"Las presiones externas refuerzan la ortodoxia"
Rafael Hern¨¢ndez es director de la revista Temas, uno de los pocos espacios de debate que existe en Cuba. Defiende el modelo socialista aunque pide su democratizaci¨®n desde dentro, y asegura que la vieja pol¨ªtica de Washington explica muchos enroques en su pa¨ªs, tambi¨¦n la "desconfianza" hacia todo lo que huela a disidencia. A su juicio, los opositores cubanos "se definen por ser 'anti' o 'contra', no por una propuesta pol¨ªtica coherente, que convenza a la gente".
Pregunta. ?No hay gente honesta en la disidencia? ?Todos los opositores son "mercenarios", como dice el Gobierno?
Respuesta. Si mercenario es el que "por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero", y "el que percibe una paga por sus servicios", la pregunta ser¨ªa: ?los disidentes est¨¢n recibiendo una paga y sirviendo a EE UU, el anticomunismo europeo e internacional? Lo de menos, sin embargo, es que reciban apoyo monetario; lo de m¨¢s es que esos poderes extranjeros los respaldan.
"Cuba ser¨ªa m¨¢s pr¨®spera si dejaran de meterse en nuestros asuntos"
P. ?C¨®mo tener legitimidad cuando el Gobierno da una imagen de una oposici¨®n totalmente identificada con EE UU...?
R. Lo que dice el Gobierno cubano importa menos; se trata de que el Departamento de Estado, el Congreso de EE UU, el exilio cubano-americano, los tratan como sus aliados.
P. ?Qu¨¦ espacio tienen para expresarse los opositores?
R. M¨¢s que ning¨²n ciudadano o instituci¨®n cubana. Todo lo que hacen, dicen, opinan, o incluso piensan, los disidentes (honestos, juiciosos, oportunistas, desequilibrados) aparece instant¨¢neamente en los m¨¢s poderosos medios y eso rebota dentro de Cuba. Suponer que no se les conoce porque sus fotos no salen en Granma es subestimar a los cubanos.
P. ?Puede sobrevivir Temas en una sociedad que silencia la discrepancia?
R. El debate que recoge Temas incluye a los intelectuales, los acad¨¦micos... Tambi¨¦n a esa sociedad civil que est¨¢ m¨¢s viva que nunca y que puede escucharse en todas partes, si uno quiere o¨ªrla. Los discursos de Ra¨²l Castro no convocan al silencio, sino a la discrepancia y califican a la burocracia como r¨¦mora del cambio. Quienes justifican su silencio alegando la autocensura forzosa siempre tendr¨¢n excusas para callarse.
P. La presi¨®n tras la muerte de Zapata ?a qui¨¦n refuerza?
R. Las presiones externas refuerzan a la ortodoxia. Lo peor es que, a pesar de su efecto contraproducente, esa presi¨®n puede seguir. Ser¨ªa ingenuo explic¨¢rsela a partir de lo que pasa o no en Cuba; depende de los manejos en la Euroc¨¢mara o el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores de EE UU.
P. ?EE UU tiene toda la culpa?
R. Cuba ser¨ªa un pa¨ªs infinitamente m¨¢s pr¨®spero y democr¨¢tico si ellos dejaran de meterse en nuestros asuntos. Ha sido as¨ª los ¨²ltimos 200 a?os.
P. ?Qu¨¦ acorrala m¨¢s al Gobierno, el caso Zapata o la delicada situaci¨®n econ¨®mica, la apat¨ªa de los j¨®venes, la tardanza en renovar el modelo?
R. No hay que ponerse apocal¨ªptico. Ha habido peores situaciones econ¨®micas, para no hablar de los intentos por aislar a Cuba. No es cosa de j¨®venes o viejos, sobre todo en un pa¨ªs con m¨¢s viejos que nunca. Achacarles a todos los j¨®venes el escepticismo y las ganas de emigrar es otra simplificaci¨®n. La mayor¨ªa de los cubanos quieren cambios, especialmente en su nivel de vida. El discurso de Ra¨²l enumera debilidades del modelo: centralizaci¨®n, burocratizaci¨®n, ineficiencia... Esos son nuestros problemas reales.
P. ?Es un t¨®pico decir que los cubanos est¨¢n m¨¢s preocupados por la comida que por los derechos humanos?
R. La pol¨ªtica y la econom¨ªa no est¨¢n separadas. La democracia real, es decir, la descentralizaci¨®n del sistema, la participaci¨®n ciudadana, el control desde abajo y la expresi¨®n de la discrepancia, son esenciales para transformar el modelo econ¨®mico. Se trata, naturalmente, de nuestra pol¨ªtica, no de la que quieren prefabricarnos.
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