"Aqu¨ª metemos a los detenidos en el trastero"
Con nueve a?os en la carrera judicial, Ana S¨¢nchez Garc¨ªa, de 37 a?os, se lio la manta, dej¨® su puesto de secretaria judicial del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es Baltasar Garz¨®n, y se march¨® a Mozambique. "En Exteriores buscaban a un jurista con experiencia en tribunales para cooperar en un programa de la AECID de apoyo a la modernizaci¨®n del Poder Judicial de ese pa¨ªs", dice en la terraza de un restaurante del barrio de Costa del Sol, en Maputo. Estamos frente al ?ndico, en un lugar ¨®ptimo para un men¨² marinero.
Ana S¨¢nchez lleg¨® hace cinco meses a esta ciudad, con un contrato de un a?o renovable hasta tres y la misi¨®n de asesorar al Supremo mozambique?o. El alto tribunal tiene 12 miembros y cubiertas s¨®lo la mitad de las plazas. Todas por hombres, aunque "hay un gran n¨²mero de mujeres jueces en la carrera judicial".
La ex secretaria judicial de Garz¨®n asesora al Supremo de Mozambique
En un primer balance de su misi¨®n, destaca "los grandes esfuerzos y la inmensa voluntad de un pa¨ªs carente de medios por consolidar un incipiente sistema judicial, con la colaboraci¨®n puntual de otras naciones". La escasez de recursos es patente. En los juzgados se escribe manualmente e Internet s¨®lo est¨¢ al alcance de alg¨²n juez que lo paga de su bolsillo. Los tribunales suelen estar en casas alquiladas. "Muchas veces hay que pasar por la cocina para ir de un despacho a otro. El trastero del jard¨ªn se habilita para los detenidos". En el interior del pa¨ªs la situaci¨®n es peor. Y el presupuesto del proyecto de la AECID es limitado, 150.000 euros. "Es un trabajo de titanes", dice, porque esta cantidad incluye a los invitados que llevar¨¢ "casi ad honorem" de Espa?a para unas jornadas sobre el sistema penal procesal. "Jueces y fiscales con trayectoria. Cuento con nombres importantes".
Todo ello en un pa¨ªs donde la justicia deber¨ªa ser un pilar b¨¢sico para la gobernabilidad. Cuando le pregunto por las mayores deficiencias judiciales en Mozambique, responde tan r¨¢pido que por poco se le atraganta una gamba. "Siguen funcionando los tribunales comunitarios, a los que acuden muchos ciudadanos. Est¨¢n basados en la tradici¨®n y chocan frontalmente con el ordenamiento jur¨ªdico implantado constitucionalmente". Es un asunto delicado, del que la asesora ha hablado con el vicepresidente del Supremo. Menciona que el hecho de que muchos reci¨¦n nacidos no se inscriban en el Registro Civil "causa alarma en algunos pa¨ªses de la comunidad internacional, que se centran en la vulneraci¨®n de derechos fundamentales, sin tomar en cuenta los factores que lo determinan, tradicionales, culturales, econ¨®micos y de desarrollo, ni proponer v¨ªas de soluci¨®n, atendiendo a la realidad del pa¨ªs".
Al mal funcionamiento de los tribunales ordinarios hay que a?adir que para presentar una demanda hay que pagar un impuesto, el 10% de la cuant¨ªa del procedimiento. Sea un contencioso por una herencia, deuda, reclamaci¨®n de cantidad, despido o separaci¨®n. "El salario m¨ªnimo en Mozambique es de 2.000 meticais (unos 50 euros). Pueden presentar el atestado de pobreza, pero requiere mucho papeleo". L¨®gicamente, el n¨²mero de demandas civiles es casi nulo.
En los postres, confiesa que le encanta la comida local, frecuenta los mercados populares y procura consumir productos locales. Claro que tiene una ventaja: "Me cocina Rosinha, que me cuida bien".
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