Pedro y Alves rompen sin bal¨®n
Los extremos del Bar?a desconectaron a los laterales del Madrid y aclararon el paso a Xavi
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El ataque posicional del Bar?a fue demoledor. La patente de situar a Alves como ala derecho -primer acto- le result¨® fenomenal porque revent¨® al Madrid. Resulta que los dos extremos azulgrana hicieron da?o sin el bal¨®n en los pies. Bien abiertos, grapados a la l¨ªnea de cal, descontaron a los dos laterales adversarios para generar huecos y alternativas. Alves a la derecha y Pedro a la izquierda; Arbeloa y Sergio Ramos, desactivados. La estratagema consist¨ªa en dar vida a Xavi y Messi, que mezclaron con acierto por el medio desafiando a la ley del embudo. Lo padeci¨® el Madrid, de pierna dura y poco ingenio, penalizado por dejar a Ronaldo e Higua¨ªn sin compa?¨ªa ni remate.
- Casillas. Se desga?it¨® en advertencias a sus centrales, inquieto porque los movimientos de Messi descompon¨ªan a la zaga. Atin¨® en la lectura pero no en los reflejos. Cuando Messi y Pedro se plantaron delante suyo, sali¨® a la desesperada para empeque?ecer su porter¨ªa. Pero nada pudo hacer ante la definici¨®n del 10 y del extremo, vendido y sin manos.
- Vald¨¦s. Sac¨® los guantes cuando el equipo se lo reclam¨®, cuando Van der Vaart le enfil¨® de frente. Si bien no actu¨® en el primer tiempo, en el segundo respondi¨® con solvencia ante el pu?ado de disparos lejanos, bien de Marcelo, Cristiano o Higua¨ªn.
- Albiol y Garay. Los centrales cerraron con acierto los pasillos interiores, c¨®modos porque sus dos medios centros repart¨ªan patadas y se desgastaban en la contenci¨®n. Tampoco padecieron en los balones a¨¦reos al medirse con tres rivales de escasa altura. Incluso estuvieron listos al no perseguir a Messi cuando ¨¦ste retrasaba su posici¨®n para participar en la construcci¨®n, por lo que no ofrecieron huecos en su entramado defensivo. Pero flaquearon en las carreras hacia atr¨¢s. Primero fue Leo, que rompi¨® el fuera de juego, lleg¨® desde atr¨¢s y pill¨® en est¨¢tico a Albiol para definir ante Casillas. Y luego fue Pedro quien sac¨® a la zaga los colores en otro esprint.
- Piqu¨¦. Espectacular. M¨¢s exigido que nadie porque no s¨®lo deb¨ªa leer los desmarques de Higua¨ªn cuando cayera sobre su parcela, sino que estaba obligado a ejecutar las coberturas a Puyol, emparejado con Ronaldo. Especialmente entonado en los cara a cara con el portugu¨¦s, le aguant¨® por dos veces en carrera y siempre le oblig¨® a salir del regate hacia la banda y no hacia al centro, protegiendo a Vald¨¦s de los latigazos. Feliz y natural con la pelota controlada, tambi¨¦n estuvo acertado en la salida desde atr¨¢s. Tuvo un ¨²nico fallo, al medir mal un salto y provocar una ocasi¨®n infructuosa de Higua¨ªn.
- Arbeloa y Sergio Ramos. Desligados del duelo y atrapados en la ratonera que plante¨® Guardiola. Los dos laterales blancos no cerraron la zaga, m¨¢s atentos a sus parejas de baile, los extremos azulgrana. Ramos no fue decisivo en defensa -sin contar las patadas a Messi- y, raro en ¨¦l, fue apocado en la ofensiva. Arbeloa, sin llegar a ser un agujero, chirri¨® m¨¢s: bien para contener a Alves; bien para frenar a Pedro.
- Gago y Xabi Alonso. Limpiaparabrisas, empe?ados en desdibujar el juego de combinaci¨®n del Bar?a. Se desplegaron un par de pasos atrasados y lo acusaron con el bal¨®n controlado, sin l¨ªneas limpias de pase y con demasiados metros por delante para mezclar. Optaron por repartir patadas, hasta el punto de que Alonso debi¨® ser expulsado (doble tarjeta amarilla) por jugar el bal¨®n con la mano desde el suelo. Pero el trencilla cerr¨® los ojos. Alonso pis¨® una vez campo ajeno y se atrevi¨® con el disparo, defectuoso. Gago se pele¨® con el bal¨®n.
- Busquets y Van der Vaart. Futbolistas de buen pie, limitaron su f¨²tbol al trabajo sucio, poco valorado en la grada y bien remunerado por el banquillo. Busquets se pel¨® con su sombra, aplicado en rellenar las deficiencias, experto en ningunear el juego interior del adversario. Exager¨® las jugadas y el contacto, oscarizado su f¨²tbol. Van der Vaart, por su parte, se desfond¨® en los movimientos defensivos y lleg¨® tarde en varias jugadas, siempre con el pie por delante, con recaditos escondidos. Cuando se dej¨® caer en el ¨¢rea rival, mantuvo un mano a mano con Vald¨¦s. Fall¨®.
- Keita. Voraz en la recuperaci¨®n, aseado en lo t¨¢ctico y solvente auxilio en las segundas jugadas. No perdi¨® la posici¨®n en la medular y, aunque no tiene f¨²tbol de sal¨®n ni destila estridentes regales, organiza al equipo desde la posici¨®n y el bal¨®n. Su presencia en el equipo ya no se discute.
- Xavi. Ley¨® el partido como nadie, como siempre. ?l mismo se gener¨® espacios con su generoso esfuerzo, solidario en la construcci¨®n, inteligente en los movimientos de entre l¨ªneas y definitivo en las asistencias, enfocadas a Messi. Resolvi¨® el entuerto. Primero atendi¨® una pared con Messi, por encima de la defensa, y despu¨¦s ley¨® un desmarque de Pedro, al hueco. Dos pases, dos goles, una estrella que no se apaga.
- Marcelo e Higua¨ªn. El brasile?o quiso proponer una alternativa, con carreras por el costado. Narcisista, sin embargo, se mir¨® a sus piernas y no a la de los compa?eros. Mucha conducci¨®n y poco pase. Fracas¨® en el intento. Lo mismo que Higua¨ªn, desaparecido por completo. Qued¨® anulado por los centrales y result¨® ser un delantero centro sin remate.
- Alves y Pedro. Alves jug¨® de inicio como extremo derecho. Se le presupon¨ªa que el campo se le quedar¨ªa peque?o, acostumbrado a las galopadas de 60 metros. No le hizo falta correr, atornillado al ala derecha y anudado a Arbeloa. Pedro hizo lo propio en el costado izquierdo, con Sergio Ramos como lapa. Plena expresi¨®n del ataque posicional. Con el bal¨®n controlado, Alves tuvo el pie torcido y Pedro, fr¨¢gil en el cuerpo a cuerpo, acab¨® casi todas las jugadas, la mayor¨ªa sin acierto. Hasta que le lanz¨® un desmarque a Xavi, quebr¨® la cadera de Arbeloa y defini¨® con la zurda ante Casillas. Palabras y juego de extremos.
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