?Recuperaci¨®n sin empleo?
De la misma manera que la recesi¨®n econ¨®mica ha tenido efectos sobre el empleo muy diferenciados entre pa¨ªses, la recuperaci¨®n se ver¨¢ acompa?ada por un proceso de creaci¨®n de empleo, sobre el que existen muchas incertidumbres y que dif¨ªcilmente seguir¨¢ un patr¨®n com¨²n internacionalmente. Mientras que la ca¨ªda del PIB en EE UU (-2,4%) en 2009 se vio acompa?ada de una ca¨ªda m¨¢s intensa del empleo (-3,8%) y de un aumento de 3 puntos en la tasa de paro, en la zona euro ocurri¨® justo lo contrario: a pesar de que la ca¨ªda del PIB fue del -4%, el empleo disminuy¨® s¨®lo un 2%. Este comportamiento diferenciado del mercado de trabajo no s¨®lo se observa a ambos lados del Atl¨¢ntico, sino que tambi¨¦n dentro de la eurozona los efectos sobre el empleo han sido muy heterog¨¦neos. En Alemania, con una ca¨ªda del PIB del 4,9%, el empleo disminuy¨® s¨®lo un 0,3% y la tasa de paro apenas aument¨® cuatro d¨¦cimas, en el otro extremo el PIB de Espa?a se contrajo un 3,6%, su empleo un 6,7 y la tasa de paro casi cinco puntos.
La recuperaci¨®n del empleo ser¨¢ heterog¨¦nea por pa¨ªses y depender¨¢ de las reformas laborales
La primera conclusi¨®n que puede extraerse de la evidencia anterior es que, si el proceso de destrucci¨®n de empleo ha sido muy heterog¨¦neo entre pa¨ªses, la recuperaci¨®n tambi¨¦n tendr¨¢ efectos diferentes sobre la creaci¨®n de empleo. En algunos casos, como en Alemania, la recuperaci¨®n sin empleo es el escenario natural tras una recesi¨®n que ha tenido un impacto muy reducido en t¨¦rminos de destrucci¨®n de empleo, gracias al programa de reducci¨®n de la jornada de trabajo o Kurzarbeit. Si en EE UU la recuperaci¨®n sin empleo es una fuente importante de incertidumbre, en Espa?a ser¨ªa un aut¨¦ntico fracaso social porque implicar¨ªa que la tasa de desempleo permanecer¨ªa elevada por mucho tiempo. ?De qu¨¦ depende que la recuperaci¨®n genere empleo en EE UU y en Espa?a?
En Estados Unidos, donde tras las crisis de 1991 y 2001 (dos recesiones con una destrucci¨®n moderada del empleo) se populariz¨® el t¨¦rmino jobless recovery -ya utilizado en la Gran Depresi¨®n-, la incertidumbre se cierne sobre si la recuperaci¨®n del empleo seguir¨¢ el patr¨®n de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas o si, por el contrario, ser¨¢ m¨¢s parecida al de las recesiones de 1973-1975 y 1981-1982, crisis con una destrucci¨®n de empleo muy intensa. A favor de una recuperaci¨®n r¨¢pida del empleo en los pr¨®ximos trimestres est¨¢ el que desde los a?os cincuenta la evidencia emp¨ªrica muestra que la creaci¨®n de empleo en la recuperaci¨®n ha sido proporcional a la intensidad de su destrucci¨®n durante la crisis. En contra, que en esta crisis se conjugan un cambio sectorial (las combinaciones de crisis inmobiliarias y financieras siempre han generado recesiones m¨¢s intensas); cambios en los procesos de producci¨®n (mayor importancia de los procesos just-in-time), y un porcentaje elevado de trabajadores a tiempo parcial de forma involuntaria o que han sido despedidos de sus empresas. En este ¨²ltimo escenario, la recuperaci¨®n implica que muchos trabajadores tendr¨¢n que cambiar de sector y de empresas, lo que lleva tiempo, que muchas empresas retrasar¨¢n el aumento de su demanda de trabajo y que, cuando lo hagan, primero aumentar¨¢n la jornada de trabajo de los trabajadores que ahora est¨¢n a tiempo parcial.
En Espa?a, la intensa destrucci¨®n de empleo se explica en parte por el ajuste del sector inmobiliario y por lo que en un reciente trabajo del Servicio de Estudios de BBVA denominamos la flexirrigidez de un mercado de trabajo dual y poco eficiente: la convivencia simult¨¢nea de ¨¢mbitos muy r¨ªgidos (negociaci¨®n colectiva, jornada de trabajo o contratos indefinidos con indemnizaciones de despido elevadas) y otros excesivamente flexibles (contratos temporales con costes de despido muy reducidos o nulos), que ha propiciado tambi¨¦n un ajuste muy intenso del empleo temporal en la industria y los servicios.
As¨ª, la recuperaci¨®n del empleo vendr¨¢ condicionada por dos factores. El primero es el ajuste sectorial en una econom¨ªa en la que el sector inmobiliario tendr¨¢ un peso menor. Si el patr¨®n de crecimiento fuera el observado a partir de 1996 o 2000 en la actividad una vez excluida la construcci¨®n, el empleo podr¨ªa empezar a crecer con tasas de crecimiento interanual del PIB por encima del 0,6%, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa. Sin embargo, el reto es crecer muy por encima de esta tasa para que la recuperaci¨®n del empleo sea verdaderamente intensa y r¨¢pida. Por ello resulta particularmente relevante el segundo factor: la reforma del mercado de trabajo.
Con una tasa de paro del 18,8%, la econom¨ªa necesita incentivar la demanda de trabajo por parte de las empresas y eliminar las ineficiencias existentes, reduciendo la dualidad y adecuando los salarios a las condiciones de las empresas. Ante la magnitud del desaf¨ªo, el cambio en el futuro patr¨®n de crecimiento no hace la reforma laboral menos importante, sino todo lo contrario: una reforma ambiciosa acortar¨ªa de forma significativa el tiempo requerido para recuperar el empleo perdido y har¨ªa posible una recuperaci¨®n m¨¢s intensa con mayor crecimiento del empleo. -
Rafael Dom¨¦nech es economista jefe de Espa?a y Europa del servicio de Estudios de BBVA.
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