En defensa de una gobernanza territorial
Es posible identificar cuatro tipos de pol¨ªticas p¨²blicas con especial vinculaci¨®n a un territorio. Las primeras ser¨¢n aquellas pol¨ªticas susceptibles de ser territorializadas o con aplicaci¨®n inmediata sobre un espacio determinado (tales como la educaci¨®n, ciencia, tecnolog¨ªa); las segundas son las pol¨ªticas p¨²blicas construidas a partir de bases territoriales espec¨ªficas (como las orientadas a los espacios rurales o a los sistemas productivos locales). Las terceras ser¨ªan las pol¨ªticas p¨²blicas correspondientes a la construcci¨®n de planes territoriales espec¨ªficos (como las pol¨ªticas de planeamiento local o regional); y, finalmente, las pol¨ªticas p¨²blicas territoriales son aquellas que enfatizan el desarrollo end¨®geno, esto es, la capacidad de utilizaci¨®n m¨¢s eficiente y diferencial de nuestros recursos y activos.
Los ¨²ltimos sucesos de la pol¨ªtica gallega caminan en direcci¨®n opuesta al consenso organizativo
En el marco de la pol¨ªtica econ¨®mica resulta preciso articular la necesidad de territorializar las pol¨ªticas p¨²blicas de manera que nos permita intervenir a nivel local y regional y, al mismo tiempo, poder servir de catalizador de la gobenanza. Es decir, definir la estrategia general de desarrollo y establecer los mecanismos de cooperaci¨®n para poder concertar los proyectos comunes.
Estas pautas nos sirven para detectar varios niveles de reconocimiento en lo tocante a la aplicaci¨®n de las mencionadas pol¨ªticas p¨²blicas. O sea, proceder a conocer las preferencias de los actores y las distintas modalidades de cooperaci¨®n/coordinaci¨®n; y, en segundo lugar, subrayar las pautas de la negociaci¨®n y del consenso entre los distintos agentes. Con estos pilares podemos estar seguros de dar pasos adelante en los objetivos de cohesi¨®n territorial a partir de sacar partido de las potencialidades espec¨ªficas de cada territorio.
Para poder avanzar en la gobernanza territorial son necesarias tres condiciones: en primer lugar, garantizar la mayor participaci¨®n de los actores p¨²blicos y privados; en segundo lugar, garantizar la subsidiariedad, lo que significa la adopci¨®n de estrategias desde las realidades locales y m¨¢s pr¨®ximas al ciudadano; y, en tercer t¨¦rmino, procurar la integraci¨®n de pol¨ªticas sectoriales reforzando las sinergias entre todas ellas.
En suma, un territorio debe ser un factor de racionalidad en lo tocante a las pol¨ªticas p¨²blicas. Lo que significa que debe ser pertinente en cuanto a la proximidad y a las relaciones y contextos en los que se inserta. Por eso, hoy m¨¢s que nunca, debemos darle mayor importancia a la gobernanza territorial que, en definitiva, reclama una nueva forma de pensar sobre las capacidades del Estado y las relaciones entre ¨¦ste y la sociedad, lo que algunos cient¨ªficos europeos llaman multilevel governance.
La gobernanza territorial exige una acci¨®n colectiva, esto es, un conjunto de actores comprometidos en la resoluci¨®n de los problemas comunes. Dicha acci¨®n debe ser producto de una adecuada elecci¨®n y selecci¨®n por parte de los actores al objeto de solucionar los problemas existentes. Igualmente, la gobernanza territorial tambi¨¦n la podemos definir como la capacidad de integrar y adaptar organizaciones de diferentes grupos e intereses territoriales con la finalidad de asegurar una representaci¨®n y posicionamiento frente a actores externos y para defender estrategias en relaci¨®n a los mercados, a otros Estados y a otros niveles de gobernanza. Estamos redefiniendo el nuevo rol de una acci¨®n pol¨ªtica relacionada con la actualizaci¨®n de la gobernanza territorial.
Los ¨²ltimos acontecimientos de la pol¨ªtica gallega no fueron ni caminan, como se est¨¢ constatando diariamente, en esta direcci¨®n. El debate sobre la fusi¨®n de las cajas de ahorro, las disputas en torno a los planes territoriales y los derivados del uso de suelo, y las controversias en lo que hace referencia al decreto sobre el uso del gallego, por escoger tres ejemplos, son muestras de que damos pasos en la direcci¨®n contraria a lo que es gobernanza territorial.
La gobernanza territorial exige construir un consenso organizativo, pues debe agrupar a los diferentes actores de tal forma que se pueda llegar a alcanzar a definir una meta com¨²n. Debe fomentar la aportaci¨®n y la contribuci¨®n de cada actor al objeto de poder realizar y llevar a cabo sus objetivos. Finalmente, debe existir una visi¨®n com¨²n para un futuro.
Otros resaltamos, dando un paso m¨¢s, el hecho de que la importancia de un territorio radica en su capacidad de promover cambios estructurales que impulsen las capacitaciones individuales y colectivas en una perspectiva integrada. Pues bien, aqu¨ª, en Galicia, todav¨ªa tenemos un enorme d¨¦ficit en este aspecto. La raz¨®n es que algunos siguen mirando de reojo (y casi en exclusiva a los dem¨¢s), y no mirando al futuro. Y ahora es el momento de las oportunidades, no del victimismo.
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