Dos paladines del espa?ol global

"Eh, que falta uno", avis¨® ir¨®nico el Rey cuando los fot¨®grafos empezaron a disparar sus c¨¢maras. La que faltaba era Gloria Macapagal-Arroyo, presidenta de Filipinas, a la que don Juan Carlos recibi¨® en una breve audiencia privada minutos antes de que tuviera lugar, en el propio palacio de La Zarzuela, la ceremonia de entrega de la segunda edici¨®n del Premio Internacional Don Quijote de La Mancha.

Concedido por la Fundaci¨®n Santillana y la Junta de Castilla-La Mancha, consagrado a reconocer la obra de "aquellos que mejor hayan contribuido a la difusi¨®n internacional y el conocimiento de la cultura y de la lengua espa?ola" y dotado con 25.000 euros, el premio fue para la mandataria asi¨¢tica en la categor¨ªa de mejor labor institucional mientras que la consagrada a la m¨¢s destacada trayectoria individual recay¨® en Mario Vargas Llosa. Los dos recibieron de manos del Rey la escultura de Manolo Vald¨¦s que les acredita como ganadores. Fue en una ceremonia sobria y breve presidida por don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa que no pudo celebrarse en octubre pasado, como estaba previsto, porque el tif¨®n Ketsana, el m¨¢s intenso de los ¨²ltimos 40 a?os, dej¨® en Filipinas cerca de 100 muertos y m¨¢s de 50.000 desplazados.

El Rey aprovech¨® la ocasi¨®n para recibir en audiencia a Macapagal-Arroyo

La presidenta quiso que el espa?ol fuera introducido en los planes de educaci¨®n

Los ganadores de la pasada edici¨®n fueron Lula da Silva y Carlos Fuentes

Vargas Llosa publicar¨¢ en los pr¨®ximos meses 'El sue?o del celta'

Poca cosa fue, pues, la lluvia de la ma?ana de ayer, que impidi¨® la foto de familia. Bajo techo se escucharon, por tanto, los m¨¦ritos de Gloria Macapagal-Arroyo, una mujer nacida en la isla de Luz¨®n en 1947, de baja estatura y aspecto fr¨¢gil que cambi¨® la teor¨ªa pol¨ªtica que le ense?aron en Georgetown, donde tuvo como compa?ero a Bill Clinton, por la pr¨¢ctica m¨¢s cruda. Despu¨¦s de doctorarse en Econom¨ªa se uni¨® a la oposici¨®n democr¨¢tica que en 1986 termin¨® con la dictadura de Ferdinand Marcos y llev¨® al poder a Coraz¨®n Aquino.

Macapagal-Arroyo, viceministra de Comercio con Aquino, alcanz¨® la presidencia de su pa¨ªs en 2001. Desde su puesto, y desde su condici¨®n de miembro de la Academia Filipina de la Lengua Espa?ola, ha impulsado la pol¨ªtica de recuperaci¨®n del espa?ol que le ha valido el Premio Don Quijote. Al introducir su ense?anza en los planes de estudio nacionales, el Gobierno filipino "reconoce la importancia creciente del espa?ol como lengua de comunicaci¨®n global". ?sas fueron las palabras del jurado que se oyeron ayer en La Zarzuela sobre la defensa de una lengua que en el archipi¨¦lago asi¨¢tico nunca baj¨® de los sectores m¨¢s altos de la sociedad.

All¨ª estaban todos sus miembros, desde Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, hasta V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real Academia Espa?ola, pasando por Mar¨ªa Soledad Herrero, consejera de Cultura de Castilla-La Mancha, Gregorio Mara?¨®n, fundador y patrono vitalicio de la Real Fundaci¨®n de Toledo, la escritora brasile?a N¨¦lida Pi?on; Juan Luis Cebri¨¢n, consejero delegado de PRISA -grupo editor de EL PA?S- y presidente de su Comisi¨®n Ejecutiva; Emiliano Mart¨ªnez, presidente del Grupo Santillana, y Basilio Baltasar, director de la Fundaci¨®n Santillana.

A ellos se sumaron, entre otros, Ignacio Polanco, presidente del Grupo PRISA, el embajador de Per¨², Jaime C¨¢ceres Say¨¢n, y dos ex ministros de Educaci¨®n de Brasil, Paulo Renato Souza y Cristovam Buarque. No en vano, en su primera edici¨®n, el Premio Don Quijote recay¨® en el presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y en el escritor mexicano Carlos Fuentes.

Este a?o fue el turno de otros de los grandes del boom latinoamericano, Mario Vargas Llosa (Arequipa, Per¨², 1936). El jurado, que fall¨® el premio en Toledo en junio del a?o pasado, no dej¨® de recordar que por esas fechas se cumpl¨ªa medio siglo de la publicaci¨®n de Los jefes, la colecci¨®n de cuentos con la que el escritor peruano se estrenaba en la literatura, un campo en el que lo ha sido todo: novelista, ensayista, cr¨ªtico literario y periodista. Aquel muchacho que en 1959 lleg¨® con una beca a Madrid para pasarse las ma?anas en la Complutense, las tardes en un bar escribiendo La ciudad y los perros y las noches en la pensi¨®n El Jute es hoy acad¨¦mico de la lengua, Premio Cervantes (en 1994) y continuo candidato al Nobel.

El jurado del Don Quijote lo dijo as¨ª en unas palabras le¨ªdas por alguien que, solemnemente, pidi¨® permiso al Rey antes de pronunciarlas: "Durante estos cincuenta a?os Mario Vargas Llosa no ha dejado de enriquecer con su magisterio el territorio creativo de la lengua espa?ola, integrando en nuestra tradici¨®n narrativa las m¨¢s destacadas influencias de la literatura universal y haciendo de su propia obra literaria uno de los m¨¢s s¨®lidos y prestigiosos referentes de la cultura".

Horas antes del acto, el autor de Conversaci¨®n en la Catedral comentaba a este peri¨®dico la coincidencia del premio con su medio siglo de carrera literaria: "?Qu¨¦ horror! O sea, que soy viej¨ªsimo. Mejor no darse cuenta de esas cosas". A esa carrera acaba de sum¨¢rsele Fonchito y la luna (Alfaguara), un cuento infantil ilustrado por Marta Chicote. Es muy posible, adem¨¢s, que en los pr¨®ximos meses se publique El sue?o del celta, su nueva novela, ambientada en el Congo que Conrad retrat¨® en El coraz¨®n de las tinieblas. Cuando se le pregunta por una fecha, el escritor, disciplinado, responde: "Despu¨¦s de tres a?os de trabajo, estoy haciendo las ¨²ltimas correcciones. Tal vez salga este a?o, pero eso es cosa de mis editores".