ªa haberla rodado el Steven Spielberg de La lista de Schindler. Pero se llama Lu Chuan. Y es un director notable.
Como aquella o como Senderos de gloria, utiliza un primoroso blanco y negro y una apabu-llante fuerza visual para retratar el pausado exterminio de 300.000 personas en la conquistada ciudad de Nanking durante la guerra entre China y Jap¨®n. Se inicia con los ¨²ltimos y ag¨®nicos focos de la resistencia china, con ni?os ejerciendo de francotiradores. Hasta ese momento circula por los par¨¢metros del cine b¨¦lico. El resto es una historia de terror, de violaciones y degradaci¨®n, del destierro de la piedad cuando todo est¨¢ permitido, del instinto animal de supervivencia en medio del infierno, del grito inconsolable, de mantener desesperadamente la dignidad cuando s¨®lo puede esperarte lo peor, de la estupefacci¨®n ante el horror de un miembro de los verdugos que no ha perdido la inocencia ni el sentido de culpa. Es una pel¨ªcula densa poderosa y lacerante, con sensaci¨®n de verdad, una verdad que te hace temblar.
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