"Es saludable que el idioma se contamine"
Mario Vargas Llosa, que acaba de cumplir 74 a?os, est¨¢ feliz porque acaba de terminar novela. Tambi¨¦n porque el premio que le entreg¨® ayer el Rey se llama Don Quijote. Eso s¨ª, le gustar¨ªa que hubiera tambi¨¦n alguno que se llamara Sancho Panza. "Es un indicativo de nuestra cultura", afirma poco antes de dirigirse a La Zarzuela. "Nos gusta m¨¢s la irrealidad que la realidad, y eso, que ha tenido efectos muy positivos en el campo de las artes, en el campo pol¨ªtico ha sido nefasto. Negar la realidad es bueno para crear, pero no para organizar la sociedad".
El escritor peruano siempre ha sido partidario del sanchopancismo de la democracia frente a las tentaciones de la utop¨ªa pol¨ªtica: "Sancho es una figura m¨¢s emblem¨¢tica de la cultura democr¨¢tica. Don Quijote, m¨¢s del sue?o, la fantas¨ªa, el anhelo de un mundo distinto, de un mundo ideal. La grandeza de Cervantes es haber creado esos dos s¨ªmbolos que definen dos actitudes frente a la vida".
?Hoy en Latinoam¨¦rica hay m¨¢s quijotes o m¨¢s sanchos? "Mal que mal Am¨¦rica Latina va entrando tambi¨¦n en el campo pol¨ªtico en la edad de la raz¨®n. Si pienso en lo que era cuando yo era joven... De un conf¨ªn a otro no hab¨ªa m¨¢s que dictaduras militares. Y en el otro extremo, el sue?o revolucionario. La democracia ten¨ªa muy poca base. Hoy la democracia va echando ra¨ªces. Tal vez de manera imperfecta, pero la orientaci¨®n es la buena".
El Premio Don Quijote reconoce el papel de Vargas Llosa como maestro del espa?ol y ¨¦l dice no temer por el futuro del idioma: "Es una lengua que mantiene una gran vitalidad y que est¨¢ en expansi¨®n. Al mismo tiempo se contamina, s¨ª. Eso en principio no es malo. Creo que la contaminaci¨®n es saludable si se hace dentro del genio del idioma. El espa?ol ha evolucionado much¨ªsimo y se ha enriquecido gracias al contacto con otras lenguas".
Los desaf¨ªos, no obstante, est¨¢n ah¨ª: "No sabemos c¨®mo va a salir librado el espa?ol de la cultura virtual. Existe el riesgo de banalizaci¨®n y superficialidad. Es una realidad que enfrentan todas las lenguas modernas. Pero no necesariamente el impacto tiene que ser negativo, porque pone al alcance del idioma p¨²blicos enormes, algo que antes no ocurr¨ªa. Haciendo las sumas y las restas no debemos ser pesimistas".
?l reconoce que se maneja "bastante mal" con las nuevas tecnolog¨ªas, pero reconoce tambi¨¦n que son imparables: "No tendr¨ªa sentido jugar a desconocer algo que forma parte de la realidad cultural de nuestro tiempo. Lo que hay que hacer es tratar de aprovecharlas". Por lo pronto, el escritor peruano, un amante del papel que desconf¨ªa del libro electr¨®nico, dice que va a hacer la prueba con un e-book: "A ver qu¨¦ resulta".
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