La F¨ªsica cotidiana del CERN
Tres cient¨ªficos ligados al acelerador de part¨ªculas de Ginebra acercan en Santiago sus experimentos a casi mil escolares de toda Galicia
"La F¨ªsica se aplica, es comprensible e interesante". La premisa del profesor Jos¨¦ Manuel Facal se convirti¨® ayer en Santiago en PerCERNpci¨®n, un ciclo de conferencias sobre los experimentos que los cient¨ªficos del CERN (Organizaci¨®n Europea para la Investigaci¨®n Nuclear) est¨¢n llevando a cabo en sus instalaciones de la frontera franco suiza. El docente del IES Lamas de Abade de Santiago, ayudado por una decena de estudiantes de entre 12 y 17 a?os, reuni¨® en la capital de Galicia a tres f¨ªsicos vinculados al acelerador de part¨ªculas (LHC) que trata de reproducir, mediante el choque de protones, las condiciones del universo instantes despu¨¦s del Big Bang. Frente a ellos, 968 alumnos procedentes de 23 institutos de Galicia que se interesaron por los sueldos de los cient¨ªficos - "muy adecuados", reconocieron- y escucharon consejos sobre la importancia de dominar el ingl¨¦s para llegar alto como investigador.
El profesor Facal quiere demostrar que su disciplina puede ser l¨²dica
"Las part¨ªculas son tan reales como las vacas o los planos inclinados"
"La F¨ªsica no es un l¨¢piz y un papel o un profesor frente a la pizarra. Tiene aplicaciones en la sociedad. Permiti¨®, por ejemplo, la revoluci¨®n industrial". Mar Cape¨¢ns, formada en la Universidade de Santiago y parte de la plantilla del CERN, compara el detector de part¨ªculas con un c¨¢mara fotogr¨¢fica capaz de tomar unos 400 millones de im¨¢genes cada segundo. Sus otros dos compa?eros, Miguel ?ngel Marquina -integrante del ¨¢rea de inform¨¢tica cient¨ªfica del centro-, y Francisco Barradas, -profesor de secundaria y asesor de Eduaci¨®n en la Comunidad de Madrid- tambi¨¦n echan mano de analog¨ªas para explicar a los j¨®venes que la F¨ªsica forma parte de la vida cotidianaa, que los grandes experimentos se pueden realizar con objetos muy sencillos.
La c¨¢mara de niebla era la sorpresa del d¨ªa, aunque muchos parec¨ªan esc¨¦pticos ante la idea de que en el interior de una pecera se pudieran reproducir las condiciones de formaci¨®n de la bruma. Jos¨¦ Manuel Facal, profesor de F¨ªsica en el IES Lamas de Abade de Santiago, quer¨ªa mostrar a sus alumnos la parte pr¨¢ctica de una disciplina que en los colegios llena los cuardernos de f¨®rmulas matem¨¢ticas m¨¢s o menos complejas. Facal descubri¨® el CERN hace dos a?os, cuando coordin¨® un curso para profesores junto a otra docente, Margarita Cimadevila. El siguiente paso fue mostr¨¢rselo a sus alumnos, hacerles ver, como asegura Francisco Barradas, "que las part¨ªculas no son imaginaciones de los f¨ªsicos, sino tan reales como las vacas y los planos inclinados".
No es la primera vez que un instituto gallego acerca los complejos experimentos del CERN a los estudiantes de secundaria. El a?o pasado fue el IES Urbano Lugr¨ªs de A Coru?a el que acogi¨® el evento, aunque en aquel entonces el n¨²mero de alumnos participantes se qued¨® en 300. Este a?o las plazas se agotaron y Facal tuvo que decir que no a varios grupos que decidieron apuntarse en el ¨²ltimo momento, cuando ya no hab¨ªa sitio.
Cada vez m¨¢s dependientes de la Red, pocos estudiantes sab¨ªan que fue en el CERN donde naci¨® la World Wide Web en 1989. O que los 5 petabytes de informaci¨®n que alberga Google son a todas luces insuficientes para almacenar los recursos del gigante de Ginebra. Marquina eligi¨® un ejemplo muy gr¨¢fico para hacerse entender entre los chavales. "Si se almacenase en CD s¨®lo un a?o de datos del CERN, har¨ªamos una columna de unos 20 kil¨®metros de altura". El legendario Concorde no superaba los 15 y el Mont Blanc se queda en 5.
No fue el ¨²nico misterio del LHC que qued¨® resuelto. "Adem¨¢s de por las radiaciones", explic¨® Cape¨¢ns, "el acelerador est¨¢ 100 metros bajo el suelo porque a esa profundidad la tierra no tiene due?o".
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